La pandemia dio vuelta todo. La vida cotidiana se desarmó por completo y las compañías tuvieron que adaptarse a un complejo y desconocido escenario. En medio de la tormenta, el sector de la salud tuvo que reaccionar primero y atravesó un proceso profundo de transformación. «Creo que nadie estaba preparado para una pandemia. Tuvimos que adaptarnos muy rápido. Nuestra fortaleza como compañía es la logística en todo el país y la agilidad para reaccionar. Vamos a todos lados, desde un yacimiento petrolero hasta un hogar particular. Esto mismo nos permitió ordenarnos y readaptarnos rápidamente», aseguró a TRAMA Ignacio García Torres, director general de Emergencias. La compañía desembarcó en 2014 en Neuquén y hoy, siete años después, es la principal prestadora de servicios de salud de Vaca Muerta. En total, llega a más de 70.000 personas en el sector de petróleo y gas en la Cuenca Neuquina. Tiene cobertura médica en todas las operaciones de YPF en Vaca Muerta, y también en áreas donde operan compañías como Pampa Energía, Vista, Pluspetrol, Capex y Magdalena Energy.
En la actualidad cuenta con más de 50 equipos montados en el sector petrolero y cada uno está conformado por una ambulancia. En total suman más de 300 personas que trabajan solo en campo. La empresa tiene una enorme sede en la ciudad de Neuquén y otras sucursales en la provincia de Río Negro, en las ciudades de Comodoro Rivadavia (Chubut) y Río Gallegos (Santa Cruz). También posee cobertura en las provincias del centro y norte del país en el sector minero.
Emergencias tiene 3.000 empleados y es la empresa más grande en servicios pre y poshospitalarios del país. En total, brinda cobertura a 9 millones de personas, sumando la atención a hogares particulares y a segmentos como el de los aeropuertos y grandes obras, entre otros.
«Lo que hicimos con la pandemia en 2020 estuvo bien y los resultados lo demuestran. El trabajo entre el sector público y privado de salud fue muy bueno. Si no, la situación hubiese sido otra», afirmó García Torres con orgullo, aunque al mismo tiempo advirtió preocupado que el COVID-19 no terminó y que está latente la llegada de una tercera ola en el país, con predominio de las variantes Delta y Ómicron.
Antes de la pandemia, la compañía venía explorando en la telemedicina y en modificar sus procesos. Esto se aceleró abrumadoramente con la llegada de la pandemia. La empresa tuvo que hacer una readaptación de todos sus procesos e incorporar la digitalización como un factor determinante. Antes de 2020 realizaba alrededor de 30 teleconsultas por día. Hoy, luego de la experiencia de la pandemia y la readaptación de sus procesos, concreta 60.000 teleconsultas por mes. Esta transformación está siendo determinante en la compañía y, por tal motivo, tiene un equipo permanente de 60 personas que están trabajando en nuevos procesos y en la digitalización de sus servicios médicos. Hace poco la compañía lanzó ÜMA, una plataforma basada en inteligencia artificial que tiene como principal objetivo brindar servicios de salud a todo el mundo a través de un teléfono».
¿Cómo fue la readaptación de la empresa en la pandemia?
Creo que nadie estaba preparado para una pandemia y tuvimos que adaptarnos rápido. La fortaleza que tenemos como compañía es la logística en todo el país y la agilidad para reaccionar. Somos una empresa que va a todos lados, desde un yacimiento petrolero hasta un hogar particular; esto mismo nos permitió ordenarnos y readaptarnos rápidamente en la pandemia. Lo que hicimos fue mover recursos con logística propia hacia Neuquén y armar todos los protocolos junto al cliente. Creamos directamente un hotel para que ahí se hagan las burbujas del protocolo COVID-19. Además, estuvimos permanentemente hisopando a la gente. Esto lo desplegamos en Neuquén (por la cobertura que tienen en los yacimientos de Vaca Muerta), pero hicimos algo similar en un proyecto minero en San Juan. Armamos los mismos protocolos, que tenían que ver con realizar aislamientos, hisopados y, después de eso, recién ahí la gente podía subir al yacimiento. En todo este trabajo tuvimos mucho diálogo con los sindicatos, que apoyaron el trabajo y dieron su mirada, y también con los Ministerios de Salud de Neuquén y Río Negro. Entre todos tuvimos mucho trabajo coordinado, con decisiones más ágiles. Estas son las cosas que creemos que se tienen que mantener. Al principio todo era incertidumbre, nadie estaba preparado, pero una vez que vas haciendo el recorrido te vas adaptando a los nuevos procesos y protocolos. Ahora, si vuelve a suceder una nueva ola estamos preparados, tenemos más gimnasia, más músculo para reaccionar. Tendríamos que volver a hacer lo que ya hicimos, porque lo que el sector de salud hizo con la pandemia en 2020 y 2021 estuvo bien y los resultados lo demuestran.
¿Qué esperan para el inicio de 2022?
Para enero vamos a tener una ola, por llamarlo de algún modo. Está pasando en Europa, no creo que no nos pase acá. No sé en qué nivel será. En abril y mayo de este año, con la segunda ola directamente la Argentina casi se estrella. Fue muy complejo en todos nuestros servicios y en el petróleo también. Esperemos no llegar a eso. Es verdad que estamos mejor preparados y más vacunados, pero ahora estamos viendo mucha más positividad. En abril-mayo de este año hacíamos 2.000 hisopados por día y la positividad estaba un poco más arriba del 50%. Después bajamos y llegamos a estar en 2%. Desde hace algunas semanas estamos en 150 hisopados diarios con 8% de positividad. Estamos subiendo todas las semanas en términos de volumen y positividad.
¿Cómo está preparado el sector de salud para una nueva ola?
Está mejor preparado, mucho más maduro y con más articulación entre lo público y lo privado. Nos tuvimos que acomodar a cosas que antes eran muy resistidas; por ejemplo, la telemedicina. En petróleo, la telemedicina nos sirvió mucho para hacer todo el seguimiento porque, además de poner el equipo médico con ambulancias, tráilers, enfermería, entre otras cosas, empezamos a hacer seguimiento de los pacientes con COVID-19. Y esto lo hicimos con telemedicina, es decir, videollamadas y chequeos, por ejemplo. Toda esta transformación llegó para quedarse.
¿Cómo adaptaron sus procesos y qué tuvieron que incorporar?
La transformación de las empresas ahora está en boga. Pero nosotros venimos transitando esto desde hace más tiempo. Venimos desde hace cuatro o cinco años dando pasos y probando experiencias en este sentido. En la compañía está la firme convicción de que tenemos que cambiar nuestros procesos, avanzar en la transformación de nuestro sistema y también modificar la manera en que operamos. En este escenario impulsamos una empresa, que hoy ya es un spin-off de la compañía y se llama ÜMA. En realidad, es una plataforma basada en inteligencia artificial que tiene como principal objetivo brindar servicios de salud a todo el mundo a través de un teléfono. Obviamente la pandemia potenció este desarrollo. Contábamos con receta digital, atención virtual de médicos, etcétera. Como ya teníamos trabajo previo, la pandemia nos encontró mucho mejor parados que nuestros competidores. Pasamos de hacer unas 300 teleconsultas por día antes de la pandemia a concretar 60.000 por mes. Es decir, nuestros procesos ya venían cambiando, pero la pandemia aceleró todo. A nivel operativo, hoy seguimos siendo una compañía que continúa cambiando los procesos. La transformación es central para toda la empresa y tenemos un equipo de 60 personas que están permanentemente trabajando en esto».
¿Los cambios de los procesos y la transformación de la compañía provocaron algún efecto particular en el sector petrolero?
Por cuestiones del entorno particular que tienen los yacimientos petroleros en la Argentina, en Emergencias estamos viendo lo que se conoce como «metaverso» (o «metauniverso»), que es el híbrido donde se une un avatar y ahí interactúan las personas. Es decir, en el momento de bienestar o de ocio, las personas se meten (en un dispositivo que vincula diferentes espacios) e interactúan con otras personas a la distancia. No sé cuándo, pero esto es lo que se viene. Se trata del bienestar y hay que mirar esto con atención. Creo que en el sector petrolero puede ser algo interesante.
La macro y la inflación
¿Están pensando en servicios nuevos para el próximo año?
Para avanzar en servicios nuevos, primero necesitamos tener más certezas para seguir invirtiendo. Iban a avanzar con la Ley de Hidrocarburos, pero ahora parece que la bajaron. Hay que ver qué pasa con el proyecto. Creo que faltan señales concretas en Vaca Muerta. Nosotros estamos ahí desde hace siete años y vamos a seguir estando en la Cuenca Neuquina. De todos modos, para 2022 la compañía va a invertir mucho en lo que es minería, sobre todo litio, en San Juan, Jujuy y Salta. Creemos que es terreno fértil.
¿Qué año 2022 prevén para el sector petrolero? ¿Creen que aumentará la actividad?
Creo que sí. La actividad en el último semestre de este año ya viene aumentando. El Plan Gas movió mucho. Por eso, la expectativa que tenemos para 2022 es que la actividad petrolera, seguro, no va a bajar, pero sobre todo creemos que va a crecer y tenemos que acompañar ese crecimiento con nuestros servicios de salud en Vaca Muerta.
¿Qué escenario está viendo en materia macroeconómica para el año que viene, sobre todo teniendo en cuenta el contexto inflacionario y que el sector de salud es muy sensible a esto?
En salud venimos de un congelamiento de ingresos en todo 2020 y que duró hasta la mitad de este año. También fue un sector donde hubo mucha ayuda estatal con los REPRO (Programa de Recuperación Productiva) y las cargas patronales, que el 31 de diciembre se terminan. Venimos de casi dos años muy complejos porque los costos subieron muy por encima de lo que pudimos actualizar. El sector de salud se va a achicar a partir del año que viene porque hay muchos prestadores más pequeños que tienen una situación muy difícil. Hay que repensar el sistema de salud. A veces la gente se asusta con esto, pero hay que seguir con lo que está bien y hay que cambiar lo que no está bien.
¿Qué cosas de la economía del país les preocupan para el próximo año?
Sacando la inflación por un momento, primero nos preocupa el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) para que ordene un poco más la economía o al menos dé más previsibilidad. Nos preocupa cómo va a jugar la oposición y cómo se reconvierte el gobierno de Alberto Fernández a partir de lo que fueron las elecciones. En este escenario estamos viendo qué pasa con la ley antidespidos, la doble indemnización, que para una empresa como la nuestra no es lo mismo. Si no hay un acuerdo con el FMI en 2022 vemos que va a haber mucha inflación. Esto en el sector de salud impacta directamente porque siempre corre de atrás. En salud el impacto llega seis meses después. Es un 2022 con más incertidumbres que certezas, pero estamos esperando señales. Estamos cerrando el presupuesto para el año que viene con un crecimiento lógico, pero muy bajo. ×