El nuevo convenio colectivo de trabajo para yacimientos no convencionales en Neuquén –presentada en enero por el presidente Mauricio Macri como una de las llaves para destrabar la llegada de inversiones a Vaca Muerta- sigue sin aplicarse, al menos en su totalidad, por la negativa de las bases del sindicato de petroleros privados, que conduce Guillermo Pereyra.
El lunes de esta semana el cuerpo de delegados de Quintana, una compañía de equipos de torre, se negó a aceptar lo establecido por la adenda laboral y frenaron dos unidades de perforación asignados a proyectos no convencionales de YPF, la mayor productora del mercado. Cinco días después, y pese a que el Ministerio de Trabajo dictó la conciliación obligatoria para encarrillar el conflicto, los equipos continúan inactivos por decisión de los delegados de la empresa, que incluso desoyeron la instrucción de Pereyra de retomar la prestaron normal de tareas.
YPF está trabajando para resolver el conflicto, pero lo cierto es que hoy está perdiendo dinero por la negativa del gremio a implementar un convenio que fue avalado por la conducción del sindicato hace ya ocho meses.
¿Cómo se explica el escenario? La adenda firmada a principios de año establece que las unidades de perforación pueden operar con tres operarios boca de pozo, sin la necesidad de incorporar obligatoriamente a un “sampista”, un cuarto operario a cargo del sampi del equipo. En la práctica, el documento establece una reducción de cuatro a tres operarios por rig.
Por decisión del nuevo vicepresidente del Upstream de YPF, Pablo Bizzotto, la petrolera controlada por el Estado reasumió el compromiso de aplicar en un 100% el convenio de trabajo firmado a principios de año. Por eso, instruyó a Quintana para que en octubre deje de pagar al cuarto operario boca de pozo según lo establecido por la normativa vigente. La empresa de servicios comunicó la medida al personal y empezó a instrumentarla el lunes a la noche. Los trabajadores rechazaron su aplicación y frenaron dos equipos asignados a campos no convencionales de tight gas en Neuquén. El martes, el Ministerio de Trabajo dictó la conciliación obligatoria. Pereyra, secretario histórico del gremio y a su vez senador nacional por el MPN, ordenó acatar la decisión. En diálogo con EconoJournal, un colaborador directo del sindicalista incluso dejó entrever que el conflicto estaba destrabado. Pero el cuerpo de delegados de Quintana fue a contramano de su propia conducción y siguió adelante con la medida de fuerza. Lo que sucede en Quintana podría replicarse en otras empresas de equipos torre, como DLS y Nabors.
“Estamos pagando una dotación de cuatro personas cuando la adenda dice claramente que se debería operar con tres”, explicaron desde una de esas empresas. “Podríamos reducir los costos de operación de los equipos en un 25%”, agregaron.
En YPF, el mayor inversor de Neuquén, aspiran a resolver el conflicto en los próximos días. Pero por estas horas el panorama se presenta incierto.
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Lo que la nota no comenta es las respuestas a las preguntas mas importantes: En el proceso industrial de perforacion o fracking, se necesita o es relevante el uso permanente o en hot stand -by de un clarck o el «sampi» (al lado de la torre o en el sitio de perforacion)?? Si fuera necesario, es necesario un operario especialmente entrenado en el manejo de este equipo de transporte para su uso? Su falta puede perjudicar o aumentar el tiempo de perforacion y provocar un costo de alquiler mayor al costo del sampista? Su falta puede inducir a los otros operarios a obviar pasos o inducir al mal uso de herramientas o materiales que tengan potenciales consecuencias de costo mayor al que se quiere evitar? Cual es el estandar industrial especifico en EEUU para este proceso? Y muchas mas que no tiene sentido detallar a los efectos de esta discusion…!!!