Las tarifas de energía eléctrica deberían subir este año 79% y las de gas 81% para que los subsidios a la energía no superen el 1,9% del PBI y así consolidar un escenario consistente con el acuerdo con el FMI. El cálculo surge de un análisis realizado por las consultoras PXQ, de Emmanuel Álvarez Agis, y Economía y Energía, de Nicolás Arceo, dos ex funcionarios del gobierno de Cristina Fernández de Kirchner.
En marzo del año pasado Álvarez Agis y Arceo elaboraron un documento titulado “el trilema energético” donde afirmaron que “en materia de política tarifaria Argentina enfrenta un trilema entre el nivel de subsidios, la recomposición del poder adquisitivo de la población y la necesidad de alcanzar un acuerdo con el FMI”. Casi un año después, ambos economistas sostienen que el trilema permanece intacto.
En el informe afirman que “la política tarifaria llevada adelante a lo largo de los últimos años dejó prácticamente inalteradas las tarifas de energía eléctrica y gas natural, en un contexto de una inflación promedio anual de casi 47% en los tres últimos años”. “La reducción del precio relativo de los servicios públicos condujo a un incremento progresivo en los subsidios a la energía que superaron en 2021 los 11.000 millones de dólares (2,3% del PIB), +77% más que en 2020 y +131% más que en 2019”.
Luego advierten que en 2022 el aumento en los precios internacionales de los productos energéticos, en particular del gas natural, implicará un incremento significativo en el nivel de subsidios. A la vez, supondrá un deterioro de la balanza comercial energética: las importaciones de gas natural y combustibles líquidos para la generación de energía eléctrica se incrementarán en más de 2.650 millones de dólares respecto a 2021.
En este contexto simularon dos escenarios alternativos para la dinámica de subsidios y tarifas para 2022. En el primer escenario se evalúa a cuánto ascenderían los subsidios si los usuarios residenciales enfrentan un aumento de la factura final de luz y gas del orden de 20 por ciento anual, como propuso el cristinismo. En el segundo escenario se estima cuál debería ser el aumento de la factura final de ambos servicios públicos si se quiere reducir el monto global de los subsidios en 0,4% del PIB.
Los dos escenarios
- Aumento del 20% de luz y gas: Aún en un escenario macroeconómico relativamente optimista, con una depreciación promedio anual de 31,2% y una inflación anual de 51,4% en 2022, con un incremento de las tarifas 20% en 2022 los subsidios treparían por encima de 14.000 millones de dólares durante 2022. De ese modo, pasarían de 2,3% a 2,4% del PIB, valor similar al déficit primario total “acordado” con el FMI. El efecto de esa suba de tarifas sobre el IPC sería apenas del 0,2 por ciento
- Aumento de 79% en luz y 81% en gas: los subsidios treparían a 11.200 millones de dólares en términos nominales pero caerían del 2,3% al 1,9% con relación al PBI. En este caso, el impacto en el IPC sería de 2,3 puntos.
Las estimaciones de subsidios realizadas suponen un crecimiento de la demanda de energía eléctrica de 1,5% en 2022 y que la demanda de gas natural no se modifica. Por lo tanto, un escenario de mayor expansión de la demanda implicará un mayor nivel de subsidios.
La simulación se realizó en base a un escenario de baja hidraulicidad en 2022: 2.564 Mw medios de generación entre enero y mayo y 2.707 Mw medios el resto del año. Esto determina, dados los actuales precios internacionales, un costo monómico de generación de 83 USD/MWH en el promedio de 2022.
Los escenarios elaborados suponen que los niveles de inversión de las distribuidoras de gas natural y de las distribuidoras de energía eléctrica en la región metropolitana de Buenos Aires no se modifican respecto a 2021. Por lo tanto, el informe advierte que estos escenarios subestiman el nivel de incrementos en las tarifas requeridos para alcanzar un aumento en los niveles de inversión en los segmentos de distribución y transporte.
En el Escenario I, se consideró un nivel de cobrabilidad de CAMMESA de 62% ante la reducida recomposición del VAD. En tanto, que en el Escenario II el nivel de cobrabilidad se elevó hasta 75%.
Los incrementos en el precio del gas natural en boca de pozo estimados en el Escenario II contemplan los aumentos requeridos para mantener los subsidios destinados al gas natural considerando el total de los subsidios destinados a IEASA en 2021. Por lo tanto, no se consideran sólo los recursos destinados al abastecimiento de la demanda prioritaria. Por otro lado, se asume que el precio del gas suministrado por IEASA a industrias aumenta en línea con el aumento a distribuidoras.
Problema distributivo
Más allá de la cuestión fiscal, lo que advierten Agis y Arceo el problema central de la actual política tarifaria es centralmente distributivo. “El pasado año el Estado Nacional destinó 1,3 puntos porcentuales del PIB en programas de asistencia a los sectores de menores recursos, mientras que erogó 2,3 puntos porcentuales del PIB en subsidiar el valor de la energía, destinando una proporción significativa de los mismos a incentivar el consumo en los sectores de mayor poder adquisitivo”, remarcaron.
Un comentario
Excelente y contundente el informe