Estados Unidos liberará al mercado 50 millones de barriles de su Reserva Estratégica de Petróleo en un intento por generar más oferta de crudo y moderar la inflación. La medida del gobierno cuenta con el respaldo de otros grandes países importadores de crudo que también liberarán parte de sus reservas. La expectativa gubernamental es cerrar la brecha entra la oferta y demanda de petróleo.
La decisión llega luego de semanas de especulaciones sobre las posibles medidas que el gobierno iría a tomar para limitar la suba de los precios de la energía. Estados Unidos registró en octubre la peor inflación interanual en 30 años y el componente de precios de la energía es el que más subió. Los precios de las naftas treparon más de un 50% en los últimos doce meses.
La Casa Blanca destacó el objetivo anti inflacionario al comunicar la medida. “Los consumidores estadounidenses están sintiendo el impacto de los elevados precios de la gasolina en el surtidor y en las facturas de calefacción de sus hogares, y las empresas estadounidenses también lo están porque el suministro de petróleo no se ha mantenido a la altura de la demanda a medida que la economía mundial emerge de la pandemia. Es por eso que el presidente Biden está utilizando todas las herramientas disponibles para trabajar a fin de reducir los precios y abordar la falta de suministro”, señaló en el comunicado.
China, India, Japón, Corea del Sur y Reino Unido también acompañarán a Estados Unidos en la liberación de barriles al mercado. “He trabajado duro estas últimas semanas en llamadas y reuniones con líderes extranjeros para armar los componentes básicos del anuncio global de hoy. Y aunque nuestras acciones combinadas no resolverán el problema de los altos precios de la gasolina de la noche a la mañana, marcarán la diferencia”, dijo el presidente Joe Biden durante un evento.
¿Cómo se aplicará la medida?
El gobierno informó cómo se ejecutará la liberación de los 50 millones de barriles. La enorme mayoría será entregada en forma de préstamos o “intercambios” de barriles de petróleo, a ser devueltos más tarde para recomponer la reserva estratégica.
El Departamento de Energía pondrá a disposición del mercado unos 50 millones de barriles de la Reserva Estratégica de Petróleo en dos partes. Unos 32 millones de barriles serán liberados en forma de préstamos: ese petróleo eventualmente regresará a la reserva en los próximos años. Los restantes 18 millones son parte de una venta de petróleo que el Congreso había autorizado previamente y que será acelerada con la medida dispuesta.
Según la Casa Blanca, el intercambio de barriles “es un mecanismo que se adapta específicamente al entorno económico actual, donde los mercados esperan que los precios del petróleo en el futuro sean más bajos de lo que son hoy”. Las empresas interesadas en recibir petróleo a través del intercambio deben presentar sus ofertas a más tardar el 6 de diciembre y acuerdan devolver la cantidad de crudo recibido, así como el pago de un interés que depende de cuánto tiempo retengan el petróleo, en los años 2022, 2023 y 2024.
Por otro lado, los 18 millones restantes serán colocados a la venta una vez adjudicados los swap de barriles el 14 de diciembre. “No se anunciará un aviso de venta de hasta 18 millones de barriles de petróleo crudo SPR (de la reserva estratégica) antes del 17 de diciembre de 2021”, comunicó el Departamento de Energía.
La expectativa gubernamental
En una call con periodistas organizada por la Casa Blanca, altos funcionarios sin identificar del gobierno explicaron los objetivos y el razonamiento detrás de esta medida. El gobierno entiende que el objetivo inmediato es resolver un desequilibrio actual entre la oferta y la demanda global de crudo y espera que esto ayude a reducir los precios de los combustibles.
Los funcionarios enfatizaron que el intercambio de barriles responde en parte a la expectativa de que los precios del crudo bajarán en la segunda mitad de 2022. “Esencialmente, el intercambio crea un puente entre el entorno actual de precios altos y un período de precios más bajos en el futuro”, señaló un funcionario. El gobierno toma como referencia un precio de US$ 62 por barril para fines de 2022.
La expectativa del gobierno es que los precios del crudo disminuyan a partir de esta medida, aunque los funcionarios evitaron dar precisiones sobre cuándo esto podría ocurrir. “Hay una expectativa entre los mercados y otros de que los precios del petróleo, de hecho, estarán cayendo mirando hacia el futuro”, respondieron.
Si bien el eje central de la medida es cerrar la brecha en el abastecimiento de crudo, uno de los funcionarios recordó que el presidente cree que la concentración en el sector de gas y petróleo puede estar llevando a prácticas anticompetitivas. “Existe una creciente evidencia de que las caídas en los precios del petróleo y los costos de otros insumos en la gasolina no se están traduciendo en precios más bajos en el surtidor”, indicó el funcionario. Biden sostuvo esa postura en una carta enviada la semana pasada a la Comisión Federal de Comercio.
La posibilidad de limitar o prohibir la exportación de crudo también estuvo entre las especulaciones de las últimas semanas. Al ser consultados al respecto los funcionarios dijeron que el presidente sigue examinando todas las herramientas disponibles. “Dicho esto, creemos que las medidas tomadas hoy representan un importante paso adelante para suministrar el petróleo necesario al mercado, dado que la oferta no ha estado a la altura de la demanda”, agregaron.
Impacto en el WTI y lecturas en el mercado
El anuncio no generó un gran impacto inmediato en los precios del crudo. El precio del barril WTI trepó 1,75% el lunes y cerró en U$S 78,50.
Existen lecturas mixtas sobre el atractivo y los alcances reales de la medida, especialmente en lo que respecta a los préstamos de crudo. Al tratarse de un intercambio o préstamo, los compradores están confiando en que los precios serán más bajos que los actuales al momento de devolver el petróleo. A esto hay que sumar que se cobrarán intereses que van del 2,3 al 9,1%, según la fecha de devolución, que puede ser en 2022, 2023 y 2024. No está claro que tan atractiva sea esta opción para las refinerías.
Con solo anticipar la medida el gobierno parece haber conseguido detener y revertir la tendencia alcista. Los precios cayeron un 10% en las últimas semanas, en una suerte de anticipación del mercado al anuncio ahora concretado. Pero tampoco está claro si el efecto bajista se profundizará o será pasajero.
En la formación de esa expectativa también interviene la potencial respuesta de los miembros de la Organización de Países Exportadores de Petróleo más Rusia (OPEC+). La organización no se ha movido hasta ahora de su meta de incremento de 400.000 barriles diarios nuevos hasta fin de año. Pero el acuerdo de Estados Unidos con otros importantes países consumidores e importadores de crudo podría generar un cambio de planes.