Brasil creó una unidad interministerial encargada de establecer medidas excepcionales para la gestión del recurso hidroeléctrico, de cara a un escenario energético que puede agravarse si la sequía extrema no cede en el país vecino. A su vez, la Agencia Nacional de Electricidad revisó recargos para reflejar los mayores costos de generación que el país enfrenta producto de la sequía.
El ministro de Minas y Energía, Bento Albuquerque, respaldó el decreto presidencial de creación de la Cámara de Reglas Excepcionales para la Gestión Hidroeléctrica, pero por ahora evitan imponer medidas de racionamiento y se está instando a la población a cuidar el consumo de energía. “El uso consciente y responsable del agua y la energía reducirá considerablemente la presión sobre el sistema eléctrico, reduciendo también el costo de la energía generada”, marcó el ministro.
La sequía en Brasil es una de las peores registradas en su historia y está afectando la disponibilidad de agua en los embalses hidroeléctricos, que proveen el 60% de la generación eléctrica del país.
Medidas de emergencia
Según el texto del decreto, la Cámara de Reglas Excepcionales para la Gestión Hidroeléctrica funcionará “con el objetivo de establecer medidas de emergencia para optimizar el uso de los recursos hidroeléctricos frente a la actual situación de escasez de agua y sus consecuencias en la seguridad del abastecimiento energético”. La cámara estará compuesta por los ministerios de Minas y Energía, de Economía, de Infraestructura, de Agricultura, de Ambiente y de Desarrollo Regional.
El órgano tendrá la potestad de homologar y dar carácter obligatorio a las resoluciones decididas en el marco del Comité de Seguimiento del Sector Eléctrico. Entidades de la administración pública federal, el operador del Sistema Eléctrico Nacional, la Cámara de Comercialización de Energía Eléctrica, los concesionarios del sistema eléctrico y los concesionarios del sector de gas, petróleo y biocombustibles deberán cumplir con las resoluciones homologadas.
De esta forma, el poder ejecutivo tendrá un gran poder para establecer e imponer medidas energéticas temporales, con la capacidad de afectar a una multiplicidad de actores económicos. De los nueve asientos que hay en el Comité de Seguimiento del Sector Eléctrico el ejecutivo tiene cuatro de forma directa y dos más de manera indirecta a través de la Agencia Nacional de Energía Eléctrica y la Agencia Nacional de Petróleo. La medida provisoria deberá ser aprobada por el Congreso e indica que la cámara funcionará hasta el 30 de diciembre de 2021.
Brasil experimenta desde el año pasado una escasez de lluvias, lo que se refleja en el bajo almacenamiento de agua en los embalses de las centrales hidroeléctricas. De septiembre a mayo, la afluencia (el caudal de agua que llega a las centrales hidroeléctricas) registró el peor índice de la historia desde 1931 para el Sistema Interconectado Nacional (SIN). Con el agravante de que no hay perspectivas de volúmenes importantes de lluvia para los próximos meses debido al ingreso en la temporada de la seca.
El Sistema Meteorológico Nacional emitió en mayo de 2021 una alerta de emergencia hídrica para la región hidrográfica de la Cuenca del Paraná, que representa más del 50% de la capacidad de almacenamiento de agua para generación hidroeléctrica en el SIN y cubre los Estados de Minas Gerais, Goiás, Mato Grosso do Sul, São Paulo y Paraná́. “Esta situación indica la necesidad de una mayor articulación entre todos los organismos y entidades responsables de las actividades dependientes de los recursos hídricos, entre los que destacan la gestión de múltiples usos del agua, la generación de energía, el medio ambiente, la agricultura y el transporte”, argumentó el ministerio de Minas y Energía.
Impactos económicos
La persistencia de la sequía profundiza los impactos económicos generados por la pandemia en las cuentas del sector eléctrico y de los hogares. La morosidad en las cuentas de energía, agua y gas es elevada, fruto de una menor actividad económica y las medidas tomadas por el gobierno para garantizar el acceso a los servicios. La Agencia Nacional de Energía Eléctrica suspendió en marzo los cortes de energía para los usuarios de menores ingresos al menos hasta septiembre próximo, una medida que dice beneficiar a doce millones de familias.
A las cuentas en rojo de las familias y del sector se suma una disminución considerable del recurso hidroeléctrico y que puede profundizarse en los próximos meses. Esto implica que se deberá quemar todavía más gas natural y fuel oil para cubrir la demanda, lo que implica mayores costos para el sistema eléctrico y la economía. Por el encarecimiento de la energía la meta de inflación del Banco Central de un 3,75% para este año podría complicarse. El Instituto Brasileño de Geografía y Estadística informó que la inflación al consumidor se ubicó por encima del 8% hasta mediados de junio y por primera vez en casi cinco años.
Frente a este escenario, la Agencia Nacional de Energía Eléctrica (ANEEL) reajustó los recargos que se cobran en el sistema de banderas, utilizado para determinar el monto cobrado a los consumidores en función de las condiciones de generación de electricidad. Dependiendo de la disponibilidad de insumos para la producción, la bandera se puede cambiar en una escala de verde, amarillo y rojo, siendo la última cuando los costos son mayores. La bandera es reflejada en las boletas de luz para indicar a los consumidores las condiciones de generación que el operador de la red anticipa para el mes siguiente e incentivar así a que moderen su consumo para pagar menos.
ANEEL determinó que a partir de julio la bandera roja 2, la más cara del sistema de banderas, aumentará un 52,1%. En los meses con bandera roja 2, por cada 100 kWh que se consumen se abonará 9,49 reales. Por otro lado, la agencia abrirá una consulta pública para discutir la metodología para el cálculo de este sistema. Considerando que Brasil atraviesa la peor crisis del agua desde 1931, el cálculo actual no cubre los costos de generación de electricidad.