La crisis energética que reconoció el secretario Darío Martínez en la carta que le envió el martes al ministro de Economía, Martín Guzmán, amenaza con profundizarse en las próximas semanas. Uno de los principales motivos de preocupación es el faltante gasoil que empieza a poner en riesgo en abastecimiento en el inicio de la cosecha gruesa de soja. El inicio de la temporada estacional en la que más gasoil se consume coincide, para complejizar todavía más el escenario, con la agudización de la faltante de gasoil a nivel global.
Traders y compañías internacionales advierten que ya no se trata de pagar precios récord por la importación de gasoil, sino concretamente de que se está registrando una faltante física del producto por la sobredemanda a nivel mundial. En el gobierno existe preocupación porque, a esta altura, muy probablemente habrá desabastecimiento del combustible en algunos segmentos de la cadena durante abril y mayo.
Con ese panorama híper desafiante por delante, el Ministerio de Economía y la Secretaría de Energía convocaron a las principales petroleras del país para buscar alternativas que mitiguen los efectos nocivos del contexto internacional. Lo curioso es el misterio que le imprimieron a la organización del encuentro. De hecho, ante la consulta de EconoJournal funcionarios de la cartera que dirige Darío Martínez negaron que se haya realizado un encuentro de ese tipo. Sin embargo, la convocatoria, que se mantuvo bajo un cuidado hermetismo, se terminó concretando, pero no en una dependencia gubernamental.
La cita se concretó finalmente en el restaurante El Querandí, ubicado en la esquina de Perú y Moreno, a pocas cuadras de la Casa Rosada. En representación del Ministerio de Economía participó Demian Panigo, principal asesor en la materia de Martín Guzmán y director de YPF, aunque quien llevó la voz cantante de la reunión fue Ariel Kogan, mano derecha de Darío Martínez en la Secretaría de Energía, aunque en lo formal no es funcionario del áera porque se desempeña solo como asesor ad honorem del presidente Alberto Fernández. En Energía apelaron a ese formalismo técnico para justificar por qué retacearon información frente a una consulta específica sobre el tema. Una curiosidad más de la retórica gubernamental.
¿Por qué tanto misterio?
La explicación más plausible es que Kogan y Panigo querían discutir con los principales referentes del sector petrolero y evitar que, ante una eventual filtración, la reunión se convierta en una convocatoria masiva. Eso fue lo que sucedió el 22 de febrero pasado. La reunión fue adelantada por Econojournal y motivó que muchos empresarios que inicialmente no habían sido invitados terminaran consultando sobre la realización del encuentro y se sumaran sobre la hora. Así fue como terminaron asistiendo más de 50 ejecutivos de la industria petrolera y fue poco y nada lo que se pudo resolver.
En esta ocasión, en cambio, se decidió no realizar un encuentro oficial en la sede de la secretaría para poder manejarse con mayor reserva. Al encuentro de ayer concurrieron sólo referentes de las principales refinadoras y empresas productoras de crudo. De hecho, a los asistentes les terminaron confirmando a último momento el lugar del encuentro. Entre los participantes figuraron YPF, Pan American Energy (PAE), Raízen, Puma, Tecpetrol, Capsa, Pluspetrol, Vista y ExxonMobil.
Kogan fue vicepresidente de CAMMESA hasta junio del año pasado cuando el cristinismo forzó su renuncia. Pero días más tarde el presidente Alberto Fernández lo nombró asesor suyo “ad honorem” con rango y jerarquía de subsecretario a través de la resolución 509/21. En los hechos, se encarga de la gestión cotidiana de la secretaría de Energía.
Qué discutieron
Los representantes gubernamentales en la reunión intentaron derivar en los privados la responsabilidad de resolver los problemas que enfrenta el sector de combustibles. Plantearon la necesidad de maximizar la corrida de las refinerías locales, aunque en la práctica, hoy las plantas trabajan casi al máximo de su potencial. Los directivos privados indagaron acerca de si el Ejecutivo está dispuesto y tiene voluntad política de buscar alternativas concretas para intentar, aunque más no sea, morigerar las consecuencias de la crisis internacional. Pero los representantes del gobierno se excusaron y evitaron una respuesta concreta sobre los planteos formulados por los privados.
El principal problema que enfrenta la industria petrolera en estos momentos es el desabastecimiento de gasoil. Por la guerra de Ucrania la suba de precios de este combustible se disparó y en la actualidad las refinadoras están perdiendo 10 millones de dólares por cada barco de 50.000 metros cúbicos que importan debido al diferencial entre el precio internacional y el local. La reciente suba del precio de los combustibles buscó descomprimir parcialmente esta situación. Sin embargo, la brecha continúa siendo un problema y además ya está siendo difícil conseguir el combustible porque los países comenzaron a stockearse frente a la incertidumbre creciente que generan las sanciones a Rusia, principal abastecedor de gas natural de Europa.
Una medida que podría ayudar es la desgravación de la importación de combustibles para compensar la escalada del precio internacional. La medida estaba contemplada en el proyecto de presupuesto 2022, pero el mismo no llegó a tratarse. El gobierno tenía previsto enviar al Congreso una ley impositiva de Energía para destrabar una serie de problemas entre los cuales se incluía este punto. Sin embargo, la fractura del Frente de Todos en el Congreso hoy vuelve inviable esa alternativa. Algunos privados contemplan la posibilidad de buscar viabilizar la importación mediante algún instrumento fiscal para que las refinadoras puedan cancelar algún tipo de obligación impositiva. Eso se podría implementar vía una resolución ministerial sin la necesidad de recurrir a una Ley.
Otra de las alternativas que está en carpeta es otorgar incentivos para incrementar la producción de biodiesel y elevar el porcentaje de corte vigente para los combustibles. Sin embargo, fuentes privadas consultadas por este medio coincidieron que lo que falta es una política coordinada por el gobierno para poder paliar un escenario de consecuencias aún desconocidas.