El gobierno comenzará a realizar a partir del mes próximo nuevas subastas para cubrir los picos de consumo de gas que se registren en otoño e invierno. Fuentes oficiales confirmaron a EconoJournal que la primera se realizará los días 8 y 9 de abril para inyectar el fluido a mitad de mes, mientras que el 24 y 25 de este mismo mes se realizaría la licitación garantizar el abastecimiento en mayo. La intención oficial es que el precio promedio no supere los 6 dólares por millón de BTU, pero no le será fácil conseguir ese valor porque el mercado toma como referencia en los meses de más frío los 6,50 dólares que paga IEASA por los cargamentos de Gas Natural Licuado (GNL), más el costo de regasificación que eleva la cifra a unos 7,50 dólares. Esa es la cifra que están dispuestas a ofertar las petroleras.
En la licitación que se realizó los días 14 y 15 de febrero a través del Mercado Abierto del Gas (MEGSA), el precio promedio que se pactó por el gas fue de 4,56 dólares por millón de BTU por un suministro de gas anual destinado a cubrir los meses de verano y la base de consumo del invierno. Por ejemplo, en el primer día de aquella subasta, cuando se cerraron las compras del fluido proveniente de las cuencas Neuquina, Golfo San Jorge, Santa Cruz Sur y Tierra del Fuego, se garantizaron 14,3 millones de m3 diarios para el verano y unos 35,7 millones de m3 diarios para el invierno a 4,62 dólares por millón de BTU, promedio que luego bajó levemente cuando al día siguiente se subastó el gas proveniente de la cuenca del Noroeste.
Esa escala y esa previsión en la compra llevaron a garantizar un precio menor al que se busca conseguir ahora ya que en esta ocasión la negociación es para cubrir solo los picos del invierno, justamente cuando el fluido escasea. En el gobierno confían en perfeccionar la subasta para evitar que las petroleras se cartelicen al momento de ofertar, pero será difícil evitar que antes del evento haya un acuerdo entre las principales compañías para garantizar un precio base en línea con la paridad de importación.
Frente a esa situación, la carta que puede jugar el Ejecutivo es eventualmente comprar GNL a través de IEASA a 6,50 dólares, más el costo de regasificación, y luego vender ese gas en el mercado interno por debajo de los costos para forzar una baja. Con esa herramienta a la mano, entre otras opciones regulatorias, el Estado buscará direccionar a las petroleras para no tener que convalidar un precio cercano a los 7,50 dólares por millón de BTU por el gas local.