La gran barrera comercial verde con la que Europa busca equilibrar el costo económico de su transición energética con el resto del mundo ya se puso en marcha. La Unión Europea comenzó a implementar este domingo el Mecanismo de Ajuste en Frontera por Carbono, una política comercial para cobrar tarifas a los productos importados intensivos en emisiones de carbono. En esta primera fase de implementación comenzará a regir sobre el sector eléctrico y otros cinco sectores industriales, para en un futuro incluir a otras importaciones de energía, como LNG, petróleo y combustibles.
El Mecanismo de Ajuste en Frontera por Carbono (CBAM por sus siglas en inglés) es una política comercial pensada para compensar el creciente costo económico que las industrias europeas están afrontando por invertir en reducir la huella de carbono en sus procesos productivos. La compensación consiste en incrementar el precio de los productos importados que tienen una elevada huella de carbono.
El mecanismo se centrará en esta fase inicial en las importaciones de seis sectores industriales intensivos en carbono: hierro y acero, cemento, fertilizantes, aluminio, generación de electricidad e hidrógeno. Desde el domingo las empresas extranjeras en esos sectores tienen que recopilar datos de emisiones e informarlos en un registro gestionado por la Comisión Europea para poder continuar exportando a Europa.
Adicionalmente, los importadores de esos productos a partir del 1° de enero de 2026 deberán declarar anualmente la cantidad de bienes importados en la U.E. el año anterior así como sus emisiones de carbono incorporadas.
Funcionamiento
Sintéticamente, en el futuro los exportadores e importadores deberán pagar una tarifa de “ajuste” para cubrir la diferencia en los precios entre un producto extranjero y un producto europeo que paga el precio del carbono en Europa. Las empresas en la U.E. deben comprar permisos de carbono en el Sistema de Comercio de Emisiones (EU-ETS) para compensar las emisiones generadas en su actividad y así producir.
Pero el número de permisos o certificados de carbono en circulación en ese «mercado del carbono» se irá reduciendo progresivamente para que las compañías aceleren la descarbonización de sus procesos productivos, forzando inversiones e incrementando los costos de manufactura en Europa. Por lo tanto, el mecanismo en frontera esta pensado como un complemento al ETS para evitar que las compañías migren sus fábricas a países fuera de la Unión Europea.
«Este domingo comenzaremos a implementar una nueva herramienta innovadora que eventualmente extenderá los mismos principios de fijación de precios de nuestro Sistema de Comercio de Emisiones a todos los productos intensivos en carbono importados a la UE«, dijo en un comunicado Paolo Gentiloni, comisario de Economía de la U.E.
Precio del carbono
Actualmente el precio de los permisos en el mercado del carbono es de € 80 por tonelada de dióxido de carbono. Ese precio pegó un salto a un nivel más alto a partir de 2021, año en que comenzó a regir la Ley del Clima en Europa. La ley obliga legalmente a la U.E. a cumplir con objetivos de reducción de las emisiones para el 2030 y 2050, en línea con los objetivos del Acuerdo de París.
La Comisión Europea entiende que los precios del carbono son la principal herramienta para favorecer los precios de energías alternativas a los combustibles fósiles, como es el caso del hidrógeno verde. Con el mercado de ajuste en frontera, se piensa que varios países comenzarán a evaluar más seriamente la posibilidad de adoptar políticas para poner precios a las emisiones o reforzar las que ya tienen vigentes para evitar o disminuir el pago de la tarifa por el ingreso de sus productos al mercado europeo.
“CBAM alentará a la industria de todo el mundo a adoptar tecnologías más ecológicas. También evitará la llamada fuga de carbono, o la reubicación de la producción fuera de nuestras fronteras hacia países con estándares ambientales más bajos”, dijo Gentiloni.
Repercusiones para el comercio
La nueva política comercial verde viene generando cuestionamientos e inquietudes entre los socios comerciales de los países europeos. En general apuntan a la compatibilidad del esquema CBAM con las reglas comerciales de la Organización Mundial del Comercio (OMC).
Por caso, China tiene un peso internacional importante en varios de los sectores que están alcanzados en esta primera fase, especialmente en el acero y aluminio. «El mecanismo de ajuste fronterizo de carbono propuesto por la UE ha generado dudas entre muchos miembros de la OMC», dijo He Yadong, portavoz del Ministerio de Comercio chino. También instó a la U.E. a «evitar la creación de medidas proteccionistas y barreras comerciales verdes».
Otro importante exportador de acero y otros productos a Europa es la India. El gobierno estaría buscando alguna suerte de excepción para los productos indios en el marco de las negociaciones con la Unión Europea para alcanzar un acuerdo de libre comercio. Esta excepción consistiría en que Europa devuelva a la India los ingresos generados por aplicar las tarifas sobre los productos indios.
El mecanismo europeo también está motivando conversaciones en el Congreso de los Estados Unidos por el impacto que supondrá para el comercio. Históricamente las propuestas para crear un impuesto federal a las emisiones de carbono han fracasado, pero el avance de la legislación europea esta llevando a replantear algunas posturas. En esa línea, senadores del Partido Demócrata y del Partido Republicano están impulsando un proyecto de ley para medir las emisiones de algunas materias primas y productos industriales producidos o fabricados tanto en EE.UU. como en otros países. Entre las materias primas figura el litio, del que Argentina es el principal abastecedor para el mercado estadounidense. Los impulsores del proyecto consideran que es un paso necesario si se quiere eventualmente crear un mecanismo impositivo en frontera similar al europeo.