La mirada de los grandes usuarios del gas natural quedó reflejada en el Panel 4 del GasDay, a partir de los testimonios de Gabriel Vendrell, presidente de la Asociación de Consumidores Industriales de Gas de la República Argentina (ACIGRA), y de Guillermo Rolando, Olefins Asset & gerente comercial para América Latina en Dow.
Más que en lo inmediato, el escenario gasífero nacional invita al optimismo en el mediano o largo plazo. Así lo asegura Vendrell, quien cree que el enorme potencial de Vaca Muerta se traducirá no sólo en crecientes saldos exportables, sino también en una mayor capacidad interna de industrialización. “El presente, en cambio, luce menos auspicioso. Este año lo empezamos con mucha incertidumbre en función de la escalada de los precios. En ese sentido, el Plan Gas.Ar presentó alguna falencia en cuanto al dimensionamiento de la demanda industrial”, puntualizó el experto.
De cara a la temporada venidera, anticipó, las mayores preocupaciones se vinculan con la posibilidad de que el Gasoducto Néstor Kirchner no esté listo para el invierno y con la ida del buque regasificador de Bahía Blanca. “Dichas variables nos generan dudas con respecto al abastecimiento de la demanda en 2023. Sin gasoducto y sin buque en Bahía, vamos a estar complicados”, proyectó.
De acuerdo con Rolando, el procesamiento del gas de Vaca Muerta le ofrece una oportunidad sumamente interesante a la industria petroquímica argentina. “El agregado de valor puede darse a través de distintos eslabones, desde la obtención de etano y propano (que duplican o triplican el valor del fluido exportado) hasta la elaboración de etileno y propileno (que elevan esa cifra entre cuatro y seis veces)”, precisó.
El valor añadido, apuntó, puede crecer nueve veces mediante la comercialización de un empaque con algún tipo de etiquetado y la utilización de adhesivos. “A esto debe sumarse la mano de obra que crea cada eslabón, el ingreso de divisas y la recaudación impositiva”, complementó.
Seguridad jurídica
A criterio de Rolando, será clave aprovechar la actual ventana de precios altos y competitivos a nivel internacional a partir de un marco regulatorio claro y estable, por un lado, y de la disponibilidad de materia prima en cantidad y en calidad, por otro. “Las inversiones que implica este sector son muy altas y tienen horizontes a 20 ó 30 años, por lo que el sentido de la oportunidad puede ser el diferencial entre el éxito y el fracaso”, definió.
En la misma frecuencia, Vendrell aseguró que los inversores están acostumbrados a invertir en los puntos más calientes de la geopolítica global, por lo que le temen menos a los conflictos bélicos o al terrorismo que a la inseguridad jurídica. “Falta visión en la conducción política argentina, más allá de los gobiernos. Fallamos como sociedad en cuanto a la comprensión de la necesidad de garantizar el desarrollo industrial del gas natural”, reflexionó.
Panorama regional
Para Rolando el escenario industrial en la región está lidiando con una gran volatilidad. “El comportamiento de los precios de los commodities torna muy difícil cualquier tipo de previsión”, advirtió.
Adicionalmente, pronosticó, será muy extraño que las inversiones petroquímicas que se anuncien de ahora en más dejen de incorporar opciones tecnológicas ligadas a la reducción de la huella de carbono, la circularidad o el reciclaje. “El mercado viene exigiendo un mayor compromiso ambiental y los principales inversores están actuando en consecuencia. Esto complejiza la toma de decisiones y promueve la búsqueda de sinergias para ganar márgenes de eficiencia”, describió.
En esa dirección, confirmó que Dow tiene prevista una significativa inversión para construir una planta que tiende a la neutralidad de carbono en Canadá. “Constantemente apuntamos a sumar nuevas soluciones al portfolio de la compañía”, resaltó.
Perspectivas locales
Consultado sobre la continuidad del Plan Gas.Ar, Vendrell deslizó algunas sugerencias puntuales. “Tal como necesitamos reglas claras para reducir la incertidumbre en la industria, precisamos lo mismo para el desarrollo del gas natural. Que esté listo el nuevo gasoducto no significará que se llene. Para ello seguramente hará falta un relanzamiento del Plan Gas.Ar”, aseveró.
También debe ser clara, a su entender, la forma en la que se comercializará el transporte del gas. “Sería deseable asegurar el abastecimiento industrial, considerando sus efectos multiplicadores”, especificó.
Asimismo, acotó, para evitar lo sucedido a principios de este año deberían contemplarse medidas impidiendo que la exportación traslade precios al mercado interno. “El ente regulador tendrá que intervenir y dar señales al respecto”, concluyó.