De acuerdo con un informe publicado por la empresa de análisis global de energías renovables Wood Mackenzie, Sudamérica podría verificar un aumento significativo de su potencia eólica en los próximos 10 años.
El documento proyectó que el mercado de Brasil, con Chile y la Argentina como laderos, impulsará un crecimiento de un 81% a escala regional. En el acumulado, la capacidad eólica terrestre instalada en la región se duplicará, alcanzando los 79 gigavatios (Gw) en una década.
Esto se debe a que los desarrolladores instalarán 40 Gw de nueva capacidad para 2033, según la última perspectiva de energía eólica terrestre de Sudamérica de Wood Mackenzie.
Récord de adición
El año pasado, detalló el documento, mostró un récord de adición de 5,9 Gw en Sudamérica. En gran parte, esto se debió a la carrera que hubo en suelo brasileño para asegurar subsidios de tarifas de transmisión que estaban por expirar, tal como precisó el informe.
A pesar de la limitada demanda de energía, Brasil mantiene su liderazgo como el mayor mercado de la región. Este país contribuirá con el 54% de la expansión total regional, agregando 21,5 Gw para 2033.
Luego vienen Chile, que aportará 6,2 Gw, y la Argentina, que inyectará 4,5 Gw. Una similitud en los tres países será el aprovechamiento de los acuerdos de compra de energía comercial e industrial (PPA) para respaldar el desarrollo eólico.
En palabras de Kárys Prado, analista senior de Investigación de Energía y Renovables en Wood Mackenzie, la reciente sobreconstrucción de energías renovables impulsada por políticas se ralentiza en los dos principales mercados, Brasil y Chile, por lo que Sudamérica enfrentará un crecimiento limitado a mediano plazo. “De cara al futuro, la recuperación del sector dependerá de las mejoras en la red que ayuden a superar la competencia solar, así como del aumento de la demanda de energía y de las oportunidades del hidrógeno verde”, anticipó.
Según el informe, la limitada infraestructura de transmisión seguirá siendo un desafío para la energía eólica terrestre en la región. De hecho, habrá una feroz competencia con la energía solar fotovoltaica barata, que se beneficia de ubicaciones dispersas para superar las mejoras esenciales de la red que aún están pendientes de finalización. “Uno de los impulsores críticos, por su parte, es el libre mercado. Grandes compradores que buscan objetivos de descarbonización y condiciones de contratación negociables seguirán siendo esenciales para la expansión de la energía eólica terrestre a medida que el negocio madure en la Argentina, Brasil, Chile y Perú”, dijo Prado.
A su entender, Colombia y Ecuador todavía dependerán del mercado regulado y sus subastas centralizadas para respaldar el desarrollo. “Se espera que las empresas estatales en Bolivia, Guyana y Uruguay también continúen desempeñando un papel crucial en la promoción de proyectos de energía eólica terrestre”, añadió el experto.
En general, acotó, una política clara de oferta y demanda es esencial para desbloquear el potencial del segmento en Sudamérica “Esta variable abarca desde la diversificación de la mezcla energética hasta el hidrógeno verde”, aseveró.