El cristinismo salió a instalar en los medios de comunicación que el año próximo el aumento en las tarifas de luz y gas será de entre 17% y 20% para cerca del 80% de los hogares, mientras que el 20% de mayor poder adquisitivo debería enfrentar una suba sustancialmente mayor debido a la quita de subsidios, aunque no se precisó de cuánto podría llegar a ser ese ajuste.
El encargado de filtrar la información, que no cuenta con el aval del ministro de Economía, Martín Guzmán, fue el subsecretario de Energía Eléctrica, Federico Basualdo, a quien el propio Guzmán intentó desplazar sin éxito a comienzos de este año. El funcionario le transmitió a los periodistas que el tope de 20% será para las tarifas de luz y gas. De este modo, se mostró como una especie de secretario de Energía en los hechos, pese a que sus funciones formales se limitan al área eléctrica.
Lo que buscó el cristinismo con esta acción de prensa coordinada es anticiparse a Guzmán e instalar en la opinión pública que la suba tendrá un tope del 20%. De este modo, será difícil desandar ese camino sin dejar en evidencia una vez más el descalabro interno. La falta de coordinación es lo que explica que el anuncio se haya filtrado como un off the record sin que ningún funcionario haya salido a poner la cara.
En el caso de la electricidad, el gobierno nacional define solo las tarifas de Edenor y Edesur en el área metropolitana de Buenos Aires, pero en el caso del gas su alcance es nacional.
El tope del 20% cuando la mayoría de los economistas proyectan una inflación del 50% para 2022 deja en claro que los subsidios volverán a crecer con fuerza. De hecho, algunas proyecciones privadas estiman que si el precio del GNL se ubica en torno a 20 dólares y el aumento de tarifas es solo del 20% los subsidios podrían trepar hasta los 14.000 millones de dólares. Ese nivel de subsidios es incompatible con las recomendaciones que viene formulando puertas adentro el Fondo Monetario Internacional.
Desde el cristinismo aseguraron que el aumento será superior al 20% para el sector de mayor poder adquisitivo, a quienes a partir de la política de segmentación se le recortarán los subsidios pudiendo incluso llegar a eliminarlos. Sin embargo, en este caso no hubo precisiones sobre a cuánto podría llegar el incremento. Lo único que se dijo fue que los afectados por la segmentación serían cerca del 20% de los hogares. Fuentes oficiales y privadas coincidieron en señalar a EconoJournal que los avances en la segmentación han sido prácticamente nulos. Por eso Basualdo no ofreció detalles sobre ese punto.
Un comentario
Seria interesante que no haya desinteligencias entre los funcionarios, para mayor tranquilidad de los usuarios.
Que cada uno cumpla el rol que le corresponde, en éste y en todos los casos.
Miguel Aspe