Las principales compañías azucareras del país, que reúnen a los 19 ingenios del Noroeste Argentino y concentran la producción de bioetanol de caña, tienen expectativas en que el Congreso apruebe una nueva ley de biocombustibles que habilite un aumento del 12% al 15% del corte obligatorio de mezcla con las naftas.
Ejecutivos de las compañías Los Balcanes, Ledesma y Seaborad, que representan una buena porción de la producción de bioetanol en el país disertaron en “Energía Cultivada. El bioetanol en el desarrollo del NOA”, evento organizado por la gobernación de Tucumán, el Instituto de Promoción del Azúcar y Alcohol de Tucumán (Ipaat) y por el Centro Azucarero Argentino (CAA).

En la actualidad, la Ley 27.640 de 2021 que regula al sector estima un corte del bioetanol de 12%, distribuido en parte iguales entre el etanol cañero y el de maíz. Mientras que el biodiesel que se produce en base al aceite de soja, se mezcla en un 7,5% con el gasoil. La producción de caña de azúcar y bioetanol se realiza en 14 ingenios tucumanos, tres salteños y dos jujeños y a partir de más de 5.000 productores independientes.
Corte y precios regulados
En el evento participó el subsecretario de Combustibles, Federico Veller, que afirmó: “Tenemos un régimen desde 2006 que fue extremadamente útil para permitir a los biocombustibles despegar. Con mandato de cortes, cupos y precios establecidos por fórmula, pero son precios regulados, no son precios libres. Muchas veces definido por un funcionario”.
“Hay muchas empresas que se acercaron a la Secretaría de Energía con proyectos de inversión para expandirse, pero trajeron muchas dudas porque en este régimen, con este nivel de atadura, se hace extremadamente difícil tomar una decisión”, sentenció el funcionario del gobierno nacional.
“Modernizar una unidad, presentar un proyecto RIGI para hacer una nueva planta de etanol, nada se puede decidir si finalmente se depende del humor de un funcionario. Esto no nos gusta. Nos gustaría que no fuese necesaria mi opinión como funcionario para que una industria pueda desarrollarse. Nos gustaría encontrar un punto medio que, a través de un mercado más libre, se pueda transicionar hacia un sector que pueda tomar decisiones y riesgos muchos más ambiciosos que los que están tomando en la actualidad”.
Por su parte, Jorge Feijóo, titular del Centro Azucarero Argentino (CAA), remarcó que “el sector se encuentra identificado con el proyecto de ley que gestó la Liga Bioenergética de las provincias y que aspira a que la nueva norma establezca de manera permanente un 6% de corte para la caña y 6% para el maíz”. Por otra parte, afirmó que la nueva ley “debería poder incrementar los cortes obligatorios y permitir que se habilite el mercado libre para las mezclas superiores a los cortes obligatorios”.
Además, Feijoo reclamó que en el país se autorice el uso de los motores flex (permiten mayor mezcla de combustibles con etanol) y los kits de conversión (para que un motor diseñado para combustibles pueda utilizar mayor mezcla con etanol): “No son reclamos para prometer inversiones, sino al revés, son planteos por las inversiones ya hechas y por la capacidad instalada y el potencial productivo disponible actual en caña y en maíz”. Por último, Feijoo destacó que “la Argentina no está para desaprovechar lo que tiene. Bienvenidos los recursos de Vaca Muerta y bienvenido los recursos de los biocombustibles. No es elegir uno u otro, son los dos en favor del desarrollo del país”.
Los gobernadores de Tucumán, Osvaldo Jaldo, de Salta, Gustavo Sáenz, y de Jujuy, Carlos Sadir, las tres provincias azucareras, dieron un apoyo unificado y respaldo al sector ante el debate por una nueva ley de biocombustibles y mencionaron la defensa del bioetanol de las provincias del “triángulo del azúcar”.

Ingenios productores
Martín Franzini, director de Negocio Azúcar y Alcohol de la compañía Ingenio Ledesma, afirmó que “estamos definiendo detalles de los distintos proyectos de ley que hay, pero seguramente a partir de la nueva normativa va a haber un aumento en el corte de mezcla en los biocombustibles”.
Sin embargo, las empresas productoras de etanol de caña Los Balcanes, Ledesma y Seaboard sostuvieron que es importante la regulación estatal para el sector y que no se modifique la mezcla actual. “Tener garantizado el 6% de corte nos da previsibilidad a futuro. Es el gran pedido que le hacemos al gobierno para adelante. Podemos discutir un montón de cosas, pero este punto es importante porque nos da certidumbre en un mercado que ya tiene temas como el clima y la estacionalidad (se produce todo el azúcar en cinco meses). Es relevante saber que esa demanda va a estar”, sostuvo Franzini.
Sobre este punto también se refirió Catalina Rocchia Ferro, directora Ejecutiva en Compañía Azucarera Los Balcanes, la principal productora de azúcar del país, que destacó que “es importante mantener el corte. Tenemos que tener mucho cuidado con el libre mercado en general porque no todos los negocios dan para el libre mercado. Hay industrias que necesitan la interacción con el Estado para poder subsistir, sobre todo para las 54.000 personas empleadas que tiene el sector”.
La ejecutiva de Los Balcanes también apuntó a la nueva ley que impulsan algunas provincias productoras: “A partir del nuevo marco normativo podríamos ampliar nuestro corte. El bioetanol permite una sustitución de importaciones de nafta, que permite reducir la salida de divisas del país”.
Por su parte, Oscar Rojo, presidente de la empresa Seaboard Energías Renovables y Alimentos, remarcó que “los biocombustibles son la mejor salida para bajar los costos, la propuesta más económica y la alternativa con mejor cuidado ambiental que hay”.
Jorge Etchandy, gerente del IPAAT, resaltó que “la sucroalcoholera es la principal agroindustria del NOA y que la jornada tuvo destacados expositores locales y extranjeros que abordaron integralmente el desarrollo y aprovechamiento del bioetanol en el mundo, en los principales países productores como Brasil, Estados Unidos e India, y la actualidad argentina”.
También destacó que la actividad sucroalcoholera se apoya en cuatro pilares: primero, la producción local, donde destina 1.300.000 toneladas anuales de azúcar, que significa el 50% de la producción; el segundo pilar es el bioetanol, que es muy relevante para el sector; tercero la exportación de azúcar; y, por último, la cogeneración de energía a partir de la biomasa de la caña.
