La secretaria de Energía informó ayer que el precio promedio del gas en boca de pozo surgido del primer día de la subasta realizada en el MEGSA fue de 4,62 dólares por millón de BTU, por encima del valor esperado en el gobierno. Las causas que incidieron en este valor son las siguientes:
1) Luego del conflicto que se generó el año pasado cuando el gobierno intentó trasladar a los usuarios del gas, tal como preveía la normativa, el costo extra generado en las tarifas por la devaluación del peso, el decreto 1053 del 15 de noviembre de 2018 le trasladó el riesgo cambiario a los productores en su artículo 8: “Determínase que a partir del 1º de abril de 2019 los proveedores de gas natural y las prestadoras del servicio de distribución de gas natural por redes deberán prever en sus contratos que en ningún caso podrá trasladarse a los usuarios que reciban servicio completo el mayor costo ocasionado por variaciones del tipo de cambio ocurridas durante cada período estacional”, explicita el decreto firmado por el presidente Mauricio Macri.
2) Como consecuencia del decreto 1053/18, el 11 de febrero de este año el Ente Nacional Regulador del Gas (Enargas) dictó la resolución 72/19 donde precisó la metodología de traslado a tarifas del precio del gas explicitando que al comienzo de cada período estacional se debe fijar un precio en pesos a un tipo de cambio que surge del promedio de los 15 días previos al mes anterior del inicio de dicho período. Esto significa que las tarifas en los hechos dejan de estar dolarizadas ya que por más que los contratos entre productoras y distribuidoras sean en dólares, el monto acordado se convierte a pesos antes de la entrada en vigencia de las nuevas tarifas y durante los seis meses en que ese valor está vigente el riesgo de una devaluación corre por cuenta de las petroleras. Es decir, para las tarifas que entran a regir en abril el dólar que se toma como referencia es el promedio de la segunda quincena de marzo y para la actualización de octubre (que este año será en diciembre por cuestiones electorales) se toma la última quincena de septiembre.
3) Si bien la incertidumbre cambiaria continúa siendo alta, la mayoría de las petroleras no contrataron un seguro cambiario en el ROFEX o en otro mercado secundario. Lo que hicieron fue cubrirse elevando el precio que fijaron en la subasta. Como en el mercado de futuros el dólar cotiza en torno a los 48 pesos para diciembre y están firmando contratos que se extienden por todo el año, lo que hicieron fue tomar como referencia ese tipo de cambio. A raíz de ello, es que el precio promedio del gas en boca de pozo no estuvo en torno a los 4 dólar por millón de BTU sino que trepó a 4,62 dólares, incluso en un contexto de mayor oferta de gas local si se realiza la comparación interanual, debido fundamentalmente al crecimiento de la oferta por parte de Tecpetrol. Esos valores en dólares terminan siendo pesificados, pero el ingreso que se le garantiza a la petrolera no es el mismo si se pesifican 4 dólares que si se pesifican 4,62 dólares por millón de BTU. Ahí es donde queda clara de algún modo la cobertura del riesgo cambiario.
4) El plazo de pago es otro de los factores que terminó influyendo en el precio final de la subasta. Las petroleras habían pedido reducir el plazo de pago que tienen las distribuidoras de 75 a 30 días, fundamentalmente para reducir el riesgo cambiario que supone vender el fluido y cobrarlo 75 días después, pero las distribuidoras sostienen que facturan cada 60 días y solamente la mitad de los usuarios residenciales pagan la boleta durante los primeros días de haberla recibido. Por lo tanto, los plazos se estiran todavía más. La Asociación de Distribuidoras de Gas (Adigas) argumentó que si las obligaban a pagar la factura en un plazo de 30 días se verían obligadas a requerir financiamiento para hacer frente a los compromisos, algo muy costoso, sobre todo en el contexto actual, y ese costo luego sería trasladado al usuario residencial encareciendo aún más la factura del gas. Debido a ello, en el pliego definitivo para la subasta de gas el plazo establecido fue de 65 días, más del doble del incluido en el borrador, pero diez días menor al plazo vigente. La consecuencia no deseada de estirar ese plazo es que de algún modo también termina incidiendo en el precio final del producto.
5) Las restricciones en la capacidad de transporte también conspiraron para que haya precios más competitivos. El gas más barato proviene de la cuenca neuquina, pero como la capacidad de transporte está saturada las distribuidoras tuvieron que asegurarse transporte en firme, para que no les corten en invierno, contratando también gas de otras cuencas donde no hay sobrante de fluido y el precio es mayor.
Otro factor que lleva para arriba el precio del gas en boca de pozo, independientemente de lo que ocurrió en la subasta, es que muchas productoras hicieron acuerdos con distribuidoras por fuera del MEGSA. Chubut, por ejemplo, tiene el precio más caro del mercado porque en esa provincia las principales productoras provinciales cerraron acuerdos privados con las distribuidoras».
El miércoles 20 de febrero las empresas distribuidoras tienen que presentar al Enargas los contratos que firmaron con las productoras para abastecer el mercado domiciliario en firme. En base a esos contratos, el ente regulador tiene que hacer el traspaso a tarifas tomando en cuenta el precio del gas en boca de pozo y la variación del Índice de Precios Internos al por Mayor (IPIM) de semestre previo a la actualización, aunque no está obligado a que ese traspaso sea automático. De hecho, en el último ajuste semestral de octubre, correspondiente al período febrero-agosto de 2018, las distribuidoras afirman que les deberían haber reconocido una actualización del 32%, pero Enargas autorizó solo un 19,6% tomando en cuenta como índice de actualización de la tarifa un promedio simple entre el IPIM, el Indice del Costo de la Construcción y el Índice de Variación Salarial. Ahora las distribuidoras esperaban que se les reconozca toda la inflación mayorista del semestre y la actualización que les “adeudan” del semestre anterior. A raíz del precio promedio mayorista del gas en boca de pozo surgido de la subasta, lo último está descartado y aún no está claro si se les trasladará de modo automático el IPIM del último semestre. Eso dependerá del aumento tarifario que esté dispuesto a convalidar el gobierno en medio de la campaña electoral.