“El primer objetivo pasa por estar a la altura de las circunstancias en todo lo que es infraestructura. Cumplir con los proyectos que se vienen en los próximos años a fin de extraer y exportar recursos. No competiremos con la industria constructora, sino que avanzaremos junto a ella, sabiendo que nadie puede actuar solo”, afirma Diego Pando, CEO de AESA, empresa de ingeniería, construcción y servicios industriales que funciona como filial de YPF.
La intención, reveló en diálogo con El Diario de la AOG, es elevar al máximo los niveles de eficiencia operativa. “Esto no significa sacarle al trabajador parte de su salario, ni nada por el estilo. Queremos hacer más con lo mismo. O incluso gastando menos”, aclaró. Resulta imposible, reflexionó el directivo, intervenir sobre el precio de un commodity como el petróleo. “En ese sentido, uno tiene que ser claramente rentable para que los proyectos se desarrollen. Somos parte de ese proceso. Tenemos que volvernos cada vez más eficientes. Creer que uno ya lo es, deriva en no tener capacidad de mejora”, aseguró.

¿Qué otra variable de mejora le parece necesario adoptar de cara al escenario venidero?
Hay un tema central que pasa por la innovación; es decir, por la incorporación de tecnología. Pienso que hay que hacer las cosas de manera distinta. En verdad yo soy contador, no soy ingeniero, pero no sé si esto es una debilidad o una fortaleza. Tengo la ventaja de hacer la pregunta tonta cuando estoy ante un grupo de ingenieros. A veces esa pregunta puede llegar a ser disruptiva. Vivo pensando que se pueden hacer las cosas de otra manera. Soy de una generación que no imaginaba dar una entrevista que pudiera quedar registrada en un teléfono celular ni enviar un mensaje mediante una aplicación como WhatsApp. Sin embargo, tuve que adaptarme a estos tiempos, sabiendo que lo que antes pasaba en un plazo de 25 años ahora puede suceder en cuestión de meses.
AESA tiene un rol sinérgico en materia de infraestructura, ¿puede aportar algún ejemplo concreto de innovación que tengan en marcha o en carpeta en ese ámbito?
Hemos hecho varias Plantas de Tratamiento de Crudo (PTC). Recientemente me tocó ir al campo y me puse a charlar con un ingeniero, quien me contó cómo su experiencia previa lo ayudó a posteriori. En la PTC anterior, me dijo, luego de efectuar el movimiento de suelo y aplanar todo, llegó el turno de enterrar los caños. En la siguiente obra, sin embargo, se dio cuenta de que no tenía que hacerlo en todos los lugares. En definitiva, podía poner los caños antes y listo. Parece una mejora menor, pero no lo es. Espero, deseo y busco que en cada sitio donde nos desempeñemos estemos identificando ese tipo de detalles. Hoy acelerar los plazos constituye una necesidad. Hablar de eficiencia es hablar en términos de medida de dinero, sabiendo que el flujo de fondos del proyecto va para mi casa madre. En la actualidad no imagino, por caso, que la revisión de un plano no pueda estar a cargo de una Inteligencia Artificial (IA). Como mínimo espero de ella una primera lectura de lo que está bien y lo que está mal, y que después el ingeniero agregue valor en función de lo que aprendió en la universidad. Es clave darles una mirada integral a todos los temas. Nuestro equipo de trabajo acaba de llevar a cabo reuniones de seguridad que no sólo estaban focalizadas en la seguridad general, sino que también se aplicaban a la ingeniería.

¿Cómo se prepara AESA para la posibilidad de participar de manera simultánea en obras como Vaca Muerta Oil Sur (VMOS), un nuevo gasoducto destinado al proyecto de gas natural licuado (GNL), plantas de tratamiento para Oleoductos del Valle (Oldelval), desarrollos en el hub del norte de Neuquén, y diversas plantas de separación de líquidos, butano, propano y demás?
Sin dudas tendremos que reforzarnos y ganar experiencia en temas que aún no manejamos. Hasta ahora nunca hicimos ninguna planta vinculada con el GNL. No tenemos el know how. Pero no es una opción quedarnos quietos y decir que no podremos. Estamos buscando capacidades y evaluando posibles asociaciones. Insisto en este concepto de Marín: no trabajamos contra la industria, sino con la industria. Hay comida para todos arriba de la mesa. No hay necesidad de competir.
Frente a las oportunidades que abre el desarrollo a gran escala de Vaca Muerta, ¿es una ventaja o una desventaja para AESA formar parte de YPF y estar tan cerca del contratante de muchas obras?
Para tranquilidad de todo el mundo, nosotros no tenemos ninguna ventaja. Ganamos y perdemos proyectos. Se nos aplican las mismas reglas que a todos. Para que nadie tenga dudas: si YPF nos tiene que sacudir, nos va a sacudir. Por otro lado, aunque muchas veces los contratos son para YPF, el que evalúa es un socio o un conjunto de socios (en VMOS son ocho empresas). Vos cotizás y es YPF el que te da el pliego, pero para ganar tenés que ser el mejor ante muchos. Ahora bien, “sentarse en la mesa de los ravioles del domingo” no está bueno para tener insider information, pero sí para estar mirando si la estrategia vira un grado hacia donde sea. Y también está bueno que te marquen la cancha, que te digan “te estás metiendo en esto y en realidad lo que nosotros necesitamos es esto otro, porque el futuro está a la derecha y no a la izquierda”. Está bueno tener diálogo; o sea, tener el número del interno al que debes llamar para aclarar cualquier cosa, más allá de que eso debería suceder con toda la industria.
¿Y eso no siempre es así?
No siempre. Una de las preguntas que les hacemos a nuestros clientes es cómo se ven en cinco años. Nosotros tratamos de tener una regularidad en términos de proyectos de servicio. Yo no puedo hacer serruchos en mi actividad. ¿Por qué? Porque la industria de la construcción se funde. Nosotros no somos la operadora, somos los primos pobres. Entonces yo necesito tener algo de estabilidad. Para tener esta estabilidad me resulta bueno conocer qué necesitas vos de mí. Porque tal vez yo te tenga que decir “hoy no cuentes conmigo”, porque mi heladera la tengo llena, o “contá conmigo hoy”, porque a otro le estoy diciendo que prescinda de mí. Y esa es una manera de coordinarse dentro de la industria.
¿Qué valor le da a las nuevas tecnologías?
En el año 2017 o 2018, a través de YPF, fui a Singularity University. ¿Por qué? Porque no quería ir a ninguna otra universidad. Y fue impresionante. Increíble. Y ahí ya se marcaba, en definitiva, que se venía algo distinto a partir de la incorporación de tecnología e innovación. En materia de IA, lo primero que yo quiero es seguridad. Por supuesto que la eficiencia me encanta. Pero quiero seguridad. La semana pasada escuchaba que inventaron un estetoscopio que, en 15 segundos, con 0,04% de margen error, se puede determinar si tenés taquicardia. Si los análisis médicos pueden llegar a ese punto, no puedo entender que una cámara, por ejemplo, no pueda identificar si un caño con sólo cuatro puntas de soldadura configura un riesgo para una persona.
También me obsesiona todo lo que tiene que ver con la ingeniería, el análisis de datos, la reducción de tiempos y la customización de procesos, entre otras variables. Es vital reducir tiempos Creo que tenemos que salir de la caja para muchas cosas. Mi lema es “no me pongan delante personas que me digan que no como primera respuesta”.
Tengo la suerte de tener un sobrino veinteañero que trabaja para Estados Unidos y cuando vos ves las cosas que hace, queda claro que se puede. En el futuro no se va a distinguir el que tenga tecnología, sino el que no la tenga.
¿Qué hace falta para que Vaca Muerta dé el salto cuantitativo del que tanto se habla?
En primer lugar, hay que mirar al norte y copiar mucho de lo que se hace en Estados Unidos. Sé que es difícil. Está el factor humano y social, no hay ninguna duda. Pero hay que hacerlo. Y no me refiero a ningún servicio en particular. ¿Acaso hoy es posible imaginar un lugar de tu casa donde no incorporarías tecnología? No hay que limitar nuestras cabezas. Esta industria tiende a ser estable, pero quizás llegamos a un escenario en el que el barril se cotiza a 30 dólares. Puede pasar. Y hay que estar preparados para eso, con el foco en la sostenibilidad del empleo.
¿Cómo transita el proceso de salida de YPF del negocio convencional para concentrarse en Vaca Muerta?
Soy contador, soy numérico. Así que yo no me enamoro de los fierros, no me enamoro del crudo ni del gas. Para mí lo que importa son los números. Y, antes de eso, la seguridad de las personas. Nosotros desempeñamos un rol dentro de YPF y estamos 100% alineados a su estrategia general. Si YPF nos necesita en el lugar donde está la rentabilidad, allí iremos. Estamos en un momento de transición, pero sería un hipócrita si te dijera que vamos a permanecer indefinidamente en los campos maduros. Claramente seguimos la estrategia de nuestro accionista controlante y nuestro mayor esfuerzo lo ponemos donde está su rentabilidad.

Por último, ¿cuál es el mensaje, en esta coyuntura, para la cadena de valor que depende de ustedes?
El mismo que aplica para nosotros. Yo necesito que todo tenga el mejor precio, porque en definitiva ese factor me impacta a mí e impacta entre quienes comparten nuestro negocio. Cuando desarrollamos proveedores, trabajamos mucho al respecto con ellos. Lo que hacemos, en definitiva, es trabajar “con” y no “en contra de”.