El director nacional de Promoción de Energías Renovables, Maximiliano Morrone, adelantó que ya están listas las firmas de los funcionarios de la cartera energética para avanzar con la reglamentación de la Ley de Generación Distribuida, norma que habilitará a que los usuarios puedan ser generadores de energía a través de fuentes renovables. “Estamos a días de que se publique la reglamentación en el Boletín Oficial», aseguró el martes en un panel de Airec Week 2018, evento que se inauguró el lunes y cerrará hoy en Buenos Aires. A su vez, el director de Generación Distribuida, Ignacio Romero, anticipó que «será mayor el ahorro por autoconsumo que la ganancia por la inyección de energía a la red».
La generación distribuida a partir de energías renovables, principalmente desde paneles solares, produce un cambio central que tiene que ver con que se habilitará a que la generación se produzca en los puntos de consumo. Es decir, que un consumidor que compra energía pueda también generar para su propio consumo y, eventualmente, vender a la red los excesos de producción que tenga.
La medida estará acompañada por una resolución con aspectos técnicos por parte de la Secretaría de Energía. Allí, se reconocerán a tres tipos de usuarios segmentados por el tipo de potencia: residenciales, pymes o comerciales y los grandes usuarios. El límite de potencia contratada de los usuarios-generadores será detallada en la resolución técnica que acompañará al decreto reglamentario.
Si bien es nacional, la ley de generación distribuida tiene un punto importante porque, al ser un régimen de fomento, necesita de la adhesión de las provincias. Aunque en el gobierno entienden que la demora en la publicación de la reglamentación es “natural” porque al colocar al consumidor también como generador es una ley “disruptiva”, la adhesión de las provincias es también un nudo para que se publique el decreto reglamentario.
Mecanismos de promoción
Conceptualmente la generación distribuida está orientada al autoconsumo y no tanto a la ganancia en la venta de energía a la red. “La generación y consumo que un usuario tenga le va a evitar el costo minorista de distribución en el mercado eléctrico, mientras que la inyección de energía que haga a la red se la va a reconocer al mismo precio que paga la distribuidora, la cual es menor porque es sólo por el segmento de generación y no al componente del costo de mantenimiento de la red de distribución”, indicó Romero, también en el Airec Week 2018.
En concreto, ley establece una política de incentivos para que los distintos usuarios instalen los equipos mediante el Fondo para la Generación Distribuida de Energías Renovables (FODIS), que se actualizará todos los años con el presupuesto nacional. Luego, cada provincia que adhiera a la norma podrá de manera independiente incrementar los fondos a través de créditos fiscales o con incentivos a las tarifas o subsidiando tasas, explicó el funcionario.
Desde el ámbito nacional, Romero descartó una tarifa de incentivos para fomentar la generación distribuida. “El crecimiento con incentivos en tarifas se desinfla a futuro con la quita de subsidios, estamos pensando en un crecimiento más gradual”, describió.
En este sentido, Romero remarcó: “En particular para el sector comercial estamos pensando usar mecanismos de crédito fiscal, donde se puede descontar del IVA, que para una empresa sería rápido el recupero de este beneficio, también del Impuesto a las Ganancias”
En el caso de los usuarios residenciales o pequeñas pymes, Romero señaló que “creemos que lo mejor es facilitar la adquisición (de los equipos) a través de una propuesta financiera. En este contexto actual las tasas de crédito lo hacen bastante desafiante pero veremos en el camino que se puede ir haciendo”.
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Sin dudas es el futuro. Pero hay cuestiones que, creo yo, nos ubican algunos pasos atrás del nivel de madurez necesario para dar este salto. Estabilidad tarifaria sin subsidios y previsibilidad económica e institucional son dos condiciones esenciales para que el prosumidor se embarque en este proyecto. Además, los beneficios del prosumidor no debería suponer un mayor costo a aquellos que no adhieran a la idea. De lo contrario, podría ser que Palermo, Caballito o Balvanera, por citar algunos ejemplos, terminen subsidiando a Nordelta o a cualquier otro country donde la instalación de paneles solares sea muy factible. Este sería el escenario al eximir al prosumidor del pago del transporte y la distribución eléctrica. No estará de mas, particularmente en este ultimo caso ver que pasa con los contratos de concesión. También deberían ser conocidas la forma en que se financiarán las futuras expansiones en los segmentos de generación, transporte y distribución, sin un nuevo subsidio del estado, claro. Quiero suponer que no utilizaremos latécnica conocida como «demand response» que, en mi opinión, equivale a la legalización del aborto energético.
Para terminar, me pregunto que tan oportuno es acelerar esta decisión, en este momento del país. Y porqué esta cuestión esta tan alta en la agenda de un país agobiado por enormes problemas y urgentes problemas.