La decisión de la empresa norteamericana Superior Energy Services, que ofrece servicios de perforación y completación de pozos, de despedir a 77 operarios petroleros en Neuquén como resultado de la aplicación del nuevo convenio colectivo de trabajo para Vaca Muerta motivó una serie de reuniones de urgencia entre funcionarios del Gobierno nacional, de Neuquén, del propio sindicato petrolero y de YPF, la mayor productora de hidrocarburos de la cuenca y del país.
La demorada instrumentación del acuerdo petrolero firmado en enero por el presidente Mauricio Macri para mejorar la productividad en los yacimientos no convencionales de Neuquén amenaza con colarse y entorpecer la agenda con inversores que tendrá el mandatario en su visita oficial de esta semana a EE.UU., que contempla para mañana un almuerzo con empresarios petroleros en Houston.
Para desactivar esos contratiempos, la semana pasada Juan José Aranguren, ministro de Energía, se reunió con Guillermo Pereyra, líder del sindicato petrolero de Neuquén, y con el gobernador de esa provincia, Omar Gutiérrez, con la intención de apurar la aplicación del convenio colectivo. Hoy se producirá una segunda cumbre en YPF, donde el vicepresidente de Upstream, Santiago Martínez Tanoira, recibirá a Pereyra para avanzar en la misma dirección.
La decisión de Superior Energy de despedir a casi 80 trabajadores complica ese andamiaje. La empresa justificó la medida en lo escrito en la adenda al convenio colectivo para los no convencionales, homologada oficialmente por el Ministerio de Trabajo en marzo. “Superior aplicó a rajatabla lo que dice el texto, que prevé un recorte en las dotaciones de operarios para prestar servicios de coiled tubing, fractura y wireline”, explicó el gerente de una empresa de servicios.
Pereyra estaba negociando con los principales proveedores de servicios –como Schlumberger, Halliburton, Weatherford y Baker, entre otras- una aplicación gradual del documento para evitar una nueva ola de despidos. La jugada de Superior Energy lo dejó expuesto. La cartera que dirige Jorge Triaca dictó la conciliación obligatoria y es probable que la empresa deba retrotraer algunas desvinculaciones. Es lo esperable. Pero al mover primero, Superior tomó la iniciativa y dejó a Pereyra frente a un dilema incómodo. ¿Qué hacer frente a la medida? ¿Cuestionarla pública y mediáticamente para atender la presión de las bases del gremio justo en la antesala del viaje a Houston en el que flanqueará a Macri en busca de inversiones? ¿No decir nada, como hasta ahora, y exponerse a las críticas de las facciones de izquierda dentro de la interna del sindicato?
El gremialista, que a su vez es senador nacional por el MPN y preside la Comisión de Energía de la cámara alta, fue uno de los factótums de la escala del Presidente en Texas. Se descuenta que uno de los pivotes discursivos de Macri en el almuerzo de mañana será el acuerdo petrolero que firmó con los gremios, Neuquén y las empresas operadoras para bajar los costos de explotación de Vaca Muerta.
¿Qué margen político tiene Pereyra para cuestionar a una empresa como Superior que lo único que hizo fue aplicar el texto que el propio gremialista avaló? Son dilemas que seguramente se dilucidarán en las próximas semanas. Mientras tanto, tres meses después de que Macri anunciara su lanzamiento desde la Casa Rosada, el nuevo convenio colectivo para los no convencionales se presenta como un acuerdo de dudosa aplicabilidad.
0 Responses
Me parece bien que se le exija al Sindicato el cumplimiento de lo acordado. Sin embargo, aún su aplicación plena tendrá un impacto muy reducido sobre el costo de perforar y completar pozos productores en Vaca Muerta.
Las inversiones que se han anunciado están principalmente relacionadas al precio subvencionado del gas comprometido por el Gobierno Nacional, y no a la agenda del Convenio Colectivo.
Adicionalmente, la presión sindical sobre las empresas del sector para agregar personal más allá de lo necesario, se ha incrementado notablemente en los últimos meses.
Se ha instalado en la información publica un «rumor» relacionado a la posibilidad de que Y.P.F. S.A. adquiera las estaciones de expendio de combustibles que conforman la red de SHELL CAPSA. No se estará reeditando la privatización de los ferrocarriles ingleses – en momentos en que ellos requerían fuertes inversiones en mantenimiento y modernización – que patrioticamente el Gral. Peron realizara con el beneplácito de sus propietarios?. Para que incremento de producción necesita Y.P.F.S.A. incrementar su capacidad de expendio? No sera tal vez que resulta poco rentable a SHELL y sus concesionarios la venta de combustibles con márgenes de comercializacion tan reducidos?? No tiene esto aroma a «salvataje» ?.Espero que la historia no se repita.