El gobernador de Neuquén, Omar Gutiérrez, necesitaba un plan B para suplir la falta de representación en el Senado que le significó al Movimiento Popular Neuquino la derrota electoral del 27 de octubre. Miró hacia los costados y encontró a dos representantes del Frente de Todos, los kirchneristas Oscar Parrilli y Silvia Sapag, y a una de Juntos por el Cambio, su enemistada Lucila Crexell. Miró un poco más lejos, cruzó el puente que une Neuquén con Río Negro y encontró la respuesta. El actual gobernador y senador electo de Juntos Somos Río Negro, Alberto Weretilneck, será su aliado en la Cámara Alta a través de un interbloque que unirá a los dos partidos provinciales en la composición legislativa que se iniciará el 10 de diciembre.
La novedad se dio a conocer tras un encuentro entre ambos mandatarios en la Casa de Gobierno de Neuquén. “Desde el Senado de la Nación defenderé los intereses de todos los rionegrinos y de nuestros hermanos del Movimiento Popular Neuquino”, fue el tuit que selló el acuerdo.
El senador y líder del gremio petrolero, Guillermo Pereyra, quien no pudo renovar su banca en los últimos comicios, lo definió como “un amigo” y justificó el apoyo en las “similitudes” que tienen ambas provincias. “Tenemos la fruticultura, la producción de gas y petróleo, la minería. Eso nos va a permitir trabajar en conjunto”, afirmó.
El espacio quedará integrado por Alma Sapag (MPN) y Luis Di Giacomo (JSRN) en la Cámara de Diputados y por Weretilneck en el Senado. “Una entelequia, un interbloque de uno solo”, se burlaron desde una de las listas que ganaron bancas en la última elección.
El despacho
Los términos de la negociación no se conocen del todo, aunque sí uno de los principales intercambios: la cesión al rionegrino del histórico despacho del MPN que supo ocupar Elías Sapag, el primer senador que tuvo la provincia. “Le dije que, como sé que hay dificultades para conseguir, se lo vamos a dar a él para que sea continuador de un partido provincial. Es un despacho cómodo para que pueda trabajar allí el senador de Río Negro”, confirmó Pereyra a Econojournal.
La decisión cayó algo antipática en el entorno de la senadora Lucila Crexell, desde donde lo interpretaron casi como una provocación. Es que el despacho no sólo fue la oficina histórica de su abuelo Elías, sino que también lo usó su madre, la fallecida Luz Sapag. Nadie del MPN, partido al que aún está afiliada, se lo ofreció para su actual ni nuevo mandato.
La relación de Pereyra con Crexell es mala y la de Gutiérrez con ella, inexistente. El gobernador no toleró las críticas de la senadora hacia su gobierno y su forma de conducir el partido y cortó todo vínculo. En 2016 llegó a pedirle la renuncia a través de una carta que llevó la firma de todos los intendentes de la provincia, “invitación” que la legisladora rechazó.
Gutiérrez tampoco tiene en la senadora electa, Silvia Sapag, a una interlocutora que considere de confianza, pese a que también es una afiliada del partido. La hija del cinco veces gobernador de Neuquén, Felipe Sapag, milita hace años en el kirchnerismo aunque sin renunciar a su ficha de origen. Cuando a fines de este mes asuma el mandato, será la segunda vez que ejerza un cargo en la Cámara Alta. A fines de los 90 lo hizo en representación del MPN pero jugó casi como opositora al entonces gobernador neuquino, Jorge Sobisch. Desde el Senado fue una de las principales críticas a la ley de hidrocarburos y a la renegociación del contrato con Repsol YPF para extender la concesión de Loma La Lata-Sierra Barrosa.
Comisión de Energía
Con este escenario, no es probable que al partido provincial le resulte aceptable que alguno de los senadores electos por Neuquén pueda continuar la gestión de Pereyra como presidente de la estratégica comisión de Energía.
¿Jugará para que cubra ese rol Weretilneck? “Esto no lo puedo decir yo, forma parte de acuerdos y negociaciones que hay que hacer en el Senado”, planteó Pereyra, aunque reconoció que buscarán “un senador que esté conectado con el gobernador” y que “si las cosas no están dadas”, el elegido debería ser de “otros partidos provinciales que tengan similitud con nuestra política”.
El gobierno de Neuquén necesita ojos y oídos en el Senado para discutir la política energética que proponga el presidente electo, Alberto Fernández, cuando inicie su gestión. Gutiérrez ya tendió lazos en una reunión personal que mantuvo con él hace dos semanas para hablar sobre el futuro de Vaca Muerta, aunque reconoció que recién se están “conociendo”.
Producción neuquina
Las previsiones de la provincia para el año que viene son conservadoras para la actividad. El ministro de Economía, Norberto Bruno, presentó un presupuesto con un “crecimiento pequeño” para el petróleo, de un aumento del 19% en la producción, y un mantenimiento del ritmo actual para el gas. En ambos casos previó caídas en los precios de entre el 7% y el 8% respecto del promedio de este año.
La crisis generada por el congelamiento del precio del barril, sumada al control de cambios y la expectativa por las políticas que vienen, empujaron a Gutiérrez a presentar números “austeros” para el 2020.
La salida de Pereyra del recinto donde se discutirá, según anticipan en el Frente de Todos, una nueva legislación para los hidrocarburos, sumará para el gobierno provincial otra cuota de incertidumbre. Acaso un rionegrino podrá aportar a sus vecinos una pata necesaria para negociar.
A cambio, Weretilneck recibirá el despacho, pero también un bonus track. Una fuente sugirió que le pedirán quedarse con algunos colaboradores de Pereyra. Según Recursos Humanos del Senado, al equipo del líder petrolero lo integran 13 personas, siete de ellas con la máxima categoría.