La reunión de ministros de Clima y Energía de los países del G7 finalizó en Japón con un compromiso para acelerar la eliminación de los combustibles fósiles. Al mismo tiempo, las potencias reiteraron el respaldo para las inversiones en gas natural y LNG en el contexto de la crisis energética, aunque no acompañaron una propuesta de Japón para enfatizar la necesidad de más inversiones ante una demanda creciente de gas licuado.
Ministros de Estados Unidos, Canadá, Alemania, Francia, Gran Bretaña, Italia, y Japón se reunieron este fin de semana en la ciudad japonesa de Sapporo para afinar el rumbo de la agenda energética, climática y ambiental.
La guerra en Ucrania alteró esa agenda. La seguridad energética volvió a ser un tema de discusión y preocupación entre las potencias. En un contexto de precios elevados del gas, petróleo y electricidad, sus líderes habían planteado en la cumbre del G7 de junio pasado la necesidad de garantizar los suministros energéticos sin comprometer los objetivos climáticos.
El documento aprobado en Sapporo reconoce la continuidad de la crisis energética internacional. “Enfrentamos una triple crisis global sin precedentes del cambio climático, la pérdida de biodiversidad y la contaminación que se están realimentando mutuamente y están intrínsecamente conectadas, así como una crisis global energética de una escala sin antecedentes que empeoró las disrupciones sociales y económicas”, reza el documento.
Acelerar la transición energética
Pese a la problemática de los suministros energéticos, que golpea a todo el mundo, pero especialmente a los países menos desarrollados, los ministros de las potencias desarrolladas enfatizaron que la aceleración de la transición energética es la solución para la crisis energética.
“Enfatizamos que una transición energética limpia más rápida hacia las emisiones cero es clave para mejorar la seguridad, estabilidad y asequibilidad del abastecimiento energético global. Subrayamos nuestro compromiso, en el contexto de un esfuerzo global, de acelerar la eliminación de los combustibles fósiles para lograr las emisiones cero en los sistemas energéticos para el 2050”, dice el comunicado.
En esa dirección, anunciaron que aumentarán la capacidad instalada de energía eólica offshore a 150 GW para 2030 y sumarán otros 1000 GW de energía solar. También acordaron promover un mayor desarrollo de la energía eólica marina flotante y se reconoció a los países que apuestan a la energía nuclear para reducir sus emisiones.
Si bien las potencias proponen acelerar la eliminación del uso de combustibles fósiles (en las aplicaciones y usos sin captura de carbono) en general y especialmente en el sector eléctrico (donde establecen una meta de emisiones cero o cercanas a ese objetivo para el 2035), lo cierto es que volvieron a eludir una definición sobre la expiración del uso del carbón en generación eléctrica.
Gas y LNG
Como el año pasado, el G7 volvió a señalar que las inversiones en gas natural y LNG son necesarias para reducir la dependencia con Rusia y en el contexto de la crisis energética. Los líderes de gobierno habían marcado en la cumbre de junio que “en estas circunstancias excepcionales, la inversión con apoyo público en el sector del gas puede ser apropiada como respuesta temporal, sujeta a circunstancias nacionales claramente definidas y si se implementa de manera coherente con nuestros objetivos climáticos y sin crear efectos permanentes, por ejemplo, asegurando que los proyectos se integren en las estrategias nacionales para el desarrollo de hidrógeno bajo en carbono y renovable”.
En Sapporo, los ministros reiteraron el concepto en el comunicado final, aunque eliminaron la mención del apoyo público al sector. “La inversión en el sector gasífero puede ser apropiada para afrontar potenciales faltantes en el mercado generados por la crisis”, dice el documento.
Japón, sin respaldo para el LNG
Pero el comunicado final esta lejos de reflejar una postura común sobre el rol y la demanda de gas y LNG. Japón, que ocupa este año la presidencia del grupo, cree que se necesitan más inversiones para atender a una demanda creciente de LNG.
En uno de los borradores se había incluido un pedido de «inversiones necesarias en LNG y gas natural» en el contexto de las consecuencias energéticas provocadas por la invasión de Rusia a Ucrania y agregaba que «la demanda de LNG seguirá creciendo», según la agencia Reuters.
Pero el resto de las potencias no acompañaron la propuesta de Japón, uno de los mayores países importadores de gas natural licuado en Asia y el mundo. En cambio, sí hubo un reconocimiento para las inversiones en amoníaco promovidas por Japón. «Reconocemos que el hidrógeno renovable y bajo en carbono y sus derivados, como el amoníaco, deben desarrollarse y usarse donde tengan un impacto como herramientas efectivas de reducción de emisiones”, señala el documento final.
Financiamiento
El G7 reiteró que no otorgarán más financiamiento internacional para los combustibles fósiles (que no incluyan captura de carbono) salvo en ciertas circunstancias aún por definir.
”Destacamos que finalizamos nuevos respaldos directos gubernamentales para la generación de energía a carbón térmico sin captura de carbono para fines de 2021 y el apoyo público para el sector energético internacional de combustibles fósiles sin captura de carbono en 2022, excepto en circunstancias limitadas claramente definidas por cada país consistentes con un 1.5 °C límite de calentamiento y los objetivos del Acuerdo de París. Cada uno de nosotros proporcionará una actualización sobre nuestro enfoque de implementación para fines de 2023”, dice el documento.
También realizaron “un llamado a otras economías importantes, los bancos multilaterales de desarrollo y las instituciones financieras de desarrollo bilateral, fondos multilaterales, bancos públicos y agencias relevantes para que también adopten estos compromisos”.