En la provincia de Chubut se está discutiendo un proyecto de Ley de Zonificación Minera que habilita el desarrollo de esa industria en los departamentos de Gastre y Telsen, una zona que representa el 16% de la superficie de la provincia y en donde “la actividad es ampliamente aceptada y solicitada por la comunidad local”, señaló la Red de Académicos por el Desarrollo de una Minería Sustentable, un grupo interdisciplinario integrado por profesionales vinculados con instituciones académicas universitarias y de formación superior.
“El proyecto no hace más que cumplir con uno de los requisitos establecidos por la Ley 5001 que, si bien debería haberse cumplido antes de los 120 días de sancionada la norma, no tiene fecha de vencimiento, al igual que no lo tiene el resto de las reglamentaciones que, para cada ley sancionada en nuestro país, suele concretarse mucho tiempo después de los plazos establecidos”, continúa.
La red de académicos se propone “el cuidado del ambiente y a través del conocimiento científico tecnológico, la experiencia y la formación profesional de sus integrantes respetando la diversidad de opiniones relacionadas con esta actividad”.
Este proyecto despertó voces críticas que han logrado hacerse oír, pero a la vez ha generado multitudinarias adhesiones, expresadas en encuestas y, sobre todo, en marchas encabezadas por los habitantes de la zona en la que se propone desarrollar la actividad.
Además, la red destaca: “existe una gran cantidad de elementos técnicos a considerar en el debate, pero antes de todos estos elementos sobresale una discusión de carácter moral. La cruda realidad es que tanto quienes se oponen a la minería como quienes la apoyan viven una vida rodeada de bienes y servicios que no existirían de no ser por los insumos que provee la actividad, insumos que no crecen en los árboles, sino que son producidos en provincias y países que no rechazan la minería. Sin minería no hay computadoras, ni celulares, ni automóviles, ni electricidad, ni gas. Sin minería no hay agricultura, ni turismo, ni educación, ni salud, ni producción científica”.
La red de profesionales plantea: “¿es moralmente justificable que quienes creen que la minería es una actividad contaminante acepten usar productos provenientes de la actividad que, a su entender, estaría contaminando otras provincias o países? ¿No resulta esto equivalente a consumir una prenda de vestir, a sabiendas de que fue producida con trabajo infantil? ¿O comprar un bien, a sabiendas de que el mismo fue robado? Para la tranquilidad de los lectores, la minería no tiene punto de comparación con esas actividades ilícitas, porque la minería es una actividad lícita que en todo el mundo aplica estándares de seguridad que pocas industrias poseen, contribuyendo al desarrollo sustentable de las comunidades en las que se realiza”.
“La minería acompaña al ser humano desde la edad de piedra, y lo seguirá acompañando hasta el fin de sus tiempos, y todas las personas, chubutenses incluidos, seguirán dependiendo de bienes y servicios procedentes de la minería. Una provincia que externaliza los impactos que su estilo de vida produce, no está haciendo uso de su derecho de autodeterminación, sino que está condicionando los derechos de los pueblos que habitan las regiones que eligen desarrollarse mediante la producción de esos insumos”, añade.
El proyecto de ley que se está discutiendo “es de vital importancia”, porque permitirá a la provincia de Chubut “contribuir a la producción de los insumos necesarios para generar los bienes y servicios que los propios chubutenses demandan”. Además, “lo hará garantizando las mejores prácticas ambientales y maximizando los beneficios para la provincia y el país. Beneficios que se traducirán en una mayor recaudación fiscal, generación de empleo local, promoción de pymes a través del compre local, planes de desarrollo comunitario, integración productiva, capacitación en oficios, etc.”.
“Este proyecto nos brinda la oportunidad de dar la tan postergada discusión moral sobre la minería, una discusión madura y honesta en la que de una vez por todas el ´cómo´ deje de ser eclipsado por el ´no´”, concluye el comunicado.