Desde este lunes Brasil puede exportar a diario sus excedentes de energía hidroeléctrica. Es un nuevo modelo de comercialización que reemplaza el esquema de “intercambios de energía”, muy utilizado con la Argentina y Uruguay.
La Cámara de Comercialización de Energía Eléctrica (CCEE) y el Operador Nacional del Sistema Eléctrica (ONS) habilitaron el lunes un nuevo procedimiento competitivo que permite la negociación diaria y monetización de los excedentes de generación de energía de las centrales hidroeléctricas que integran el Mecanismo de Reasignación de Energía (MRE).
Bajo el esquema de “intercambio de energía” Brasil suele exportar la energía en el período húmedo (entre mayo y agosto) y los vecinos la devuelven en los meses secos (septiembre a noviembre). Esos flujos de energía no eran monetizables hasta ahora.
Con el nuevo modelo los agentes comercializadores registrados para exportar podrán realizar a diario transacciones con los países vecinos, siempre que la negociación no afecte la seguridad de suministro energético en el mercado brasileño.
La transacción se realizará si hay oferta hidroeléctrica en Brasil y dependerá única y exclusivamente de un escenario hidrológico favorable y de que haya demanda en los países vecinos, aclaró el presidente del directorio de la CCEE, Rui Altieri Silva.
MRE y niveles en los reservorios
El Mecanismo de Reasignación de Energía incluye las centrales hidroeléctricas sujetas al despacho centralizado del ONS. Su propósito es distribuir y llevar la contabilidad de la energía generada por todas las centrales participantes.
Los niveles de agua en los reservorios brasileños crecieron a lo largo del año, especialmente en el sur. Los últimos datos del ONS muestran que la energía almacenada en los reservorios en la región sur llega al 83% de la capacidad total.
En la región sureste/centro oeste la capacidad llega al 51,12%, mientras que en la región norte llegan al 70,59% y en la región noreste al 64,70%.
La situación de relativa holgadez hidroeléctrica contrasta con la falta de agua en los reservorios durante 2021, producto de una sequía histórica. La crisis hidroléctrica había obligado al gobierno a crear un órgano de emergencia para administrar la electricidad y el agua.