
El presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, anunció la semana pasada un bloqueo total al ingreso y salida de Venezuela de buques petroleros sobre los que pesan sanciones. El bloqueo fue anunciado tras confiscar un tanquero irregular proveniente de Venezuela. La escalada estadounidense implica un cambio en la estrategia para enfrentar a la “flota en las sombras”, un cúmulo de cerca de 1000 tanqueros que transportan petróleo sancionado desde Rusia, Irán y Venezuela.
El primer hito ocurrió con la captura del buque petrolero Skipper en aguas cercanas a Venezuela por parte de las fuerzas armadas estadounidenses. La fiscal general de Estados Unidos, Pam Bondi, describió al Skipper como un «petrolero utilizado para transportar crudo sancionado de Venezuela e Irán».
Sobre el Skipper, un petrolero VLCC de 20 años de antigüedad y que al momento de la incautación transportaba 1,1 millones de barriles con destino a Cuba, pesaban sanciones desde el 2022 por presuntos vínculos con una red de contrabando de petróleo vinculada con Irán y Hezbolá.
China salió este lunes a protestar contra la incautación de buques cisternas a través del portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores. “La incautación arbitraria por Estados Unidos de embarcaciones de otros países viola seriamente el derecho internacional«, dijo el portavoz Lin Jian.
Punto de inflexión para la flota en las sombras
Windward, una empresa israelí de inteligencia marítima que presta servicios para grandes petroleras, considera que la captura del Skipper marca un punto de inflexión para los buques petroleros que recurren a maniobras de engaño vinculables con operaciones oscuras de transporte de crudo y combustibles.
Entre las prácticas de engaño que caracterizan a los buques cisterna que operan en las sombras se encuentran los merodeos en aguas ventajosas para el contrabando, los cambios significativos en el calado sin escalas registradas en puerto que son indicativos de operaciones semioscuras de transferencia de carga de barco a barco, y manipulaciones del posicionamiento satelital (GNSS) para ocultar los viajes y las ubicaciones reales.
La empresa israelí indica que hay por lo menos 300 buques petroleros sancionados que forman parte de una flota en las sombras de alrededor de 1000 tanqueros, que hasta el momento operaban sin consecuencias mayores. No obstante, con la captura del buque Skipper, la administración Trump marca que de ahora en adelante hará uso de las herramientas legales disponibles.
«La incautación no requirió una escalada militar ni un nuevo régimen de sanciones. Se basó en la aplicación decisiva de las autoridades legales existentes. Esto indica un cambio más concreto, pero de mayor trascendencia: cuando convergen las violaciones de las sanciones, la manipulación del posicionamiento satelital y las falsas banderas, la aplicación de la ley ya no puede limitarse a la simple designación. La intervención física se ha convertido en un resultado viable en condiciones específicas y documentables«, evaluó Winward.

Impacto en Venezuela y protesta de China
Para Venezuela el impacto económico del bloqueo se mide en los descuentos sobre el precio del crudo pesado Merey. Los compradores están pagando precios con descuentos de por lo menos 20 dólares por debajo del Brent frente a la falta de certezas sobre la efectiva entrega de los cargamentos.
El bloqueo también comienza a inquietar a los socios comerciales de Venezuela. La advertencia de China contra la administración Trump por la captura de buques tiene una explicación diplomática pero también comercial. China representó este año entre el 55 y el 90% de las exportaciones petroleras mensuales de Venezuela, en comparación con el 40 a 60% del año pasado.

























