El precio del gas voló este lunes en Europa hasta alcanzar el equivalente a los 100 dólares por millón de BTU debido a los rumores sobre un posible boicot a los hidrocarburos rusos. Argentina importó el año pasado 56 barcos de Gas Natural Licuado (LNG, según sus siglas en inglés) a 8,33 dólares promedio, menos de un décimo del record de hoy. Si el escenario no cambia, el problema principal que tendrá el gobierno de Alberto Fernández ya no es el impacto que la compra de gas podría tener en la cuenta de los subsidios energéticos sino directamente la imposibilidad de comprar ese gas por no disponer de los dólares para hacerlo. En ese caso, los cortes programados de gas serán inevitables durante el próximo invierno con el consiguiente impacto sobre la actividad económica.
Quién paga la cuenta
La consultora Economía & Energía que conduce el economista Nicolás Arceo, proyectó en su último informe cuál sería el costo que acarreará la importación de LNG ante distintos escenarios de precios. El año pasado, la importación de LNG demandó 1092 millones de dólares. Con la cotización del LNG a 20 dólares por millón de BTU esa cuenta trepa a 3252 millones y por cada 10 dólares adicionales por millón de BTU el costo sube en 1626 millones de dólares.
Esto significa que si Argentina tuviera que importar la misma cantidad de LNG que consumió el año pasado, pero a un precio de 100 dólares por millón de BTU la factura por esa importación llegaría al estratosférico precio de 16.260 millones de dólares.
En el mercado confían en que Europa Occidental no va a interrumpir sus importaciones de gas ruso como represalia por la invasión que decidió Vladimir Putin sobre Ucrania porque se quedaría a oscuras. «No servirán de nada si en tres semanas descubrimos que no tenemos más que unos días de electricidad en Alemania y que se deben revertir las sanciones», aseguró este domingo la ministra de Relaciones Exteriores de Alemania, Annalena Baerbock. «Si mañana en Alemania o en Europa las luces se apagan, eso no va a detener los tanques», agregó. Eso hace suponer que el record de 100 dólares por millón de BTU alcanzado en la mañana de este lunes es una sobrereacción motivada por el temor, pero que no tiene fundamentos para sostenerse.
Sin embargo, un precio del LNG mucho más bajo que ese también pondría en jaque a la Argentina. Por ejemplo, si el valor por millón de BTU se estabilizara en 40 dólares, algo imposible de descartar en un contexto de tanta incertidumbre, la cuenta que debería pagar Argentina por la importación de LGN sería de 6500 millones de dólares.
A eso hay que sumar que Bolivia enviará menos gas este año. Por lo tanto, habrá que reemplazar esos envíos con combustibles líquidos como gasoil y fueloil, que también tienen precios muy por encima de los 7,3 dólares por millón de BTU acordados con Bolivia. Economía & Energía estima que solo la importación de combustibles líquidos requeridos en el sistema de generación de energía eléctrica demandaría otros 1875 millones de dólares.
Si a los 6500 millones de dólares que supondría la importación de LNG a 40 dólares por millón de BTU, se le suman los 1875 millones de combustibles líquidos y los 772 millones de dólares que demandaría la importación de gas de Bolivia, la cuenta final llegaría a 9147 millones de dólares.
Si el precio del LNG bajara a 30 dólares por millón de BTU, solo la importación de los cargamentos de ese gas demandaría 4877 millones de dólares y la cuenta total de importaciones energéticas sería de 7524 millones, una cifra que sigue siendo imposible de afrontar con las alicaídas reservas del Banco Central.
Cortes programados de gas
Si la guerra en Ucrania se extiende y el precio del LNG se consolida en cualquier valor por encima de 30 dólares por millón de BTU, es casi una certeza que Argentina no podrá importar los mismos volúmenes que el año pasado. Por lo tanto, diversas fuentes del sector coinciden en que el gobierno deberá diseñar algún esquema de restricciones en el consumo de gas. Por lo general, suelen ser las industrias las que se ven afectadas en ese caso, lo que repercute inevitablemente en el nivel de actividad.
En el gobierno hasta ahora estaban esperando que la situación se calme para ver si los precios bajan. De hecho, IEASA licitó a fines de enero un solo barco de LNG para tantear el mercado y en la empresa estatal dudaron mucho antes de terminar convalidando una cotización de 27 dólares por millón de BTU. Desde entonces, los precios no han dejado de subir y la compra de todos los cargamentos de LNG para este invierno sigue pendiente.
En este escenario, el gobierno deberá comenzar a diseñar en las próximas semanas un plan de emergencia para afrontar una nueva crisis energética.
4 Responses
Sin comentarios. Nos espera un invierno durísimo.
Era de esperar gastamos 4500 miilones en importar gas enloma de la lata lo venteamos porque el estadono gasta 1600 millones es tenderlo lo que pasa que si hace el gasodu to se le acaba la cometa
les recuerdo que no había que adelantarnos a los acontecimiento.porque si están haciendo un gasoducto para exportar gas a Brasil.como se entiende.gracias
Este gobierno festejó sacar de servicio todas las explotaciones gasíferas q hizo Cambiemos e incluso los parques eólicos. Festejaban el retorno fe los barcos gasificadores. Ahora que? No tienen los dólares para comprar gas este invierno….
Genios de «un gobierno de científicos»….