Estados Unidos y Alemania llegaron a un acuerdo político y energético que despeja el camino para la finalización y puesta en operación del gasoducto Nord Stream 2, el proyecto que reforzará la posición de Rusia en el mercado europeo del gas. Washington y Berlín también dejaron la puerta abierta a futuras sanciones en contra del gas ruso en caso de considerar que Rusia toma medidas que amenacen a Ucrania o a la seguridad energética de Europa.
Las diplomacias de ambos países informaron en un comunicado conjunto que trabajarán “para responder juntos a la agresión rusa y sus actividades malignas, incluidos los esfuerzos rusos por utilizar la energía como arma”. Berlín además se compromete a hacer todo lo posible para garantizar el tránsito de gas ruso vía Ucrania más allá del 2024.
El ministro de Asuntos Exteriores de Alemania, Heiko Maas, manifestó en Twitter su «alivio» por una «solución constructiva». «Ayudaremos a Ucrania a construir un sector de energía verde y presionaremos para asegurar el tránsito de gas a través de Ucrania en la próxima década», señaló.
El gasoducto gemelo de Nordstream 1 se encuentra construido en un 98%. El consorcio Nord Stream AG (integrado principalmente por la compañía rusa Gazprom y por otras compañías de Alemania, Holanda y Francia) había recibido en mayo el visto bueno de las autoridades alemanas para la construcción de un tramo faltante en territorio alemán. Una vez en operación podrá transportar 55.000 millones de m3 de gas de Rusia a Alemania por año. Entre los dos Nordstream la capacidad total ascenderá a 110.000 MMm3 anuales.
Nuevo acuerdo
EE.UU. y Alemania reafirmaron su apoyo a los reclamos soberanos, la integridad territorial y la independencia de Ucrania frente a Rusia. Ambos países están dispuestos a usar herramientas y sanciones para “garantizar que Rusia no hará un mal uso de ningún gasoducto, incluido Nord Stream 2, para lograr fines políticos agresivos utilizando la energía como arma”. En caso de “utilizar la energía como arma o cometer nuevos actos agresivos contra Ucrania, Alemania tomará medidas a nivel nacional y presionará para que se adopten medidas eficaces a nivel europeo, incluidas sanciones, para limitar las capacidades de exportación rusas a Europa en el sector energético, incluido el gas, y / o en otros sectores económicamente relevantes”.
Un objetivo importante del acuerdo es el compromiso asumido por Alemania para lograr mantener el tránsito del gas ruso vía Ucrania. “Alemania se compromete a utilizar todos sus recursos disponibles para facilitar una extensión de hasta 10 años al acuerdo de tránsito de gas de Ucrania con Rusia, incluido el nombramiento de un enviado especial para apoyar esas negociaciones, para comenzar lo antes posible y a más tardar el 1 de septiembre”, indica el comunicado oficial.
Por otro lado, se comprometieron a movilizar inversiones para apoyar la transición energética en Ucrania y otros países de Europa central y del este. Crearán un Fondo Verde para Ucrania por el que esperan movilizar mil millones de dólares para apoyar su transición, eficiencia y seguridad energéticas. Alemania proporcionará una donación inicial de al menos 175 millones de dólares y trabajará para extender este compromiso en los próximos años. También incluirá asistencia técnica para avanzar en la integración de Ucrania en la red eléctrica europea.
Giro de EE.UU.
El anuncio del acuerdo llega luego del encuentro del presidente Joe Biden y de la canciller alemana Angela Merkel en la Casa Blanca. Alemania siempre defendió el proyecto, pese a la oposición de otros socios en la Unión Europea, de Ucrania y de Estados Unidos. Esa diferencia volvió a quedar expuesta. «Aunque reiteré mis preocupaciones sobre el Nord Stream 2, la canciller Merkel y yo estamos absolutamente unidos en nuestra convicción de que no debe permitirse a Rusia usar a la energía como arma para coaccionar o amenazar a sus vecinos», dijo Biden luego del encuentro.
De todas formas, el acuerdo cimienta un cambio de posición de Estados Unidos con respecto a Nordstream 2. El gobierno estadounidense había suspendido en mayo las sanciones aprobadas por el Congreso en 2019 en contra de Nord Stream AG y del director ejecutivo que supervisa la construcción del gasoducto. Biden buscaba comenzar a recomponer con ese gesto las relaciones con Alemania, deterioradas durante la presidencia de Donald Trump.
“Mi punto de vista sobre Nord Stream 2 se conoce desde hace algún tiempo. Los buenos amigos pueden estar en desacuerdo, pero cuando asumí la presidencia, estaba completado en un 90% y la imposición de sanciones no parecía tener ningún sentido», marcó Biden.
El gobierno alemán justifica el proyecto frente a la posibilidad de necesitar más gas en el futuro. Alemania es el primer importador en la Unión Europea (79.000 MMm3 en 2020), seguido por Italia, Francia, España y Holanda. El 43% de las importaciones europeas fueron a través de los gasoductos con Rusia, seguido por los gasoductos desde Noruega (23%) y las importaciones de GNL (otro 23%).
Críticas de Ucrania
Ucrania y Polonia consideraron que el acuerdo agudiza una crisis de seguridad en Europa. En un comunicado conjunto afirmaron que “esta crisis se profundiza significativamente por la renuncia a los intentos de detener el lanzamiento del gasoducto NS2. Esta decisión ha creado una amenaza política, militar y energética para Ucrania y Europa Central, al tiempo que aumenta el potencial de Rusia para desestabilizar la situación de seguridad en Europa”.
Un tercio de las exportaciones de gas ruso a Europa transitan a través de Ucrania, con un beneficio económico de explotación estimado en 1000 millones de dólares anuales. Con Nord Stream 2 en funciones, la ruta ucraniana del gas ruso perdería relevancia geopolítica. Ucrania y Rusia están enfrentadas por la guerra civil en la región del Donbás y la ocupación e incorporación de Crimea como nuevo territorio ruso.
“Ucrania y Polonia trabajarán junto con sus aliados y socios para oponerse a NS2 hasta que se desarrollen soluciones para abordar la crisis de seguridad creada por NS2, brindar apoyo a los países que aspiran a ser miembros de las instituciones democráticas occidentales y reducir las amenazas a la paz y la seguridad energética”, concluyeron.