El gobernador de Chubut, Ignacio Torres, y el CEO de YPF, Horacio Marín, encabezaron este lunes un acto en las oficinas de la empresa el área El Trébol, uno de los bloques históricos de la petrolera bajo control estatal en la provincia, para formalizar el traspaso de ese campo y de otros tres yacimientos más a Pecom, brazo petrolero del Grupo Perez Companc, que había sido anunciado en agosto. La operación implica el retorno a la operación de campos petroleros por parte del holding creado por Gregorio Perez Companc tras la venta de sus activos a Petrobras en 2002.
En rigor, es la primera cesión de áreas convencionales que logra concretar YPF bajo el paraguas del Proyecto Andes, que contempla la salida de la compañía de unos 55 bloques maduros en todo el país. En el resto de las provincias alcanzadas por el programa —Neuquén, Río Negro y Mendoza—, el proceso de salida de YPF requiere todavía de un mayor nivel de avance en las negociaciones. En Neuquén, por ejemplo, uno de los requerimientos de la gobernación de Rolando Figueroa para autorizar el traspaso es que tanto YPF como los nuevos operadores de los bloques integren una garantía o una caución a nombre de la provincia con parte de los fondos que demandará la remediación de los pasivos ambientales una vez que se proceda con el cierre de los pozos abandonados o improductivos que se perforaron los bloques en las últimas décadas.
En concreto, funcionarios de la gobernación de Neuquén quieren crear un fideicomiso o un instrumento regulatorio similar que se vaya fondeando con recursos económicos aportados por los nuevos operadores de las áreas convencionales que deje YPF. Para facilitar ese proceso, la provincia podría reducir la alícuota de regalías —que hoy oscila entre un 12% y un 18%— para que el diferencial a la baja se destine a recaudar dinero para solventar el cierre ambiental de la operación petrolera a futuro.
¿Cómo funcionaría el esquema que impulsa Neuquén? Lo primero es que las nuevas operadoras —como Bentia Energy y Petróleos Sudamericanos— estén dispuestas a conseguir un seguro de caución o una garantía por una parte representativa del prepuesto que deberían desembolsar si quisieran cerrar ahora definitivamente los pozos paralizados heredados de YPF. Esa cifra debe ser validado por la autoridad de aplicación, es decir, por la provincia. “Por ejemplo, si la inversión necesaria para cerrar los pozos abandonados de un área de YPF es de US$ 10 millones, lo ideal sería que el nuevo operador otorgue al Estado provincial una garantía por 5 millones. La provincia a su vez, podría bajar las regalías hasta un 5% para fomentar el desarrollo de los campos convencionales, pero parte de ese dinero que se estaría dejando de percibir debería redireccionarse a fondear un fideicomiso para repagar la remediación ambiental de las áreas de YPF”, explicaron fuentes cercanas a la gobernación de Neuquén.
Chubut, el primer traspaso
Hasta el momento, la gobernación que encabeza Figueroa parece ser la única que puso el foco en lo ambiental. Es, en rigor, la que tiene más espalda para hacerlo porque no está apurada por discutir la continuidad de la actividad en los campos convencionales que está dejando YPF porque cuenta con Vaca Muerta que tracciona ingentes niveles de inversión. Chubut, Río Negro y Mendoza no poseen esa ventaja: tienen la necesidad prioritaria de asegurar primero la inversión en campos maduros antes de avanzar sobre la discusión ambiental.
El gobernador Torres anticipó, en esa clave, que Chubut impulsará una iniciativa para reducir las regalías hidrocarburíferas en aquellos campos maduros que mantengan o incrementen su producción. Resta conocer los detalles de esa medida, pero fuentes al tanto del proyecto indicaron que probablemente se establezca una curva de declinación base sobre la producción de las áreas convencionales para que toda la producción que esté por encima de ese nivel sea considerada como una extracción incremental que tributará un menor alícuota de regalías.
En Chubut existe también preocupación por la realización de algunas obras de infraestructura que la provincia considera estratégicas. Torres estuvo conversando de ese tema con Marín en una cena privada mantenida el domingo por la noche en Comodoro Rivadavia. La intención del mandatario patagónica es que YPF financie alguno de esos proyectos como la pavimentación de la ruta 37.
Sentimientos encontrados
Durante el acto por el traspaso de El Trébol a Pecom, que contó con la presencia de buena parte del arco político y sindical de la cuenca del Golfo San Jorge, Marín admitió que la salida de YPF le genera “sentimientos encontrados”. Lo escucharon unos 300 trabajadores petroleros de empresas de servicios petroleros. “Entiendo los sentimientos encontrados, porque todos los tenemos. Pero (con el ingreso de Pecom) hoy comienza un ecosistema de áreas convencionales que es mejor para los trabajadores, para el país y para la industria. YPF no podía seguir en las áreas marginales, es un lujo que Pecom se haya especializado en bloques convencionales, han armado un equipo extraordinario que va a redundar en beneficios para todos. Para hacer las cosas bien y transformar la realidad hay que tomar decisiones difíciles, estoy muy contento porque esto es lo mejor para todos”, afirmó el presidente de YPF.
Pecom está a cargo a partir de hoy la operación de las áreas Campamento Central–Cañadón Perdido y El Trébol–Escalante. La empresa del grupo Perez Companc articuló durante los dos últimos meses con actores públicos y privados de la cuenca para facilitar el cambio de manos de los bloques, lo que implica gestionar y alinear un innumerable cantidad de variables políticas, sindicales y empresariales. Fernando Portero Castro, director de Asuntos Públicos de Pecom, tuvo a cargo esa tarea, que viabilizó el traspaso anunciado hoy.
“Hablando de sentimientos, nací en Perez Companc en el año 1995, trabajé 10 años en la empresa, luego pasé 18 años por YPF y hace un año volví a Pecom, así que también tengo sentimientos de todo tipo. Para Pecom hoy es un día histórico, hace 22 años que no operamos yacimientos y hoy estamos arrancando la operación, algo que está en el ADN del grupo Perez Companc. Lo hacemos con seguridad, aplomo y parados en un plataforma de valores que el grupo desarrolló hace 70 años. Estoy convencido de que nuestra compañía puede generar valor apalancándonos en las capacidades que desarrollamos en este año. Nosotros vemos valor, vemos potencial en este tipo de campos, poniendo mucho foco en cada dólar que invirtamos, poniendo mucho foco en el gasto y en la producción”, destacó Gustavo Astíe, CEO de Pecom, que tomó la palabra después que Marín.