Schneider contribuye a la mitigación y adaptación al cambio climático en América del Sur
23 de enero
2019
23 enero 2019
En el rubro de la energía, la mitigación del cambio climático depende de cuatro objetivos principales: límites al aumento de la demanda de energía final, reducciones de las emisiones de carbono de la electricidad, aumentos del porcentaje de energía final proporcionada por la electricidad y reducciones de las emisiones de carbono de la energía final no proporcionada por la electricidad.
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En diciembre de 2018, la ciudad de Katowice en Polonia fue sede de la Conferencia sobre Cambio Climático y de la 24o Conferencia de las Partes (COP 24). El evento fue especialmente importante ya que se terminaron de definir las directrices para la implementación del Acuerdo de París sobre cambio climático.

El informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) denominado «Calentamiento global de 1,5°C», publicado en octubre de 2018, recomienda limitar el calentamiento a 1,5°C por encima de los niveles preindustriales. Para alcanzar este objetivo, es preciso introducir cambios importantes.

En el rubro de la energía, la mitigación del cambio climático depende de cuatro objetivos principales: límites al aumento de la demanda de energía final, reducciones de las emisiones de carbono de la electricidad, aumentos del porcentaje de energía final proporcionada por la electricidad y reducciones de las emisiones de carbono de la energía final no proporcionada por la electricidad.

Para el sector industrial, el IPPC recomienda adoptar medidas para la reducción de la demanda, la eficiencia energética, más electrificación, reducción del contenido de carbono de los combustibles no eléctricos y la implementación de procesos innovadores y la aplicación de tecnologías de captura y almacenamiento de carbono. Las medidas recomendadas por el IPCC son el uso de tecnologías de información y comunicación, el uso de herramientas para gestión de la energía, la recuperación de calor de desecho y el desarrollo de una economía circular. Es especialmente importante implementar estas tecnologías en pequeñas y medianas empresas.

En los edificios, la estrategia principal es reducir la demanda de energía, en especial de los sistemas de aire acondicionado, y promover la eficiencia energética y un alto grado de electrificación, lo que implica reemplazar los combustibles  con altas emisiones de carbono. Las tecnologías inteligentes, como la Internet de las cosas y el modelado de información de construcción, ofrecen oportunidades de acelerar la eficiencia energética en edificios y ciudades. Una forma de apoyar la mitigación, la adaptación y el desarrollo es promover la sostenibilidad y la eficiencia energética en el suministro y reciclaje de agua potable y el tratamiento de aguas residuales.

Las innovaciones tecnológicas, como el uso de inteligencia artificial, la Internet de las cosas, las nanotecnologías, las biotecnologías y la robótica pueden aumentar el nivel de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero en los procesos de producción y consumo. Las tecnologías principales recomendadas por el IPCC son el uso de iluminación y aire acondicionado inteligentes en edificios, la mejora de la eficiencia energética mediante la optimización de procesos industriales, los vehículos eléctricos, el uso compartido de autos, la automatización, la fabricación aditiva, los sistemas fotovoltaicos solares, las redes eléctricas inteligentes y la flexibilidad de las redes eléctricas.

Si bien la prioridad es la mitigación del cambio climático, es esencial emprender acciones tendientes a la adaptación, sobre todo para reducir los impactos sociales entre las poblaciones vulnerables. El acceso a energía sostenible, al agua y servicios sanitarios y a la educación, entre otros, son componentes clave de la adaptación que garantizan el alivio de la pobreza.

Las oportunidades en América del Sur

América del Sur tiene ventajas importantes para asumir el liderazgo en cuestiones de mitigación del cambio climático. Según The Economist, América Latina es líder mundial en energía limpia, y produce el 53% de su electricidad con fuentes renovables, comparado con un promedio mundial del 22%. Hoy la energía limpia depende de la energía hidráulica, pero la energía solar y la eólica están creciendo con rapidez, principalmente donde la geografía es adecuada.  La producción de energía descentralizada, como las microredes, la producción de biocombustibles y la energía hidráulica a pequeña escala tiene el potencial de promover el desarrollo descentralizado, lo que implica crear oportunidades de negocios para pequeñas empresas, generar más empleos y mejorar la vida de las comunidades de bajos ingresos.

Según la Comisión de Comercio y Desarrollo Sostenible (BSDC), para el año 2030 los líderes de negocios y los empresarios podrán acceder a nuevas oportunidades de mercado por un valor de más de US$1 billón y generar hasta 24 millones de empleos en América Latina y el Caribe (LAC) aplicando modelos de negocio sostenible.

Los desafíos principales son la infraestructura y la innovación. La infraestructura es uno de los principales factores de vulnerabilidad en la región. La Comisión Económica de las Naciones Unidas para América Latina y el Caribe recomendó a los países de la región invertir un 6,2% de su PBI en infraestructura –unos $320.000 millones– cada año entre 2012 y 2020. Según un informe del Banco Mundial, los desafíos al desarrollo en América Latina son la falta de innovación, la escasez de empresarios «transformadores» y un bajo nivel de inversión pública y privada en investigación y desarrollo. Según la OCDE, la inversión en investigación y desarrollo en América Latina creció de un promedio de 0,5% del producto bruto interno (PBI) en 2004 a 0,63% en 2009, mientras que en países de la OCDE creció de 2,2% a 2,4% en el mismo período.

Pero el desafío más importante es el desarrollo de un comercio sostenible a gran escala. En el corto y mediano plazo, el crecimiento económico depende de la conservación de los ecosistemas naturales, la biodiversidad y la conservación de las fuentes naturales de agua, y de la capacidad de adaptarse a la sequía, los desastres naturales, la escasez de recursos naturales y el aumento de las enfermedades tropicales.

El aporte de Schneider en América del Sur

En Schneider creemos que hoy en día, la sostenibilidad y la rentabilidad son tecnológicamente posibles. Además, este enfoque puede ser un factor determinante del crecimiento económico y la inclusión social. Nos planteamos a nosotros mismos y a nuestra red el desafío de reconsiderar el futuro a fin de alcanzar para 2030 los Objetivos de Desarrollo Sostenible que abarcan el crecimiento económico, la inclusión social y la protección ambiental. Schneider estima que las tecnologías comerciales para edificios, procesos industriales y producción y distribución de electricidad podrían por sí mismas retrasar la fecha del Día del Exceso Terrestre al menos 21 días.

Además de aumentar la eficiencia de sus operaciones y usar un 80% de electricidad renovable, Schneider Electric tiene el compromiso corporativo de evitar 100 millones de toneladas métricas de CO₂ emitidas por nuestros clientes gracias a nuestras soluciones entre 2018 y 2020. La compañía también está comprometida a promover el acceso a la energía para 50 millones de personas, y a capacitar a 1 millón de personas para 2025.

En América del Sur, esta iniciativa se está llevando a cabo mediante una mayor integración con el cliente, trabajando juntos para que el uso de soluciones digitales contribuya más a la descarbonización de la industria, la infraestructura y las ciudades.

Schneider Electric viene ayudando a sus clientes de América del Sur a implementar diversos proyectos para descarbonizar y promover la producción y el desarrollo sostenibles.

Un ejemplo digno de mención es el MEER (Ministerio de Electricidad y Energía Renovable), en Ecuador, donde Schneider implementó un Sistema avanzado de gestión de la distribución basado en la plataforma EcoStruxure Grid en las 19 empresas eléctricas de distribución del país, lo que benefició a 4,6 millones de clientes con un suministro de energía más confiable y redujo las pérdidas técnicas y las emisiones asociadas, en lo que constituyó uno de los proyectos más grandes de red eléctrica inteligente en el mundo.

Schneider ayudó a más de 50 grandes empresas en América del Sur a reducir la huella de carbono en sus plantas industriales, infraestructura, distribución de energía y plantas de tratamiento de agua potable y aguas residuales.

Para lograr ciudades más descarbonizadas y sostenibles, Schneider implementó proyectos de automatización de edificios y monitoreo remoto de energía para miles de establecimientos.

Schneider también contribuye a la adaptación al clima y al desarrollo sostenible de las personas vulnerables promoviendo el acceso a energía renovable y confiable para aproximadamente 32.000 personas, y el acceso a la formación profesional para más de 43.000 personas.

Su creciente cartera de servicios comerciales también ayuda a las compañías a contar con maneras más viables de mejorar su rendimiento energético en América del Sur, con atención especial a los establecimientos de misión crítica, tales como hospitales y centros de datos.

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