Montevideo (enviado especial). La transformación y los desafíos en el segmento de distribución eléctrica fueron abordados en un panel sobre distribuidoras de electricidad organizado por la Asociación de Distribuidoras de Energía Eléctrica Latinoamericanas (Adelat) en la VIII Semana de la Energía en Montevideo. Representantes de instituciones multilaterales y de empresas de distribución pusieron el foco en los desafíos institucionales y técnicos a superar para potenciar la transición energética a través del sector de distribución de una forma tal que sea beneficiosa para el cliente final y mejorando la resiliencia.
Antes de comenzar con el panel, el presidente de Adelat, David Felipe Acosta, marcó la necesidad de poner la distribución en la agenda de la política energética latinoamericana para acompañar el avance de la electrificación. “Es necesario pensar en cómo incluir los incentivos adecuados y reformar en materia de regulación para que la distribucion permita esa modernización y además cómo establecer una retribución oportuna en todos los países”, dijo Acosta.
Para profundizar en lo resaltado por Acosta, la nueva directora ejecutiva de Adelat, Alessandra Amaral, resaltó la reinvención total que esta aconteciendo en el segmento de distribución. “Vamos hacia la electrificacion del consumo energético y una renovación bidireccional, con nuevos clientes más sofisticados y nuevas tecnologías. La manifestación de la transformación digital es como un consumidor que era pasivo, era unidireccional. Ahora veremos un consumidor empoderado, digitalizado”, dijo.
La transformación redundará en un servicio más eficiente en términos de precio y de mejor calidad según Amaral, pero la operación en las redes de distribución será más compleja y con flujos bidireccionales. En ese sentido señaló los tres macro desafíos en materia de regulación en distribución identificados por Adelat en un reporte: alcanzar niveles mas altos de calidad del servicio y aumentar la resiliencia en los sistemas de distribución; transformar de manera sostenible la red como plataforma para conectar, disponer e intercambiar y habilitar un nuevo conjunto de usos, modelos de intercambio y actores asociados a la transición energética; fomentar la eficiencia económica del sistema eléctrico completo, acoplando oferta y demanda.
Marcos regulatorios para la inversión
El panel de debate contó con la participación de especialistas en energía de organismos multilaterales de crédito, que contaron el trabajo que vienen realizando con países de la región para avanzar hacia marcos regulatorios en el sector de distribución favorables a las inversiones para su modernización.
Janina Franco, especialista senior en Energía del Banco Mundial, explicó que se deben cambiar los paradigmas regulatorios y que el organismo ya está ayudando a los países de la región. “Por ejemplo, en Perú tenemos un proyecto de reforzamiento de la red de subtransmisión y estamos apoyando una reforma integral del sector para el ingreso de las nuevas tecnologías y cómo se remunerará de forma adecuada para que el sector privado invierta”, dijo Franco.
El gerente de Infraestructura y Energía del Banco Interamericano de Desarrollo, Ariel Yépez, resaltó que la política tiene la mayor responsabilidad en que el sistema sea viable para la inversión. “Hay que poner una frontera clara entre lo que es el papel del político de definir la política del sector eléctrico, el papel del regulador para que los agentes operen bien, y el operador que se encarga de proveer el servicio. Si no hay una frontera clara entre los tres aparecerán los problemas de siempre, que se traducen en una mala gestión de las empresas distribuidoras y falta de ingresos suficientes para invertir”, advirtió.
La mirada de las empresas
Representantes de empresas de distribución también aportaron su mirada sobre lo que esta sucediendo en el sector.
Marcelo Cassin, Gerente de Gestión Técnica de la Empresa Provincial de la Energía de Santa Fe (EPE), puntualizó en la revolución que significa la introducción de los flujos bidireccionales en el sector de distribución. “De los tres sectores clásicos en la cadena eléctrica, que son la generación, la transmisión y la distribución, esta última es la que más cambiará”, pronosticó.
También explicó que la evolución de la tecnología muchas veces va más rápido que el tiempo que le lleva a una distribuidora como EPE planificar su incorporación en la operación diaria. Aún así, destacó la importancia de “avanzar en el cumplimiento de los códigos de red, que no serán iguales en todos los países porque dependerán de sus matrices, y en la flexibilidad en los mecanismos operativos”.
EPE viene trabajando para facilitar la incorporación de los prosumidores en su red de distribución. “La provincia de Santa Fe le reconoció al cliente el kWh autoproducido en la tarifa final, un mecanismo de net billing que nos ha puesto en Argentina a la cabeza de lo que es la incorporación de prosumidores”, apuntó Cassin.
A su turno, el Gerente general de UTE, Javier San Cristóbal Brusco, contó los avances de la empresa estatal uruguaya en en su rol de distribuidor. “Estamos en un 75% de penetración de la medición inteligente”, dijo.
La medición inteligente le permite a la compañía mejorar la medición de la demanda y el desempeño de la red. “Tenemos la información de los microbalances y las pérdidas, lo que nos permite una gestión mucho más óptima de lo que son las estaciones y la redes”, afirmó Brusco.