HOUSTON.- Las alternativas para alcanzar una mayor integración energética entre la Argentina y el Brasil fue uno de los temas que se debatió en un panel sobre el futuro del gas natural en Latinoamérica, que se llevó a cabo este miércoles en el CERAWeek by S&P, en Houston. Uno de los speakers del encuentro fue Rodolfo Freyre, vicepresidente de Gas, Energía y Desarrollo de Negocios de Pan American Energy (PAE), quien enumeró las necesidades energéticas de América latina a nivel global y las puso en perspectiva en función de capacidades concretas de la Argentina para cubrir el suministro a mediano plazo. Del panel participaron también Mauricio Tolmasquim, director de Transición Energética y Sustentabilidad de Petrobras; Sarah Bairstow, presidenta de México Pacific, y Juan Manuel Rojas, presidente de Promigas.
Consultado acerca de si la suspensión de la aprobación de nuevos proyectos de licuefacción de Gas Natural Licuado (GNL) en EE.UU. podría representar una oportunidad para la Argentina, Freyre descartó de plano esa interpretación. «No creo que la pausa en el GNL de EE.UU. afecte las potenciales exportaciones de GNL de Argentina«, indicó. Y agregó: «en mi opinión, el motor, el catalizador de las exportaciones argentinas está relacionado básicamente con lo que hemos demostrado en los últimos años: que tenemos un recurso enorme que, según como hemos demostrado en los últimos cinco años, podemos poner en producción muy rápidamente. Hoy en día, más del 50% de toda la producción de gas natural en Argentina es básicamente shale gas de Vaca Muerta. Estamos suministrando gas hacia la región, a Chile, a Uruguay. Tenemos mercados potenciales hacia Bolivia y luego hacia Brasil. Definitivamente la agenda del GNL está ahí para nosotros. Es realmente la opción que tiene la Argentina para poner en valor todos los recursos que tiene. Esta pausa en EE.UU. no va a cambiar el timing porque los fundamentos del país son sólidos», señaló el ejecutivo.
Con relación a las sinergias que podrían acentuarse en el mercado de gas con Brasil mediano y largo plazo, Freyre subrayó que el país vecino «tiene un desafío que se explica por la flexibilidad de abastecimiento que requiere su parque de generación». La generación hidroeléctrica representa más de la mitad de la generación brasileña, pero el nivel de hidraulicidad es diferente cada año, por lo que los años más secos demandan un mayor consumo de gas natural para abastecer la demanda eléctrica. «Quizás el GNL sea una mejor manera de brindar esa flexibilidad, dado que Brasil cuenta con más de cinco terminales de regasificación, pero también es posible enviar gas hacia el mercado brasileño a través de gasoductos», analizó el directivo de PAE, una de los dos mayores productores de hidrocarburos del país.
Integración
Freyre aclaró, sin embargo, que la necesidad de gestionar la flexible intrínseca del mercado eléctrico brasileño no es suficiente para justificar por sí sola la instalación de una terminal exportadora de GNL en la Argentina. «Quizás no se pueda hacer un proyecto de GNL sólo para abastecer la flexibilidad de Brasil, pero se puede hacer un proyecto de GNL teniendo en cuenta parte de esa demanda», señaló el ejecutivo.
Otra de las opciones analizadas para exportar gas al Brasil es a través de la infraestructura de gas existente en Bolivia, a partir del declino en la producción boliviana de gas y las obras de reversión del gasoducto Norte.
El panel fue moderado por Eric Eyberg, consultor de Gas de S&P, quien consultó a Freyre acerca de cómo impactó en la industria de gas la asunción de Javier Milei como presidente argentino. El directivo de PAE respondió que existe un consenso político y social sobre la importancia del sector energético para el desarrollo del país. «Los diferentes partidos políticos entendieron en los últimos años que el sector energético es muy importante para la estabilidad macro del país y se entendió la importancia de apoyar a la energía en general», concluyó.