La política energética de Bolivia tomará un nuevo rumbo a partir del resultado de la primera vuelta en las elecciones presidenciales celebradas el último domingo. Entre las prioridades estarán la urgencia por resolver el crónico desabastecimiento de combustibles y la necesidad de reactivar la inversión privada en exploración de gas natural, según lo expuesto por el ex ministro de Hidrocarburos de Bolivia, Álvaro Ríos. «Haga lo que se haga vamos a necesitar gas argentino por un tiempo», advirtió Ríos en un diálogo con EconoJournal.
El resultado del domingo marcó un punto final para la hegemonía política construida por los espacios de izquierda en los últimos 20 años bajo el liderazgo de Evo Morales. La interna por el liderazgo entre el ex presidente y el presidente Luis Arce y la crisis económica se conjugaron para detonar las posibilidades electorales del Movimiento al Socialismo (MAS).
El senador y candidato del Partido Demócrata Cristiano, Rodrigo Paz Pereira, Rodrigo Paz se consagró como ganador con el 32,14% de los votos. A pesar de su victoria, los resultados no fueron suficientes y deberá ir a balotaje contra el ex presidente y candidato del Partido del Jorge “Tuto” Quiroga, quien quedó segundo con el 26,81%. El tercer puesto fue ocupado por el empresario Samuel Doria Medina, de la alianza Unidad, con el 19,86%. Muy lejos quedó el candidato del oficialismo por el MAS-IPSP, Eduardo del Castillo, con el 3,16% de los votos.

Los espacios de derecha liderados por Rodrigo Paz Pereira y Jorge “Tuto” Quiroga Ramírez competirán en el balotaje previsto para el 19 de octubre con dos certezas. La primera es una nueva composición del Congreso que será presumiblemente favorable para la introducción de reformas. La segunda es la aguda necesidad de enfrentar el desabastecimiento de productos en general pero especialmente de combustibles.
Subsidios, YPFB y gas argentino
El ex ministro de Hidrocarburos de Bolivia y actual director d ela consultora Gas Energy Latin America analizó cuáles serán las prioridades de un próximo gobierno y la perspectiva que se abre en la política energética boliviana. «Los tres espacios más liberales, de apertura mercado, tienen la mayoría tanto en diputados como en senadores. Van a tener que pactar estas tres fuerzas opositoras en el parlamento para aprobar leyes muy importantes como la ley de litio, una nueva ley de hidrocarburos, una nueva ley de minería», apuntó Ríos.
–¿Cuáles son los temas urgentes a atender en el plano energético para un próximo gobierno?
-El primer tema que tienen que abordar es cómo abastecer el país. Diría que el 30% del país está desabastecido desde hace varios meses. Luego ver el tema de los subsidios y después ver también cómo se detona nueva exploración para que podamos producir más hidrocarburos en tres o cuatro años más. Es un proceso lento, pero mientras tanto hay que abrir también a la importación privada, a facilitar almacenaje, dar en concesión almacenaje para que los privados puedan importar gasolina, diésel y GLP. También comenzar a negociar con Argentina cómo vamos a hacer para el tránsito de gas y además importar gas natural en Argentina, porque haga lo que se haga vamos a necesitar gas argentino por un tiempo.
-¿Qué puntos de acuerdo en el plano energético observa entre los principales espacios que van a competir en el balotage?
Básicamente, reducir el tamaño del aparato público, dejar a un lado las empresas estatales. No sé bajo qué forma, algunos hablan de concesiones, otros hablan de riesgo compartido. Pero hay unas doscientas empresas, incluyendo las grandes como YPFB, que pueden hacerse por unidades de negocio, de dejar que el Estado opere esas unidades y sea el sector privado el que las haga sin necesidad de llegar a una privatización. El segundo campo que vemos es definitivamente generar condiciones para que el sector privado venga a operar estas concesiones y también tal vez hacer nuevas inversiones, principalmente en las áreas de recursos naturales. Ahí vienen también reformas a la justicia, varias cosas que que van a necesitar dos tercios en el Congreso, pero inicialmente para prorrogar pagos que se debe por la deuda internacional, contraer nueva deuda con FMI. Será muy importante que estos tres líderes de la oposición estén de acuerdo y se pueda darle viabilidad y sostener al país en una etapa de transición que no va a ser fácil.
-En esa etapa de transición estará el tema de los subsidios a los combustibles. ¿Qué medidas podrían tomar?
Los dos están claramente conscientes de que hay que quitar los subsidios gradualmente. No han dicho la forma específica porque seguramente la van a analizar en la segunda vuelta, y los dos prevén traer plata inicial para abastecer el país unos meses hasta que se vayan quitando los subsidios y la economía se vaya ordenando gradualmente. Hoy hay aproximadamente 2500 millones de dólares que el gobierno ha confiscado a los bolivianos. El grueso de la población boliviana sabe que tiene que venir un ajuste a la subvención de los hidrocarburos. Sabe que va a tener que haber préstamos internacionales y que hacer algunos ajustes fuertes en la economía, como recortes fiscales. No va a ser fácil y requiere un equilibrio muy grande entre lo que se puede hacer para mejorar las condiciones y lo que realmente pase en la calle. La ventaja de Bolivia es que es un país chico, que necesita poca plata para reactivarlo y no es un país violento. La violencia en Bolivia es muy escasa y siempre resolvemos nuestros problemas en el diálogo político o protestando en las calles, pero sin una extrema violencia.
-¿Cuánto esta gastando Bolivia en materia de subsidios a la energía?
En el 2026 vamos a necesitar importar aproximadamente 3200 millones de dólares en gasolina y GLP. Sobre eso, si hablamos en término de dólares, diría que el subsidio está bordeando el cincuenta por ciento. Entonces, habrá una subvención para el próximo año de más o menos 1600 millones de dólares. Eso sí estabilizo el tipo de cambio, ya que la moneda boliviana se siguió devaluando en los últimos meses del presidente Arce. Hay que estabilizar el tipo de cambio, es súper importante para cualquier reforma que se quiera hacer, quitar subsidios y atraer inversiones.
