La demanda de nafta premium cayó 0,5% interanual en el trimestre mayo-julio al totalizar 691.485,83 metros cúbicos, mientras que la súper creció 4,2% al totalizar ventas por 1.611.547,52 metros cúbicos. Los operadores de estaciones de servicio explican que el cambio de comportamiento obedece al “efecto precio”, el cual aseguran que “se acentuó en agosto”.
En el mismo período las ventas de gasoil común totalizaron 2.537.272,35 metros cúbicos, un 8,3 por ciento menos que en el mismo período de 2017, mientras que se vendieron 865.241,92 metros cúbicos de gasoil premium, un 15,1% más que hace un año. Una explicación de la caída de ventas del gasoil común puede darse por el lado de una menor demanda como consecuencia de la sequía que afectó a la producción agraria, y también a sectores de la industria, en tanto que la suba en las ventas de gasoil premium tienen por destino la carga de vehículos particulares nuevos o seminuevos que requieren este tipo de combustible.
Los datos fueron publicados por la ahora Secretaría de Energía, y corresponden a volúmenes de combustibles vendidos por YPF, Axion, Shell, Petrobras, Refinor, Sol y otras independientes, y los cambios de tendencia resultaron similares para todas las marcas.
Las ventas discriminadas por marca revelan una relativa estabilidad en el desempeño de YPF, la principal del mercado, un crecimiento de Axion, una consolidación de Shell, y el brusco descenso de Petrobras y Oil en el marco de la desarticulación de sus redes y traspaso a otras marcas.
Estos datos del mercado local a julio se dieron en un contexto de desregulación de precios activado desde principios de año por el entonces ministerio de Energía. No obstante, la suba del precio internacional del crudo (el Brent ronda los 79 dólares el barril), y la fuerte devaluación del peso llevó al gobierno (a finales de abril) a ensayar una suerte de acuerdo de precios en este rubro para el bimestre mayo-junio para no echarle más nafta a la inflación, prometiendo compensaciones a las empresas petroleras para el segundo semestre del año.
El acuerdo no prosperó, hubo cambios en el gobierno y los precios de los combustibles siguen subiendo por los factores mencionados, por la incidencia del nuevo esquema impositivo que los grava, y también por los precios de los biocombustibles que se cortan con naftas y gasoils.
La forma de fijar el nuevo Impuesto sobre los Combustibles no tuvo el efecto positivo que el gobierno supuso sobre los precios finales. El incremento automático del gravamen según la evolución trimestral del Índice de Precios al Consumidor está complicando al consumidor.
Por estos días, el litro de gasoil común ronda los 31 pesos, el gasoil premium 37, la nafta súper los 34 pesos y la premium los 40 pesos, en el ámbito de la Ciudad de Buenos Aires, con diferencias a la suba en el resto del país.