Al filo del vencimiento del cuarto intermedio sellado en febrero hasta el 31 de marzo, directivos de IEASA y funcionarios del Ministerio de Economía seguían negociando anoche con autoridades de YPFB la firma de una nueva adenda anual al contrato original de importación de gas suscripto en 2006 con un cambio en los precios originalmente pautados.
Inicialmente el foco de la negociación había estado puesto en las cantidades que iba a aportar el país del altiplano ya que el gobierno de Luis Arce aseguró que no estaba en condiciones de garantizar los volúmenes acordados en el contrato. Sin embargo, en las últimas semanas, a raíz de la suba en la cotización del gas, también entró en debate el precio. Fuentes cercanas a la negociación aseguraron a EconoJournal que finalmente Argentina habría accedido a pagar un premio diferencial por sobre el valor establecido en el contrato, que de acuerdo a la fórmula polinómica prevista está en torno a los 8 dólares por millón de BTU.
Nuevo esquema
El nuevo esquema que está terminando de definirse prevé que Argentina pague una oferta base de 10 millones de metros cúbicos diarios al precio pautado originalmente y por sobre esa cantidad acceda a desembolsar 10 dólares adicionales por millón de BTU. De ese modo, el precio del gas incremental llegaría a 18 dólares por millón de BTU.
El contrato prevé que Bolivia tiene que enviar en invierno 14 millones de metros cúbicos por día, pero el país vecino había anticipado que ni siquiera estaba en condiciones de llegar a enviar 12 millones, lo mínimo que necesita Argentina en función de las proyecciones realizadas por la Secretaría de Energía. De hecho, según la información que manejaba la Subsecretaría de Planeamiento Energético, Bolivia iba a inyectar entre 8 y 10 MMm3/día de gas durante el invierno.
¿Qué cambió?
La modificación del despacho de energía eléctrica en Brasil generó las condiciones para reencauzar la discusión comercial con Bolivia. Las lluvias registradas en marzo recompusieron los embalses del complejo hidroeléctrico de Brasil, que hoy se ubican en torno al 65% de su capacidad. Es más, el costo marginal de la energía en el mercado spot brasileño está prácticamente regalada, dado que cotiza a unos 10 dólares por megawatt por hora (MWh) requerido. A raíz de eso, Brasil, que tiene prioridad para adquirir el gas de Bolivia, tiene previsto tomar menos oferta del hidrocarburo producido en ese país. Eso deja un espacio para que la Argentina pueda importar más gas desde el país del Altiplano.
Lo que se está negociando es cuánto se pagará por ese gas adicional. Se estima que, por sobre la base de los 10 MMm3/día, la Argentina reconocerá un premio, a modo de incentivo, de 10 dólares por millón de BTU por sobre el precio fijado en el contrato. Es decir, el precio final de ese gas incremental —que tendrá la condición de interrumpible y que Bolivia enviará sólo en la medida que tenga capacidad para hacerlo— rondará los US$ 18 por MMBTU. Se apunta a que YPFB se comprometa a inyectar, al menos durante una buena cantidad de días, hasta unos 14 MMm3/día de gas entre mayo y agosto, según confiaron a este medio fuentes al tanto de la negociación.
Para la Argentina es conveniente porque ese precio está por debajo del costo del gasoil importado, que ronda los 28 dólares y es muy inferior al costo del LNG, que en la última licitación de IEASA promedió los 39 dólares.
Además del ministro Guzmán y de funcionarios de la Secretaría de Energía, que dirige Darío Martínez, de la negociación con autoridades bolivianas también participó el embajador argentino en Brasil, Daniel Scioli, que en las últimas semanas mantuvo intercambios con productores argentinos de gas para entender mejor el escenario. Fuentes del Energía se limitaron a responder que «se sigue negociando con Bolivia en busca de una solución».