Dos condiciones resultan actualmente determinantes para pensar el futuro de la industria energética a nivel internacional: la recuperación post-pandemia y las elecciones presidenciales de Estados Unidos. En un evento organizado por AmCham y el Instituto Argentino del Petróleo y el Gas (IAPG) tres especialistas explicaron cuáles son las propuestas del presidente norteamericano en materia de energía y el futuro de las inversiones estadounidenses en la Argentina.
El demócrata Joe Biden asumirá el 20 de enero el máximo cargo convirtiéndose en el 46° mandatario de Estados Unidos pese a que el presidente saliente Donald Trump se niega a reconocer su derrota e inició más de 100 presentaciones judiciales para solicitar un recuento de votos.
Entre sus principales anuncios, Biden afirmó el regreso de Estados Unidos al Acuerdo de París y destacó la importancia de poner en marcha la transición hacia las energías limpias con el objetivo de alcanzar la neutralidad de carbono en 2050.
En este sentido, la ex alcaldesa de Houston, Annise Parker, aseguró ayer que se esperan notables cambios en la administración estadounidense y señaló que “Biden está muy interesado en poner salvaguardas ambientales, mejorar normas de salud y seguridad y planificar la salida de los combustibles fósiles”. Respecto del Acuerdo de París, Mark Jones, director del Baker Institute Rice University, consideró que se trata de “una muestra simbólica de que Estados Unidos está presente en la lucha contra el cambio climático junto al resto de los países del mundo”.
Aún así, el directivo aclaró que -si bien las intenciones son claras-, la transición no será sencilla: “Si Biden no se hace con el poder en el Congreso para aprobar leyes e implementar reformas sustanciales en la industria petrolera de acá a dos años, va a tener que trabajar en los márgenes para girar de dirección. Aún así, el presidente electo pretende avanzar con la transición energética. Por eso digo que los mejores días de la industria petrolera están en el pasado”.
Readaptación
“Biden no es el diablo para la industria petrolera, así como Trump no fue su salvador”, sentenció Parker y agregó que “Donald Trump se movía en un terreno de comportamiento errático y en una constante toma de decisiones impredecibles. Ahora es momento de cambiar no solo para adaptarse a la cuestión climática, sino también a las fuerzas de mercado que están en juego y se están transformando y todo esto sin olvidar que son procesos largos porque la transición no es gratuita, requiere inversión”.
Ante este panorama una pregunta se torna crucial: ¿hay expectativas por parte de empresas estadounidenses para invertir en el sector energético de nuestro país?
Sofía Adrogué, presidenta de SAPC y socia de Diamond McCarthy LLP, resaltó que “en términos de lo que pasó en energía, la pandemia ha borrado casi una década de crecimiento y de demanda mundial de petróleo en un solo año. La cantidad de pozos completados cayó un 50 por ciento. En cuanto al crecimiento de producción en 2021 en Estados Unidos será plano. Este pronóstico asume que las nuevas perforaciones y terminaciones serán suficientes para reemplazar la producción en declive de los pozos existentes”.
Para la influyente abogada, la energía constituye un rompecabezas complejo en el que interviene la geopolítica, el medio ambiente y la tecnología. “Puntualmente para que haya inversiones en Argentina es necesario entender la importancia de la estabilidad, la transparencia, los requisitos de un contrato y su cumplimiento, la conectividad y las condiciones locales. Si económicamente hay un interés de hacer las cosas bien van a existir oportunidades”. Y concluyó: “Para Houston, la capital energética de Estados Unidos, es de gran importancia hacer negocios con Argentina”.