Los ciberataques contra sistemas estratégicos del sector energético, cada vez más interconectado gracias a la digitalización, son una realidad que se repite cada vez con mayor asiduidad a nivel mundial. En la mayoría de esos casos, los hackers exigen a los propietarios de esos programas una suma de dinero para reestablecer el control de la operación.
En EE.UU., por ejemplo, durante mayo del año pasado, Colonial Pipeline, una de las mayores empresas de transporte de petróleo a través de oleoductosΩ dejó a la costa este durante varios días sin suministro, privando a millones de consumidores de un correcto acceso a la energía. El ataque surtió efecto porque la compañía –al igual que cada vez un mayor número de entidades dentro de los sectores eléctrico, petrolero o gasífero– depende de sus redes electrónicas para un correcto funcionamiento de los flujos de energía que controla. Una alta tasa de digitalización que, prevén los expertos, no dejará de crecer durante los próximos años y que, más allá de sus innumerables ventajas, afronta una importante vulnerabilidad ante los cada vez más comunes ciberataques.
Sabotaje local
La Argentina no está ajena a ese fenómeno global. Esta semana, TGS, una de las dos transportistas de gas del país, sufrió un ciberataque contra su sistema SPAC, la plataforma de procesamiento de solicitudes, asignación y programación de los volúmenes de gas se cargan en la red de gasoductos que opera la compañía controlada por Pampa Energía. Así lo confirmaron a EconoJournal fuentes privados al tanto de la situación.
El SPAC permite, entre otras cosas, efectuar un seguimiento preciso de los volúmenes recibidos y entregados. TGS ofrece una página web en la que se puede seguir el esquema diario de nominaciones. Esa interfaz fue la que fue hackeada esta semana. Desde la empresa recalcaron, sin embargo, que el sistema de transporte de gas no se vio afectado en ningún momento. Es decir, el ciberataque dejó fuera de servicio la página web de TGS, pero no hubo riesgo para la operación en sí misma del sistema de gas.
Lo que sí advirtieron fuentes privadas fue que durante algunos días, el sistema funcionó “a ciegas”. “Normalmente, podemos seguir a través del SPAC la carga de las nominaciones que realiza cada cargador. Es información valiosa a la hora de tomar decisiones técnicas”, indicó un directivo de una petrolera que inyecta gas en el sistema de TGS.
El sabotaje informático también afectó parcialmente a los compradores de gas. “El SPAC es una herramienta vital para realizar una gestión diaria del gas que tomamos del sistema”, explicaron desde una gran industria. Desde TGS indicaron que “durante la semana tuvimos irregularidades en alguno de los sistemas virtuales de la compañía, sin afectación de la operación y menos aún del negocio de TGS, a través de nuestro equipo de IT el sistema se ha ido normalizando progresivamente”.