Aunque dispone de tres bloques offshore en la Cuenca Malvinas Oeste donde llevó a cabo campañas sísmicas, el foco estratégico de Exxon a nivel local se encuentra definitivamente puesto en Vaca Muerta. “Esta decisión está directamente ligada al potencial que vimos tempranamente en la Cuenca Neuquina, y también a la voluntad de aplicar todas las lecciones que aprendimos en las otras cuencas donde estamos presentes en Estados Unidos”, explicó Daniel De Nigris, Argentina Lead Country Manager de ExxonMobil, durante su participación en el ‘Encuentro de los CEO’s’, en el marco de Argentina Oil & Gas (AOG) Patagonia 2022.
Gracias a una serie de condiciones que afortunadamente hoy se están dando, reivindicó, Vaca Muerta elevó mucho su productividad por pozo. “Hemos visto que nuestro producto puede ser muy atractivo en los mercados internacionales. No obstante, para captar la atención de los inversores, este tipo de proyectos todos los años rinden algún examen. Es un segmento realmente muy exigente”, calificó.
Según sus palabras, un concepto adicional para entender el presente de la organización es el de transición energética. “En 2021 rediseñamos nuestra estructura, creando un área Upstream y otra de soluciones de producto, además de apostar firmemente por disminuir la huella de carbono y por la generación hidrógeno, entre otras variables”, comentó.
Shell, que también posee una larga trayectoria en el mercado nacional, decidió centralizar sus acciones en Vaca Muerta a partir de 2012, tal como precisó Ricardo Rodríguez, presidente de la firma en el país. “Hoy estamos produciendo aproximadamente 45.000 barriles de crudo en la cuenca, por lo que somos la segunda productora más relevante. Amén de los desafíos a sortear en el corto plazo, tenemos planes de seguir creciendo, incluyendo una planta en Sierras Blancas con una capacidad de 42.000 barriles, un nuevo oleoducto y otro complejo productivo para sumar 15.000 barriles de capacidad”, adelantó el ejecutivo.
Para Shell, detalló, son pilares básicos la captura de carbono, el surgimiento de las nuevas energías y la sostenibilidad del tradicional negocio de los combustibles fósiles. “No sólo apuntamos a ser competitivos en la actualidad, sino que también queremos serlo en 2030. Este año, de hecho, logramos electrificar nuestras instalaciones en Sierras Blancas con la idea de disminuir la huella de carbono. Con una mayor electrificación y monitoreo constante, vamos a reducir la huella en dos tercios para 2030”, prometió.
Acuerdos productivos
Sin un marco regulatorio estable no existirá la posibilidad de exportar en forma firme tanto gas como crudo, según la visión de De Nigris. “Desarrollar clientes y mercado nos dará una rentabilidad superior a las empresas y mayores ingresos a las arcas provinciales y nacionales”, expuso.
Es positivo, en su opinión, que estos aspectos sean identificados de manera clara por las autoridades de cada jurisdicción. “Son ítems que en el largo plazo resultarán imprescindibles para generar los flujos de inversión que requiere el desarrollo masivo a una escala de 750.000 ó 1 millón de barriles”, cuantificó.
Será muy importante, insistió, conseguir un saldo exportador a partir de estabilidad y trabajo. “Si bien la demanda doméstica luce razonablemente estable, se necesitará acceder de forma permanente a los mercados internacionales”, esgrimió.
Resultará fundamental, prosiguió, la sincronización de las políticas de la oposición y el oficialismo, compartiendo la visión de las empresas, los trabajadores y las comunidades para favorecer un desenvolvimiento positivo de la actividad. “Esos acuerdos previos constituyen un trampolín para luego tener una política de Estado efectiva y a largo plazo. Los resultados que hoy estamos obteniendo pozo a pozo son comparables a los que se registran en Estados Unidos. Eso debería significar un incentivo claro para seguir avanzando”, completó.
Anuncios auspiciosos
Al comparar el portfolio local de Shell con el que la empresa maneja a nivel global, Rodríguez ve un buen estándar de competitividad en la producción argentina. “Nos parecen positivos algunos de los anuncios que las autoridades nacionales han realizado últimamente, más allá de que tengamos que analizarlos en detalle, porque hay que resolver el problema de la libre disponibilidad de divisas. Si queremos seguir incrementando la eficiencia en la cuenca, tenemos que traer tecnología. Y eso requiere divisas”, sintetizó.
Con los dirigentes nacionales y provinciales hay más puntos de encuentro que de desencuentro, argumentó, dado que el diagnóstico sobre el potencial exportador de Vaca Muerta es unánime. “Siempre estamos dispuestos a trabajar en conjunto para solucionar los problemas. Somos una compañía comprometida con la articulación público-privada y el desarrollo de las comunidades donde operamos”, recalcó.
A su criterio, también hacen falta reglas de juego estables para generar confianza en los accionistas y ejecutar nuevas acciones productivas. “La inversión en Vaca Muerta se está acelerando. Queremos contribuir con este crecimiento. Desde el punto de vista de los recursos, la formación tiene la calidad y la escala para satisfacer el mercado interno y posicionar a la Argentina como un jugador importante en los mercados de exportación”, proyectó.