El gobierno tenía previsto presentar en el Congreso antes de fin de año el Acuerdo Federal Minero (AFM) firmado con las provincias. La intención inicial era llevar el texto al parlamento en noviembre o diciembre para que se debata y apruebe junto con el resto de las leyes enviadas por el Ejecutivo, según le afirmó a EconoJournal un alto funcionario nacional del sector, pero finalmente eso no ocurrió. «Hubo proyectos más importantes que tratar como la reforma previsional o la impositiva”, aseguró una fuente del Ministerio de Energía y Minería, la cual a su vez adelantó que “esperamos que este año ingrese al Congreso, creemos que en 2018 el Acuerdo Federal Minero se va a convertir en ley”.
En junio del año pasado el gobierno nacional, las provincias, el sector privado y el sindicato firmaron el AFM. Luego estaba previsto que la iniciativa fuera llevada al Congreso para que se apruebe antes de fin de año y así tratar de atraer inversiones. Finalmente, el Gobierno tuvo un diciembre difícil adentro y afuera del Congreso a raíz del tratamiento de la reforma previsional y la iniciativa quedó postergada.
De todos modos, algunas fuentes consultadas no descartan la posibilidad de que el proyecto no se haya enviado al Congreso en 2017 porque todavía falta que se sumen siete jurisdicciones, un dato no menor ya que los recursos pertenecen por ley a las propias provincias. Las que aún no rubricaron el acuerdo son San Luis, Chubut, La Pampa, La Rioja, Formosa, Santa Fe y Tucumán.
El Gobierno pretende sumar la mayor cantidad de provincias para cuando se trate en 2018. Incluso se pueden sumar más luego de haberse convertido en ley, aclararon a EconoJournal. Ya se conoce que Chubut está discutiendo en estos días el desarrollo de la minería en su territorio y La Rioja esta debatiendo ser parte del acuerdo.
El AFM tiene algunos artículos que se ponen en vigencia solo con la firma de cada gobernador provincial. Otros requieren que se apruebe en el Congreso Nacional y en los provinciales. De todos modos, la intención del ejecutivo es mostrar un gran consenso político alcanzado por la Casa Rosada hacia las provincias para impulsar las inversiones mineras.
El 12 de junio, cuando se presentó en el Salón Blanco de la Casa de Gobierno, Macri señaló que el acuerdo estaba inspirado en una idea de país “completamente federal, que es lo que queremos todos, una Argentina justa, desarrollada en cada región y que no expulse a su gente de las provincias por falta de actividades productivas”.
Además, que era necesario “terminar con años de improvisación, falta de control y transparencia con que se manejaron algunas concesiones mineras, lo que le sacó autoridad a la posibilidad de desarrollar un tema que es tan central e importante para los argentinos”.
El nuevo Acuerdo Federal Minero, de concretarse, sustituirá al de 1993. Según el propio Gobierno, generará 125 mil empleos en el sector. El AFM hace foco en las condiciones regulatorias y fiscales del sector. Entre los puntos centrales se destaca el techo del 3% de las regalías sobre el valor bruto de venta del mineral en boca de mina; el aporte de 1,5% para un Fondo Provincial de Infraestructura; el acuerdo “región por región” y la conformación de mesas de productividad; que las concesiones duren hasta que exista mineral con la preservación de las condiciones fiscales por 30 años, tal cual lo estipula la Ley de Inversiones Mineras; entre otros puntos.
Desde que asumió Macri en la Casa Rosada, el Gobierno impulsó importantes medidas para el desarrollo del sector, como fueron la quita de las retenciones mineras a los pocos días de asumir la nueva gestión y la reactivación del Consejo Federal Minero en 2016.
Además del tratamiento en cada legislatura provincial, el Congreso de la Nación es uno de los últimos y más importantes pasos que le queda al acuerdo federal para que el sector minero tome otro impulso.
El acuerdo alcanzado por el Ejecutivo se conoce como “federalismo de concertación”, es decir, tiene que refrendarse en el Congreso y en las provincias sin ninguna modificación, de lo contrario se debe rediscutir nuevamente.