El presidente y CEO del Grupo Techint, Paolo Rocca, habló sobre la salida de la pandemia y la transición energética en el mundo. Remarcó que los industriales “no podemos soportar los costos de la transición energética, ni los estados a través de subsidios puedan absorber este costo. En definitiva, se va a transferir en términos de impuestos a los consumidores”. Lo dijo en el evento anual de la Asociación Latinoamericana del Acero (ALACERO), que se realiza culminó hoy. El ejecutivo destacó la competitividad y el rol que puede tener Latinoamérica en la transición.
El empresario, a cargo de uno de los grupos industriales más grandes de la región, indicó que“la salida de la pandemia está siendo muy fuerte y está generando trastornos en toda la cadena de valor de la logística, la energía y la industrial”. Y explicó que otrofactor que afectó a la cadena de valor en plena pandemia fue la aceleración de la transición. “No hay dudas de que la transición ha entrado con fuerza en todas las compañías. Pero también entró en la redefinición de la cadena de abastecimiento a nivel mundial”, añadió.
Costos de la transición
El ejecutivo del grupo, a cargo de la empresa Ternium, fabricante de productos de acero, disertó de manera virtual en el evento anual ALACERO, entidad que agrupa al sector del acero de Latinoamérica. Allí, también preguntó “cómo va a ser la distribución del costo de la transición energética sobre las sociedades en todo el mundo. Hoy se está discutiendo esto, lo que surgió en la COP 26. Energía se asocia estrictamente al nivel de ingreso. La discusión entre India, países emergentes y países desarrollados sobre cómo reducir los consumos energéticos y quién paga la transición. En qué medida el costo de la transición puede ser soportado por los consumidores. Este es un debate que está empezando recién ahora, cuando los costos de la transición empiezan a aparecer”.
El titular de Techint, que en total disertó durante 40 minutos, también se preguntó “¿cuáles son los costos reales de la transición, es posible minimizarlos? Dentro de ciertos límites, sí.En una reducción de la energía dentro de nuestro sistema industrial, sí. Pero cuando tenemos que modificar las matrices energéticas de nuestras compañías incluyendo mayor participación de las renovables o llegar hasta el hidrógeno para determinados procesos de reducción de carbono, ahí los costos crecen”.
Además, comentó que “no está claro en qué medida nuestra cadena está dispuesta a absorberlo y, en definitiva, trasladarlo al consumidor. Nosotros (los industriales) no tenemos espacio para hacernos cargo en la reducción de nuestros márgenes en esto. Lo que podemos hacer es ejecutar con la mayor profesionalidad y calidad de ingeniería posible los proyectos. Pero nosotros no podemos soportar los costos de la transición, ni los estados, a través de subsidios, puedan absorber este costo. En definitiva, se va a transferir en términos de impuestos a los consumidores”.
Velocidad de la transición
Ante empresarios de toda la región, el líder del grupo Techint también señaló: “parece muy difícil prever la velocidad con la cual va a progresar la transferencia al consumidor de los costos de la transición.Lo que sí sabemos es que como industria tenemos que tomar todas las iniciativas que se necesiten para minimizar los costos de esa transición”. Y explicó que “en principio, vamos a necesitar energía renovable para todos los procesos del acero y, en algún momento, el hidrógeno”.
Carbon tax
Paolo Rocca explicó que “la única forma que el mundo puede encarar el desafío de una descarbonización en la transición es con una negociación de un carbon tax global, un precio del carbon a nivel global donde participen todos los países de todas las regiones. Esta es la única forma de tener un level playing field (equidad), sin entrar en conflictos interregionales o entre países”.
Además, mencionó que “Europa camina en la dirección del Carbon Border Adjustment Mechanism (un mecanismo para reducir la emisión de gases de efecto invernadero que podría entrar en vigor en 2022) con una complejidad extraordinaria, porque se trata de medir el contenido del carbón, el costo del carbón en país de origen de cada insumo para definir una tarifa de ingreso en Europa. Esto penaliza obviamente las exportaciones europeas porque después hay que definir cuál es la reducción del costo del carbón para los productos que Europa exporta. Creo que la complejidad de implementar mecanismos de defensa de mercado y mecanismos de ecualización de exportación es muy grande. Los tiempos van a ser muy largos. Me imagino que si este es el mecanismo que eligen en Europa, el resto de los países van a tener que adecuar sus decisiones”.
“En Estados Unidos, México y América Latina deberíamos abrir un debate sobre cómo ecualizar el costo del carbón,por lo menos dentro de nuestro espacio, así como Europa ya lo está haciendo”, concluyó Rocca.