La energía nuclear otorga «previsibilidad» al sistema eléctrico nacional no sólo desde el aspecto de generación eléctrica por su alto factor de carga, sino también desde el punto de vista de costos de producción, ya que las variaciones internacionales del precio del uranio, con el cual se fabrica el combustible nuclear, tienen un impacto casi marginal, afirmó Alejandro Estevez, director de Nucleoeléctrica Argentina.
Estevez recordó que, luego de varios meses de negociaciones con la contraparte china, el 1° de febrero de este año se firmó el contrato técnico-comercial para la cuarta central nuclear y explicó que actualmente se trabaja en el acuerdo por el financiamiento: «Se están dando los pasos que corresponden para poder avanzar con este proyecto que es central para el futuro de nuestro país en el marco de la transición energética», aseguró.
Julián Gadano había señalado: «Negociamos mucho con China, viajé 11 veces en cuatro años, y lo único que tengo para decir es que (…) no llegamos a un acuerdo y esta administración lo único que hizo fue firmar el proyecto que nosotros habíamos negociado y nos parecía que le faltaba».
En respuesta, Estevez afirmó: «Habría que preguntarle a Gadano qué hizo las 11 veces que dice que fue a China porque durante su gestión el proyecto Atucha III estuvo completamente paralizado. Por los resultados pareciera que fue solamente por turismo nuclear. Las declaraciones respecto al financiamiento son un fiel reflejo de la política de abandono al sector nuclear que llevó adelante el exfuncionario”.
El directivo de Nucleoeléctrica Argentina agregó: «la energía nuclear es fuente de beneficios extraordinarios en el marco de una planificación energética de mediano y largo plazo, por eso países como Francia, China, Emiratos Árabes Unidos y la India siguen invirtiendo en dicha tecnología con planes de expansión muy ambiciosos».
Asimismo, en relación a las declaraciones, en las cuales Gadano consideró «bizarro» que las autoridades nucleares hayan firmado un contrato comercial por el cual se comprometen a construir una central nuclear de origen chino y no tienen el contrato financiero, Estevez expresó: «¿Cómo pretendía llegar a un acuerdo financiero sin saber lo que se iba a financiar? Por los resultados, claro está, que era una estrategia para dilatar las negociaciones y no hacer nada, una falta de respeto total a la contraparte China».
La inversión total del proyecto Atucha III es de US$ 8.300 millones equivalentes y no de 14.000 millones, corrigió Estevez, al tiempo que aclaró: “ese valor correspondía a la financiación de dos centrales nucleares: la central tipo Candu -de uranio natural y agua pesada- y el reactor Hualong One -de uranio enriquecido y agua liviana-, que fue desmantelado por la gestión del macrismo».
«Es un grave error pensar en términos de corto plazo, ya que la energía más cara es la que no se tiene cuando se la necesita, prueba de ello es la crisis energética desatada por el conflicto bélico en Europa a inicios de este año, por el cual los precios de la energía eléctrica alcanzaron valores superiores a los 500 euros por MWh en algunos países de fuerte dependencia de importación de energía», concluyó.
Atucha III
El 1° de febrero de 2022, Nucleoeléctrica Argentina firmó con la Corporación Nuclear Nacional China (CNNC) el contrato para la construcción de Atucha III, una nueva central nuclear con un reactor de 1200 MWe y una vida útil inicial de 60 años que se instalará en el Complejo Nuclear Atucha, en la localidad de Lima, provincia de Buenos Aires.
El proyecto supone una inversión de USD 8.300 millones y permitirá incrementar en más de un 60% la generación eléctrica de origen nuclear.
El contrato EPC (ingeniería, compras y construcción) prevé la provisión de la ingeniería, construcción, adquisición, puesta en marcha y entrega de una central del tipo HPR-1000, que utilizará uranio enriquecido como combustible y agua liviana como refrigerante y moderador.
Las obras de construcción requerirán la creación de más de 7000 empleos durante el pico de obra, 700 empleos fijos para su operación y una integración aproximada del 40% con los proveedores nacionales.