Pese a las dificultades que provocó la pandemia, Total Eren Argentina siguió adelante con sus proyectos y entre fines de 2020 y principios de este año logró poner en funcionamiento los parques eólicos Vientos Los Hércules y Malaspina. En diálogo con TRAMA, Martín Parodi, director general de Total Eren Argentina, conversó sobre las dificultades que enfrentaron al momento de finalizar ambos emprendimientos y sobre los nuevos desafíos que la empresa tiene por delante, tanto a nivel local como internacional. También cuestionó las restricciones cambiarias. «Al día de hoy, nos sigue afectando en varios sentidos: imposibilidad de constituir reservas en garantía en el exterior, que es uno de los requisitos de la financiación de este tipo de proyectos; imposibilidad de pagar capital de préstamos y servicios prestados por vinculadas, lo que afecta la estructura de inversión originalmente prevista por Total Eren al comenzar con los proyectos», remarcó.
En febrero pusieron en marcha el parque eólico Vientos Los Hércules en Santa Cruz y en noviembre del año pasado inauguraron Malaspina en Chubut. ¿Qué dificultades supuso avanzar con esos dos proyectos en medio de la pandemia?
—Las dificultades fueron varias y de distintos niveles. Durante cierto tiempo, las obras debieron ser suspendidas de manera total (con los costos y tiempos de desmovilización y movilización que ello implica) por el COVID-19, hasta que la construcción de proyectos de energía se declaró «actividad esencial» a nivel nacional. Después de ello, el trabajo se demoró por distintos motivos: necesidad de respetar el distanciamiento en el ambiente de trabajo, en las instalaciones, en los vehículos,
en los comedores, etc., en cumplimiento de nuestros protocolos de seguridad, lo cual implicaba menor cantidad de personal para realizar trabajos; restricciones para el ingreso de personal a las provincias y necesidad de «cuarentena obligatoria» en algunos casos; imposibilidad de traer profesionales del exterior, requeridos para el comisionado de los aerogeneradores, hasta que las fronteras, vuelos y permisos de trabajos fueron restablecidos; falta de hoteles abiertos para alojar personal; demoras en la fabricación y transporte de determinados equipos y componentes (tanto a nivel internacional como nacional) como consecuencia de fábricas cerradas u operativas con capacidad limitada. Todo esto hizo muy difícil al principio avanzar en los trabajos diarios en los parques, y más con algunos potenciales casos de contagio. En algunas ocasiones nos encontramos con trabajadores con síntomas compatibles con el virus, lo que nos llevó a accionar nuestro protocolo de seguridad y tener que desafectar y aislar de manera preventiva a dichas personas y sus contactos estrechos. En una oportunidad, tuvimos que desafectar a más de 20 personas por 14 días, ya que tres trabajadores tuvieron el virus. Y visto que no es fácil reemplazar rápidamente a las personas, los trabajos sufrieron demoras. Por suerte no hemos tenido ningún caso crítico, y creo que todos hemos aprendido una lección para el futuro y para nuevos proyectos.
Ustedes también tuvieron que enfrentan dificultades en 2019 a raíz de la declaración de insolvencia financiera de la alemana Senvion, proveedora de turbinas eólicas, ¿cómo se solucionó ese inconveniente?
—Correcto. Dicha insolvencia fue traumática para los dos proyectos. No solo generó importantes demoras y sobrecostos, sino que también provocó una suspensión temporaria de nuestro financiamiento; y ello trajo, a su vez, nuevos problemas (o agravó los existentes). Pero esto no fue solo a nosotros, sino también a todos los subcontratistas que tenía Senvion, en muchos casos empresas locales pequeñas y medianas que sufrieron por la falta de pagos. En muchos casos, hasta se vieron obligados a parar los trabajos. El inconveniente fue superado (aunque nunca de manera total) «tomando control» del proyecto: Total Eren se convirtió en el «manager» de la construcción, se produjo una cesión de todos los proveedores y contratistas de Senvion a favor de los proyectos y se reestructuró nuestro financiamiento.
¿Qué otros proyectos de generación renovable tienen en carpeta para intentar concretar en Argentina?
—Total Eren está en la mira de oportunidades en Argentina; seguimos activos en este sentido. Se trata de proyectos a corto/mediano plazo y otros, a largo plazo. Algunos ya se encuentran en operación y otros son proyectos a desarrollar (los de más largo plazo), y siempre dentro de las energías renovables, que es nuestro principal foco. Nuestra estrategia como productora independiente de electricidad (IPP) es posicionarnos en proyectos de largo plazo y en Argentina vemos que hay una gran oportunidad, no solo por los tres proyectos que ya tenemos operativos sino por lo que vemos que se puede hacer en materia del mix energético del país.
¿Cómo afectan a la compañía las restricciones vigentes en el mercado cambiario?
—Las restricciones cambiarias, cuando fueron dictadas en septiembre de 2019, causaron una suspensión temporaria de nuestro financiamiento y eso nos generó un retraso en la construcción de los proyectos, ya que no pudimos contar con los fondos del financiamiento para poder pagarles a nuestros subcontratistas. Después de más de 90 días, al dictarse algunas normas complementarias y renegociarse los contratos de financiación, pudimos reanudar el financiamiento. Al día de hoy, nos sigue afectando en varios sentidos: imposibilidad de constituir reservas en garantía en el exterior, que es uno de los requisitos de la financiación de este tipo de proyectos; imposibilidad de pagar capital de préstamos y servicios prestados por vinculadas, lo que afecta la estructura de inversión originalmente prevista por Total Eren al comenzar con los proyectos.
Vientos de Hércules fue un proyecto que llevaron adelante con la japonesa Mitsui, ¿la intención es seguir trabajando con ellos aquí en el país?
—Sí, la verdad es que a pesar de todo lo que nos pasó en el proyecto, las dos empresas pudimos enfrentar todos los desafíos y llegar a terminar la construcción. De existir otras oportunidades que resulten atractivas para ellos y para nosotros en el país, estaríamos encantados de continuar trabajando juntos.
En la actualidad tienen unos 3.300 Mw activos de energía renovable en operación o en construcción en 18 países de Europa, América Latina, Asia y África, ¿en qué continente
se están expandiendo más rápido y por qué?
—Actualmente nos estamos expandiendo mucho en Asia Central y en el sudeste asiático. Allí se han presentado oportunidades atractivas en un marco que permite inversiones a largo plazo y financiamiento de proyectos. En algunos países, como India y Filipinas, tenemos socios para poder explotar al máximo las oportunidades, y en otros, como Australia, actuamos solos, como también lo hemos hecho en Argentina. También estamos instalados en África. Seguimos muy de cerca los desarrollos en dicho continente y ya contamos con varios proyectos en Uganda, Burkina Faso y Egipto. En otros países nos encontramos en fase de desarrollo. En 2019 hemos ampliado nuestra presencia en Europa con la adquisición del Grupo NovEnergía, que tenía activos eólicos por más de 650 Mw en el sur de Europa.
Total Eren posee 190 Mw de capacidad solar en construcción en Chile y 300 Mw de plantas de energía solar y eólica en explotación o en construcción en Brasil. ¿Es más atractivo en la actualidad invertir en esos países que en Argentina?
—No necesariamente. Creemos que con un nuevo impulso a nivel local resultaría posible que Argentina compita con países como Brasil o Chile o cualquier otro país de Latinoamérica. Nuestro país es muy rico en recursos solares en el noroeste y eólicos en el sur, y todo ello lleva a que sea un país reconocido en materia de desarrollo de energías renovables. La diferencia con Chile fundamentalmente es que ellos comenzaron el desarrollo casi cinco años antes que nosotros y en este momento experimentan un gran auge en la construcción y el desarrollo de proyectos. En Argentina sería ideal contar con un plan de 10-20 años para que el sector pueda desarrollarse y madurar de manera eficiente, generar más puestos de trabajo y atraer más inversiones.
¿El foco de la compañía está puesto exclusivamente en proyectos solares y eólicos y pequeñas centrales hidroeléctricas, o también tienen en carpeta otro tipo de emprendimientos?
—Nuestro foco actual son principalmente proyectos solares y eólicos de gran escala. A futuro nos gustaría poder incorporar otras tecnologías, de resultar estas viables. ×
El rol de Total Eren en las comunidades donde trabaja
Combo de becas y ayuda social
La empresa ayuda a otorgar becas a estudiantes de universidades y escuelas secundarias, ¿de qué tipo
de becas se trata? ¿A qué perfil de estudiante están dirigidas?
—Hasta el momento hemos otorgado un total de 15 becas a estudiantes de todo el país, desde becas completas para Tecnicaturas en Energía Renovable hasta estímulos para estudiantes de escuelas secundarias de nuestras comunidades más cercanas. Hemos tenido más de 100 interesados en obtener una beca y hoy en día contamos con cinco becarios en la Universidad Nacional de San Luis que cursan la Tecnicatura en Energía Renovable, dos becarios en la Universidad Tecnológica de Puerto Madryn en su último año de la Tecnicatura en Mantenimiento Industrial, dos becarios en la Escuela 721 de Camarones en Chubut y cuatro becarios en el Programa EMAUS de Caritas en San Luis. A pesar de los desafíos de 2020, nuestros becarios pudieron mantener el ritmo de estudio y nos consolidamos juntos para seguir avanzando en este 2021, con miras a continuar otorgando becas a estudiantes y así seguir abriendo puertas a los jóvenes de nuestro país. Nuestros becarios son estudiantes con un brillante potencial académico y desenvoltura social, ponderados sobre la base del mérito y siguiendo un proceso de selección en el que no solo evaluamos sus calificaciones sino también el compromiso y, en el caso de las Tecnicaturas, la motivación hacia las energías renovables. Además, nos aliamos con las instituciones (la universidad, la escuela y las organizaciones sociales), creando un Comité de Selección heterogéneo e imparcial para evaluar los formularios de interés presentados por los potenciales futuros becarios y así garantizamos que el perfil de nuestros becarios corresponda con los criterios de selección.
También organizan actividades comunitarias para ayudar a reducir la brecha digital, brindar acceso al agua potable y la seguridad vial a nivel comunitario. ¿Por qué deciden involucrarse en este tipo de iniciativas?, ¿con qué actores las llevan adelante y en qué lugares?
—Para nosotros es fundamental que las comunidades en las que operamos puedan desarrollarse tanto a nivel social como económico, y procuramos ser parte del proceso, acompañando a nuestros vecinos a crecer constantemente. Nos adaptamos de manera distinta a cada lugar donde Total Eren cuenta con proyectos, dependiendo de las necesidades locales, de las oportunidades de desarrollo y de la interpretación de nuestros aliados comunitarios, con quienes trabajamos de forma mancomunada para poder generar el mayor impacto positivo posible. Principalmente hemos realizado actividades en nuestras zonas de influencia: Santa Cruz, Chubut y San Luis, en las demarcaciones de Pico Truncado, Koluel Kayke, Las Heras, Comodoro Rivadavia, Camarones y Ciudad y periferia de San Luis, pero también en Córdoba, Catamarca y Neuquén. Al abarcar varias y distintas comunidades, nos adaptamos a los escenarios sociales de cada actor. Así es como nos hemos involucrado en la instrumentación y refacción de la planta de ósmosis de Koluel Kayke para garantizar el acceso al agua potable, y también en la renovación del acceso a la comunidad para mejorar la seguridad vial, ya que el acceso se encuentra sobre una ruta altamente transitada. Al estar comprometidos con comunidades y realidades distintas, ponemos el foco en dialogar con nuestros vecinos y así es como también hemos realizado concursos de arte en escuelas, actividades de concientización medioambiental y sensibilización acerca de las energías renovables, colonias de verano para jóvenes, acompañamiento en jornadas comunitarias y festejos locales, talleres de cocina y carpintería, asistencia a comedores comunitarios, apoyo en tecnología y recursos para desarrollo de talleres de programación y diseño, puesta en valor de plazas comunitarias con implementación de infraestructuras lúdicas, plantaciones de árboles comunitarias, donaciones de paneles solares para garantizar acceso a energías limpias, soporte en distintas necesidades a actores clave de la comunidad (policía, bomberos, médicos, voluntarios), apoyo para poder garantizar la seguridad e higiene durante el COVID-19, entre otras actividades.
En total, hemos realizado más de 150 actividades comunitarias y participamos en más de 600 instancias de diálogo con nuestras comunidades. Y todo esto no es solo durante el período de construcción de nuestros proyectos, sino que lo seguimos haciendo ahora que ya estamos en la fase de operación, y nuestro compromiso como empresa es seguir apoyando las necesidades locales mientras Total Eren esté dentro de los proyectos, que esperemos se incrementen y así poder expandir todas estas iniciativas
a otras comunidades en el país.