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El gobierno iniciará formalmente esta semana la negociación con Bolivia para revisar el contrato de importación de gas. La adenda firmada por la administración anterior finaliza el último día de este este año y el objetivo oficial es reducir las compras provenientes del país vecino a partir de 2021. Se estima que Ariel Kogan, mano derecha de Darío Martínez en la Secretaría de Energía, liderará políticamente el equipo técnico encargado de iniciar las conversaciones.
- Caída de la producción boliviana. Bolivia enfrenta serios problemas para cumplir con sus compromisos de producción de gas. Luego de nacionalizar los hidrocarburos en 2006, el país vecino comenzó a incrementar su producción hasta alcanzar un pico de 63,09 millones de metros cúbicos diarios en 2014, pero desde entonces ha venido retrocediendo y el año pasado se produjeron solo 45,2 millones de metros cúbicos diarios, según cifras del Ministerio de Hidrocarburos del país vecino. “Su producción se está cayendo como un piano. No tienen chances de mantener su nivel de oferta en 2021”, explicó a EconoJournal allegados a Energía. A raíz de esta situación, el gobierno argentino quiere aprovechar para reducir las compras.
- Comprar menos. En febrero de 2019 el gobierno de Mauricio Macri selló la cuarta adenda al contrato original firmado en 2006. Allí se estableció un nuevo esquema de compras que tomó en cuenta la estacionalidad argentina. En los meses de verano (enero a abril y octubre a diciembre), YPFB pasó a entrar 11 millones de metros cúbicos diarios, en mayo y septiembre el compromiso se elevó a 16 millones y en el pico de invierno, entre junio y agosto, el volumen trepó a 18 millones de metros cúbicos. Ahora el gobierno quiere revisar esos volúmenes para reducir el gas importado en invierno hasta los 13/14 millones de m3/día en los próximos tres años.
- ¿Por qué se quiere comprar menos gas? Si bien Argentina redujo su producción de gas en 2020, con el Plan Gas apuesta a recomponerla en los próximos años. Ese objetivo va de la mano de una estrategia destinada a ampliar el sistema de transporte de gas argentino, pero para eso es necesario reducir la importación. La escasa oferta de gas para el próximo invierno que comprometieron las petroleras llevará al gobierno a ser más cauto de lo que había previsto originalmente. No obstante, la intención es firmar una adenda de tres o cuatro años que permita pensar más allá de la coyuntura inmediata.
- ¿Hay posibilidades de que Bolivia acepte? La caída de la producción boliviana sin dudas fortalece la posición argentina. Sin embargo, la claúsula take or pay establece que el gobierno de Luis Arce solo debe pagar una penalidad del 15% en caso de no cumplir con los envíos de gas prestablecidos. La sanción es menor y juega a favor de Bolivia. El gobierno de Mauricio Macri quiso renegociar ese punto en febrero de 2019, pero no tuvo éxito. Debido a todo esto, los funcionarios argentinos aceptan que las probabilidades de conseguir su objetivo de máxima son muy bajas.
- ¿Quiénes negociarán por Argentina? Junto con Ariel Kogan, participarán funcionarios de Integración Energética Argentina S.A. (IEASA), empresa firmante del contrato. Por lo tanto, Andrés Cirnigliaro formará parte de la negociación. Además, se espera que técnicos del Enargas y de CAMMESA puedan realizar aportes.