La decisión del gobierno de los Estados Unidos de poner en pausa el otorgamiento de nuevos permisos de exportación de gas natural licuado (LNG, según su sigla en inglés) continua inquietando a los países y clientes importadores del fluido estadounidense. La industria del gas en Alemania cuestionó la suspensión. En Japón el gobierno expresó su «preocupación». También se generaron cuestionamientos internos y un veto parcial en el Congreso. El gobierno focalizó en la necesidad de evaluar correctamente el impacto económico y ambiental de nuevos proyectos de LNG, aunque negó que la medida tenga por objetivo contentar a los ambientalistas de cara a las elecciones presidenciales.
Por iniciativa del presidente Joe Biden, el Departamento de Energía frenó temporalmente el otorgamiento de nuevos permisos de exportación a países que no tienen firmado un tratado de libre comercio (TLC) con EE.UU. El freno no alcanza a los proyectos que ya tenían sus permisos de exportación aprobados.
El gobierno fundamentó la decisión en la necesidad de revisar la forma en que se evaluarán solicitudes nuevas y existentes. La secretaria de Energía, Jennifer Granholm, explicó que “a medida que nuestras exportaciones aumentan, debemos revisar las solicitudes de exportación utilizando el análisis más completo y actualizado de las consideraciones económicas, ambientales y de seguridad nacional«. “El Departamento de Energía está iniciando una actualización del proceso mediante el cual realizamos estas evaluaciones”, añadió.
También se enfatizó en la importancia del aspecto ambiental. “Esta pausa en las nuevas aprobaciones de LNG ve a la crisis climática como lo que es: la amenaza existencial de nuestro tiempo”, informó la Casa Blanca a través de un comunicado.
Ruido entre los importadores
En efecto, las exportaciones de LNG de Estados Unidos crecieron a un ritmo meteórico en pocos años: el país superó a Catar el año pasado y se transformó en el mayor exportador del mundo, con 86 millones de toneladas vendidas, según datos de Kpler. El alejamiento de Europa y otros mercados del gas de Rusia está impulsado una nueva ronda de proyectos que incrementarán la capacidad de exportación sobre la premisa de que EE.UU garantizará el suministro. Pero el freno impuesto por Biden generó ruido, especialmente entre los clientes en Alemania y Japón.
El grupo de la industria del gas en Alemania, Zukunft Gas, criticó la decisión. «Los exportadores estadounidenses de LNG han hecho importantes esfuerzos para reemplazar el suministro de gas ruso en los últimos dos años. Por eso somos extremadamente críticos con la suspensión anunciada de la aprobación de nuevas terminales de LNG«, dijo el presidente y director ejecutivo de Zukunft Gas, Timm Kehler.
Alemania comenzó a importar gas licuado a fines de 2022 y ya tiene operativas tres terminales flotantes de almacenamiento y regasificación. El 82% de sus importaciones de LNG en 2023 provinieron de EE.UU. (4,1 millones de toneladas). «Ya deberíamos haber aprendido: si un solo exportador es demasiado dominante, el suministro de energía de Alemania se vuelve vulnerable», afirmó Kehler en declaraciones para S&P Global. Ni Alemania ni ningún otro país europeo tiene firmado un TLC con EE.UU.
En Japón, el segundo importador mundial de gas licuado, se espera un estancamiento y lento declive en la demanda de LNG. No obstante, el gobierno y la industria ven al gas estadounidense como una opción para balancear o reemplazar las importaciones desde Rusia. Japón tiene un tratado comercial con EE.UU. en vigencia desde 2020, aunque no se trata estrictamente de un TLC.
«Algunas empresas japonesas ya han cerrado contratos de suministro de LNG que está previsto que reciban aprobación y comiencen la producción en los EE.UU. Por lo tanto, nos preocupa que la suspensión temporal de los permisos de exportación retrase el inicio de la nueva producción de los EE.UU.», declaró el ministro de Industria, Ken Saito.
Por el freno, Kyushu Electric Power anunció esta semana que esperará hasta que se reanude la emisión de los permisos antes de decidir si invierte en el proyecto Lake Charles, una nueva terminal de LNG en Luisiana. «La decisión nos sorprendió un poco», dijo el director ejecutivo de la compañía, Takashi Mitsuyoshi, en declaraciones a Reuters.
Las importaciones de gas licuado desde EE.UU. ascendieron a 5,5 millones de toneladas en 2023, representando el 8% del total importado. Si bien su cuota de mercado en Japón todavía es baja, con respecto a 2022, las importaciones desde EE.UU. y desde Rusia aumentaron un 34% y disminuyeron un 11%, respectivamente. Las importaciones rusas cayeron a 6,1 millones de toneladas.
La explicación oficial
Funcionarios de la administración Biden salieron a remarcar el carácter temporal de la medida y que el gobierno tiene las herramientas legales para garantizar el suministro a cualquier mercado. No obstante, persiste el ruido entre gobiernos y clientes por la inexactitud en cuanto a la duración de la suspensión.
Consultado por el tema, el asesor principal de Energía e Inversiones del presidente Biden, Amos Hochstein, afirmó que Europa estará “bien suministrada” y que EE.UU. duplicará su capacidad de licuefacción para el 2028 por los proyectos que ya tienen permisos de exportación y de construcción. No obstante, sembró más dudas sobre la duración de la pausa. “La línea de tiempo será de 10, 12, 14 meses. Luego tomaremos una decisión sobre lo que haremos. ¿Seguiremos haciendo una pausa? ¿Aprobaremos nuevos proyectos o ninguno?”, respondió al medio Al-Arabiya.
La demanda futura de LNG es una variable que Hochstein consideró relevante. «¿Estaremos en peligro de desarrollar excesivamente nuestra capacidad en Estados Unidos y la demanda global no estará allí?», se preguntó el asesor. El argumento es cuanto menos llamativo dado que las inversiones en proyectos de licuefacción son a decisión y riesgo del sector privado.
Granholm rechazó la idea de que la administración Biden tiene como objetivo “prohibir” las exportaciones de LNG. “La conclusión es: esto no afectará ninguna relación entre nosotros y nuestros aliados ni su capacidad para acceder a la energía. No lo haríamos si así fuera”, dijo la secretaria de Energía.
Cuestionamientos internos
Desde el Partido Republicano cuestionaron al gobierno y lograron obtener media sanción en el Congreso de un proyecto de ley para transferir la autoridad sobre los permisos de exportación de LNG a la Comisión Federal Reguladora de la Energía, limitando así al poder ejecutivo. El proyecto, que contó con el voto positivo de nueve representantes del Partido Demócrata, incrementó sus posibilidades de aprobación en el Senado: el senador demócrata Michael Bennet calificó la medida del gobierno de “miope”.
El Instituto Americano del Petróleo (API), el principal grupo de lobby de la industria petrolera, advirtió que el freno aumentará los tiempos de concreción de los proyectos, impulsará el uso del carbón en todo el mundo y tendrá consecuencias geopolíticas. “Esta es una victoria para Rusia y una pérdida para los aliados estadounidenses, los empleos estadounidenses y el progreso climático global. No se necesita ninguna revisión para comprender los claros beneficios del LNG estadounidense para estabilizar los mercados energéticos globales”, dijo el presidente y CEO de API, Mike Sommers.
2 Responses
Muy interesante. Lástima que, al menos yo, sigo sin saber «qué hay detrás del freno de Estados Unidos al otorgamiento de nuevos permisos de exportación de LNG».
Charles tenes razon, no sabemos que hay detras…, por otro lado si hubiesemos tenido listo el gasoducto y la planta de liquefaccion en la UE ya se estarian peleando por comprarnos nuestro gas !!