
La Modelización de Información de Construcción (BIM) y la gestión avanzada de datos se consolidan como los motores de la eficiencia en los proyectos estratégicos de Oil & Gas en la Argentina. Así se destacó en el evento BIM For All realizado este miércoles en la ciudad de Córdoba, donde se planteó que la transformación digital de los megaproyectos es un habilitador de competitividad.
Bajo el lema “Conexión global para sectores que construyen futuro”, el evento buscó acelerar la adopción del BIM y la transformación digital multisectorial, conectando experiencias internacionales con talento local para impulsar la competitividad, la eficiencia y la sustentabilidad de los sectores productivos.
La metodología BIM es una forma de trabajo colaborativa que transforma la manera en que se planifican, diseñan, construyen y gestionan grandes proyectos de construcción e infraestructura, mejorando la eficiencia y la calidad de los resultados. Es un abordaje que tiene décadas de práctica en la industria de la construcción, pero que ahora está cruzada por nuevos recursos que multiplican la formas de interacción de todos los involucrados en el proyecto.
La BIM es un cambio cultural en marcha
En el encuentro, los panelistas a lo largo de la jornada coincidieron en que se están transformando las industrias a través de la metodología y los gemelos digitales, y coincidieron en que el desafío para capturar la próxima ola de inversiones ya no reside en la tecnología en sí, sino en la articulación de capacidades, el cambio cultural y la adopción ecosistémica a lo largo de toda la cadena de valor.
Durante el desarrollo del panel sobre Proyectos Estratégicos de Oil & Gas se puso en relieve cómo estas herramientas están generando valor a lo largo de toda la cadena productiva, desde la ingeniería temprana hasta la fase de optimización operativa (OPEX).
Participaron de esta mesa Gustavo Rojas, Digital Engineering Sr Manager de Techint; Gian Ortega, Digital Engineering Manage de YPF; y Gustavo Guitera, Digital Enterprise & Business Development de Siemens, moderados por Nicolás Gandini, director de EconoJournal.
Los expertos coincidieron en que la BIM dejó de ser un simple software de diseño para transformarse en un requisito estructural para obras de gran envergadura. Proyectos de la magnitud de la refinería en Tabasco (México), que demandan un millón de horas de ingeniería y cinco años de ejecución, demuestran que estas iniciativas son inviables sin BIM, con lo cual la tecnología se presenta como el único camino para gestionar la complejidad.
Virtudes de las herramientas digitales
En los denominados proyectos fast-track, donde la ingeniería, la construcción y el montaje se superponen de manera crítica, la BIM permite predecir riesgos e interferencias, acelerar la coordinación entre equipos, detectar problemas de forma temprana, reduciendo significativamente los errores en obra, entre otras virtudes del entramado de herramientas digitales disponibles.
Más allá de la fase de capital, la gran promesa del BIM y las metodologías asociadas reside en la gestión del dato. Según las coincidencias del panel la tendencia global indica que la eficiencia de todo el ciclo de vida del proyecto se multiplica cuando los datos son estructurados y trazables desde las etapas iniciales.
El mayor valor se materializa en la fase del Opex, donde la información generada durante el diseño y construcción se convierte en un activo para la toma de decisiones operativas. Esto se traduce en mayor predictibilidad de los activos, capacidad de simulación, gestión inteligente de riesgos y mantenimiento, entre otras virtudes que se le reconocen.
Pese a la brecha con ecosistemas tecnológicos más maduros, los panelistas destacaron las capacidades técnicas y el talento emprendedor existente en la Argentina, pero la barrera principal es de índole cultural y estratégica. En ese sentido se resaltó la necesidad de una integración ecosistémica y de establecer metodologías y criterios comunes para que la cadena de valor se mueva con agilidad.
Adopción tecnológica en toda la cadena
El desafío cultural, como tal, requiere desaprender modelos antiguos y alinear a los liderazgos para consolidar una visión compartida, se destacó desde la experiencias de las tres empresas que transitan un intenso proceso de gestión del cambio.
Una conclusión crucial del panel es que la adopción tecnológica no puede ser solo potestad del «owner» o cliente final, sino que las grandes empresas EPC tienen que apalancar la transición de sus subcontratistas, incluso ayudando en capacitación y costos de licencias, para evitar que la brecha tecnológica limite los proyectos.
El cierre giró sobre un costo de oportunidad inmediato al entender que si la cadena de valor argentina incorpora estas tecnologías, puede capturar proyectos de mayor escala y complejidad, para lo cual se requiere un impulso coordinado de sector público, privado y financiero para acelerar la adopción.








