La Federación de Cámaras Empresariales del sector Energético de Neuquén (Fecene) nuclea a 450 empresas que brindan trabajo a 30.000 empleados en la región. En diálogo con EconoJournal, el secretario de la Fecene, Daniel González, dio cuenta de los objetivos que tienen desde la Federación y la necesidad de que buena parte de la renta que se obtiene en Vaca Muerta quede en Neuquén a fin de sellar el compromiso con las nuevas generaciones y que se genere mayor actividad productiva.
Asimismo, el representante de la Fenece brindó detalles sobre la Ley de Compre Neuquino que reglamentó el gobierno de Omar Gutiérrez, para elevar el número de empresa certificadas como proveedores locales y dar respuesta en cuanto a servicios para la gran demanda que generó el desarrollo de Vaca Muerta. Además, desmintió que esta norma impida la competencia con proveedores de otras provincias.
En esa línea, González remarcó la necesidad de trabajar en la asociatividad para ampliar la base productiva de lo que hoy tiene Neuquén y buscar complementación con otras partes del país.
—¿Qué objetivos tienen desde la FECENE?
Lo que nosotros pretendemos es que buena parte de la renta de Vaca Muerta quede en Neuquén, esto es porque la provincia es mediterránea, no tiene salida al mar y está lejos de los centros de consumo. Por esta razón, no puede desarrollar mucha industria porque no tiene demasiado mercado. No somos la pampa húmeda, somos una provincia desértica. Para tener algún tipo de producción agrícola tenemos que tener buenas obras de irrigación. Dios nos ha dado esta ventaja que son el petróleo y el gas. Tenemos una ventana de oportunidad que con la transición energética no sabemos cuánto va a durar, quizás 20 o 30 años. Y ese es el tiempo que tenemos nosotros para lograr revertir la economía de Neuquén.
El empresario neuquino no quiere la renta en sí misma, sino que está reinvirtiendo en turismo, hotelería, inversiones inmobiliarias, bodegas, porque la realidad es esa: tratar de reconvertir la economía porque tenemos recursos no renovables y es nuestra responsabilidad hacia las generaciones futuras pensar qué va a quedar de eso y no repetir la experiencia de los pueblos norteamericanos con la fiebre del oro, en donde se acababa el recurso y quedaba un pueblo desierto. Nosotros tenemos una responsabilidad con las próximas generaciones, y que esa renta que puede dar Vaca Muerta quede en la provincia es lo que permitirá generar mayor actividad productiva.
—Existe un preconcepto sobre la Ley de Compre Neuquino por parte de proveedores de otras partes del país que afirman que esto trae ventaja para la provincia y que es un sistema que no permite la competencia. ¿En qué consiste esta Ley? ¿Cómo es posible desarmar esa idea?
La Ley del Compre Neuquino consiste en un polinomio en el cual se analizan cinco términos con distintas ponderaciones. El objetivo que tienen las compañías es ir juntando puntos para determinar si califican como una Empresa Certificada Neuquina (ECN). Las compañías no necesariamente tienen que haber nacido en Neuquén para tener esta calificación. Si uno tiene la totalidad de empleados provenientes de Neuquén, ya obtiene 30 puntos, si tiene la mitad 15. Otro aspecto que contempla la Ley es tener un establecimiento en la provincia, esto también suma puntos, así como también el lugar en donde se esté tributando. Si uno llega a un total de 65 puntos, es calificado como “Neuquino Clase B”, si llega a 80 puntos, como “Neuquino Clase A”. La diferencia entre ambas clases está en el fondo fiduciario. Por ejemplo, si en una cotización hay una empresa que cotiza hasta 9% menos que uno, lo invitan a igualar la oferta.
–¿Se trata de una herramienta lo suficientemente maleable para que si una empresa tiene la intención de realizar una estrategia en Neuquén lo pueda hacer y a su vez pueda competir dentro de ese esquema?
Exactamente. Se trata de armar un ecosistema. A las operadoras las obliga a contratar un 60% de la oferta que hay en Neuquén. Se están presentando informes cada tres o cuatro meses y nosotros nos reunimos todos los meses para evaluar eso.
—Hace 10 años las empresas de servicio, las proveedoras, conformaban un entramado grande y disperso que necesitaba una organización. Ese estadío lo han resuelto. Ustedes son un interlocutor legítimo que ha encontrado, en articulación con el sector público, una Ley donde se contempla una acción estratégica de las empresas de servicio, regionales y de capital. ¿Cuál es el próximo paso? ¿Qué es lo que se debe hacer?
Lo que noto es que sólo se ha desarrollado una porción muy mínima de lo que es Vaca Muerta, un ocho o un 10%. Evidentemente, la capacidad de las empresas neuquinas para desarrollar la totalidad no alcanza. Lo más inteligente es tener asociatividad y acuerdos con las Cámaras. El Centro PyME -ADENEU (agencia para la promoción y el desarrollo de las pequeñas y medianas empresas de la Provincia del Neuquén) nos ha ayudado con esto. Son un órgano de control de la aplicación de esa Ley.
Hace poco me reuní con las Cámaras de la provincia de Santa Fe y llevé un listado que indicaba cuál era la demanda que estaba satisfecha, cuál la parcialmente satisfecha y cuál la insatisfecha. Hemos encontrado que en Santa Fe hay una complementariedad muy grande con Neuquén porque ellos tienen una industria metal-mecánica que nosotros no. Lo que les planteamos es que en lugar de venir como paracaidistas entren por nuestras Cámaras, por asociatividad.
—¿Frente a esto uno podría asegurar que después de haber cubierto distintas etapas es fundamental trabajar en la asociatividad para ampliar la base productiva de lo que hoy tiene Neuquén y buscar complementarse con otras partes del país?
Sí. También estamos teniendo alcance internacional. En lo que es la actividad productiva existe el primer, segundo y tercer anillo. Nosotros en el primero no vamos a entrar nunca porque se requieren cientos de millones de dólares para la concesión de las áreas. Pero en el segundo anillo, que es el de servicios especiales como son la fractura, la perforación, nosotros pretendemos ingresar en lo que es la completación de pozos. Esto requiere un capital muy importante, pero es el objetivo. Algunas empresas neuquinas ya están comprando equipos de perforación. Hay una compañía que se encuentra negociando con una empresa americana de equipos de fractura.
—¿Cuánto le preocupa el escenario económico y político para transitar ese camino sin perder el norte?
El contexto nos afecta a todos. Desde las grandes empresas hasta las más chicas. Creo que el país tiene que tener una salida ordenada. Los distintos tipos de cambio no se justifican. El déficit fiscal tampoco. No sabemos qué va a salir de todo esto, pero creo que se tiene que ordenar la economía sí o sí. Vaca Muerta ya es una política de Estado. Cualquiera de los candidatos sabe que esta formación significa ingreso de divisas genuinas que necesita el país. Me parece que cualquiera de los candidatos va a continuar con lo que se está haciendo.
A su vez, considero que el gobierno provincial ha hecho bien la tarea porque en este periodo de transición le ha mostrado a los grandes inversores que hay continuidad. Demostraron que se están trabajando en conjunto el gobernador saliente con el electo. Así que somos optimistas, pero la coyuntura es muy difícil.
En este último tiempo estuvimos trabajando en el Sistema de Importaciones de República Argentina (SIRA). Llegamos al Ministerio de Economía, a la Secretaría de Energía, al Secretario de Comercio Exterior, y nos consultaron cuáles eran los productos críticos que estamos necesitando. No hay dólares para nadie. La situación es complicada no hay duda, pero con buena voluntad se va a salir adelante. El aparato productivo no está roto, la macroeconomía está muy mal, pero las empresas están trabajando.
—Durante la pandemia el sector de servicios fue un resorte muy importante en la contención de esa situación y pagó costos muy grandes porque se estrujó el flujo de pagos. ¿Le preocupa que esto también pueda llegar a pasar ahora?
No. Tendría que venir una política que no de seguridad jurídica a los inversores y que no haya reglas del todo claras para que se vayan. Me parece que algo similar no se va a dar. Fue una situación dificilísima que vivimos todos, pero por suerte la superamos. No creo que se vaya a dar algo así nuevamente.
Mencionó un aspecto positivo, que a su vez muestra una madurez del sistema político neuquino, que es tener una articulación y una agenda en común entre un gobernador saliente y un entrante. Sin embargo, eso no quita que haya un signo de interrogación en cuanto a los cambios y la gestión. ¿Qué cosas cree que se deben sostener? ¿Y sobre qué aspectos cree que es necesario trabajar porque hay oportunidades para mejorar?
Lo malo es que la transición fue muy larga. Desde abril hasta diciembre hay mucho tiempo. Creemos que en el corto plazo nos vamos a reunir con el gobernador electo para comunicarle qué cosas están funcionando, con el objetivo de que sigan. El Centro Pyme es una de ellas. Somos optimistas.