En medio de un contexto signado por la suba de los precios de la energía a nivel internacional, con el barril de crudo Brent se ubica por encima de los US$ 80 y el gas natural en los últimos días superó en Europa los US$ 50 por millón de BTU, Nicolás Arceo, director de la consultora Economía y Energía, aportó su visión respecto del desacople en materia de precios, las capacidades de exportación de Vaca Muerta y los detalles de la Ley de Hidrocarburos, cuyos incentivos calificó de «escasos» y que deberían ser «un poco más agresivos».
El desacople de precios
“Argentina debe tener, como la mayor parte de los países, mecanismos de amortiguación de los precios locales respecto de los vaivenes del mercado internacional. Porque cuando se verifican desacoples grandes y perdurables entre el precio local y el internacional se generan desincentivos en los niveles de inversión”, señaló el especialista en el marco de un evento de energía organizado por la revista Forbes.
Arceo remarcó que «la Argentina no necesariamente tiene que acompañar el precio en el mercado mundial, independientemente del valor del barril en el mercado internacional. Sin embargo, una cosa es una brecha de US$ 25 entre un precio de US$ 55 a nivel doméstico y US$ 80 a nivel mundial y otra cosa es una brecha de un porcentaje similar, pero entre un crudo local en US$ 80 y en el mercado internacional de US$ 120”.
Asimismo, el consultor señaló que, de cara a la coyuntura actual, el país podría definir mecanismos de desacople a través de la utilización del impuesto a los combustibles líquidos y un esquema de retenciones creciente. “Lo más importante para la inversión es determinar un mecanismo de largo plazo que explicite las condiciones de determinación del precio de paridad de exportación y del precio del crudo local”, apuntó Arceo.
Vaca Muerta y la oportunidad de exportación
Los recursos no convencionales en la cuenca Neuquina representan 16 billones de barriles de petróleo y 308 TCF de gas natural. «Si esto se traduce en números, aun con precios bajos del crudo y del gas natural, el desarrollo de la mitad de esos recursos permitiría exportar aproximadamente US$ 37.500 millones anuales durante tres décadas«, subrayó el director de Economía y Energía.
“El volumen de recursos que hay en Vaca Muerta es muy significativo y puede morigerar la restricción externa que enfrenta la economía argentina”, destacó Arceo. Además, agregó: “es una condición de posibilidad para revertir esa restricción, pero no termina de visibilizarse la oportunidad en términos de exportación. Esta perspectiva rompería además con la discusión entre abastecimiento local y mercado de exportación que signó a la industria hidrocarburífera desde sus inicios”.
En materia de infraestructura, enfatizó que la Argentina «está en condiciones de dar un salto inicial en la producción de petróleo relativamente alto» y añadió que, luego, «se requeriría más infraestructura para incrementar los niveles de exportación de crudo y, claramente, se necesita es un nivel de inversión muy significativo para evacuar de forma masiva el gas natural desde la cuenca Neuquina, lo que implica ampliar la capacidad de transporte e instalar terminales de licuefacción«.
Fortalezas y debilidades de la Ley de Hidrocarburos
La principal fortaleza del Proyecto de Ley de Promoción de Inversiones Hidrocarburíferas, que tiene más de 100 artículos e incluye ocho distintos regímenes de fomento, es la de «colocar a la producción de petróleo y gas en la agenda política de discusión del país», indicó Arceo.
No obstante, expresó que el estímulo es insuficiente: “A mi entender el incentivo es escaso, porque si produzco 20.000 barriles diarios, duplico mi producción y me voy a 40.000 barriles diarios, me van a permitir exportar sobre la producción incremental es 4000 barriles diarios de los cuales en la mitad voy a tener libre disponibilidad. En este sentido, el proyecto plantea un mecanismo de promoción para el 10% de la producción y el 90% restante que debería destinarse al mercado local o regirse por los precios del mercado local, no tiene especificado el precio y esto es un déficit del proyecto de Ley”.
De allí se desprende que “Argentina va a poder subsidiar sustentablemente la energía, y de hecho lo necesita para dotar de mayor competitividad al sector industrial, cuando alcancemos una producción de 1,5 millones de barriles. Es decir, cuando la producción destinada al mercado local sea una proporción relativamente baja respecto de la explotación total”.
Por último, el especialista aseguró que “el proyecto de Ley de Hidrocarburos no surge de una discusión amplia entre oficialismo, oposición y provincias petroleras. No existe un consenso unánime y Argentina, para viabilizar inversiones, necesita conformar una política de Estado de largo plazo”.
En cuanto al advenimiento de la transición energética para mitigar el cambio climático, el economista remarcó: “no sabemos cuándo los hidrocarburos quedarán fuera de juego y es difícil afirmar que la meta de cero emisiones se va a cumplir para el 2050. Aun así, la ventana se está acortando y no tenemos un siglo para ponernos de acuerdo. La transición implica una oportunidad para el gas natural porque se va a utilizar para reemplazar al carbón, con lo cual, se abre una puerta al mercado del gas natural a lo largo de las próximas décadas y hay que aprovecharlo”.