«Es el último aumento de combustibles del año, no podíamos evitarlo» dijo hace nueve días el presidente de YPF, Pablo González, en el programa Brotes Verdes de C5N, a la hora de explicar las razones del aumento del precio de los combustibles que se concretó a mitad de mayo. La recomposición del precio en surtidores en tres alzas consecutivas en marzo, abril y mayo fue el acuerdo entre el gobierno y la mayor petrolera del mercado para ordenar el incremento de las naftas en un año electoral.
El correlato no escrito que se desprende del acuerdo de combustibles es que YPF le reconoce al productor de petróleo un precio neto de entre 54 y 55 dólares por el crudo que se extrae en Neuquén. La empresa controlada por el Estado fija, así, la referencia que rige para todo el mercado. Raízen (Shell), Trafigura (Puma) y otros jugadores del downstream (como Voy y Gulf) están pagando ese precio de referencia a productores no integrados como Vista, Pluspetrol, Tecpetrol, Capsa y Sinopec, entre otros.
¿Cómo se explica un precio del barril de 55 dólares para el mercado interno? De tomar al Brent como si cotizara en torno a los 63 dólares. Sobre ese valor de referencia, se calcula el precio de paridad de exportación. Para eso, se aplica un primer descuento por retenciones del 8% (por cotizar por encima de los US$ 60) que deja el importe neto en 58 dólares. Y luego se realiza un segundo descuento de dos o tres dólares por el impacto del flete y calidad del crudo, que lleva el precio final a 55 dólares. “Es el esquema que lideró YPF y fue positivo porque terminó ordenando el mercado. Ellos fijan el precio de compra en el mercado interno y el resto de las empresas siguen de manera tácita esa línea”, explicaron en una refinadora.
Cambio de precio
Sin embargo, la escalada del precio del Brent podría afectar ese escenario. El barril orilló el viernes los 70 dólares. Hoy abrió a US$ 69,60 y abre un interrogante sobre lo que puede pasar con el precio de los combustibles durante el segundo semestre. “A nivel global, el grupo ve que el precio podría llegar a los 80 dólares en diciembre si la demanda en los países centrales se recupera a los niveles pre-pandemia, como está pasando en EE.UU. Habrá que ver qué hace la OPEP, que tiene mucha producción parada”, explicó un trader de combustibles.
Si ese escenario se concreta podría afectar el esquema convenido entre YPF y el gobierno porque meterá mucha presión sobre el precio local en surtidores. Marca un desafío para el segundo semestre del año porque vuelve a instalar en la agenda el tema del precio de los combustibles, algo que en la Casa Rosada pretenden dejar atrás en plena agenda electoral.
Aumentos
Los combustibles aumentaron el 5 de enero un 2,9% y el 16 de ese mes también subieron 3,5%, luego de una actualización de los impuestos a los combustibles. El 1° de febrero volvieron a aumentar, pero por la suba del precio de los biocombustibles. Esta vez (la tercera del año) fue de 1% en las naftas y 1,9% en el gasoil. El último aumento del 16 de mayo fue el sexto del año para YPF. Implicó un aumento de un 5% en promedio. Fue el cierre de una suba total programada para los meses de marzo (7%), abril (6%) y mayo (5%).
Así, desde agosto del año pasado, cuando el gobierno decidió descongelar el precio de los surtidores tras 10 meses sin moverlos, los combustibles acumulan una suba de alrededor de 55 por ciento.