La primera plana de YPF se reunió ayer con funcionarios del área de Hidrocarburos de la Secretaría de Energía para empezar a diagramar una agenda de trabajo con el sector que tiene dos temas prioritarios: definir, por un lado, qué sucederá con el precio de los combustibles tras el contrapunto de la semana pasada cuando la Casa Rosada desautorizó a último momento la suba del 5% prevista por YPF y, por el otro, evaluar la situación del negocio de gas, que se vio afectado por la caída del precio en boca de pozo como resultado de la devaluación de la moneda.
Si bien la convocatoria cursada por la Subsecretaría de Hidrocarburos, que dirige Juan José Carbajales, estaba dirigida a directivos de la línea técnica de la petrolera de mayoría estatal, el CEO de la compañía, Daniel González, tomó la posta y llegó a la reunión acompañado por Carlos Alfonsi, vicepresidente de Transformación; Santiago Martínez Tanoira, de Refinación; y Gustavo Chaab, de Medio Ambiente y Seguridad. En representación de Energía participación el jefe de Gabinete, Federico Martelli y los directores de Economía de los Hidrocarburos; Exploración y Producción; Refinación; y Gas Licuado, entre otros, según indicaron a EconoJournal fuentes que participaron del encuentro.
A modo de introducción, González dejó traslucir críticas a la gestión energética de Cambiemos en cuanto a la distante relación que estableció con YPF, la mayor petrolera del mercado. Los ejecutivos de la empresa señalaron que existe un atraso del orden del 13% en el precio de las naftas y gasoil, por lo que hoy el diesel de mejor calidad (bajo azufre) se importa a pérdida. El rezago de los precios locales con relación a las referencias internacionales se acentuó esta semana como consecuencia del alza del Brent (superó los 68 dólares) tras la escalada del conflicto entre el gobierno de EE.UU. e Irán.
“Los ejecutivos de YPF advirtieron que por el retraso de los precios en surtidores provocan una merma que, de no corregirse, representarán una merca en los ingresos de la compañía equivalentes a un tercio de las inversiones de capital de la petrolera en 2020”, explicaron fuentes cercanas a la Secretaría de Energía. Son unos US$ 1200 millones.
Gas y Vaca Muerta
A su vez, los directivos de YPF plantearon que existe una incertidumbre en el mercado del gas natural por la falta de una señal clara de precios que se traduce en una falta de perspectivas para apuntalar en un futuro inmediato la inversión en para incorporar nueva producción del fluido. “Se bosquejaron caminos de solución a través de la contractualización de largo plazo y de programas de estímulo como el ‘Plan Gas’ de 2012 a precios que racionalicen el mercado”, señalaron las fuentes consultadas.
Sobre la mentada Ley de Promoción a Vaca Muerta, los referentes de la petrolera bajo control estatal afirmaron que los esquemas de incentivo no deberían limitarse a los recursos no convencionales, sino a todo tipo de recursos hidrocarburíferos, así como también dar incentivos a la industrialización del gas natural. “Sin una convergencia a los valores normales de los hidrocaburos, la Ley de blindaje a Vaca Muerta no será suficiente”, advirtieron allegados a la petrolera.
Al mismo tiempo, los funcionarios del gobierno propusieron la necesidad de impulsar una Ley de presupuestos mínimos de protección ambiental en materia de hidrocarburos que actualice y jerarquice las temáticas relativas a seguridad, ambiente y salud.