El Ministerio de Energía adjudicó ayer los contratos de abastecimiento de 22 proyectos de energía renovable correspondientes a la fase 2 de la ronda 2 del plan RenovAr. Se sumaron a los 66 que ya habían sido otorgados en la fase 1 del programa para alcanzar un total de 2043 megawatt (MW) de electricidad, una cifra que está por encima de lo que había previsto el gobierno y que confirma el interés de los inversores privados por participar de las licitaciones de energías renovables que lleva adelante la cartera que dirige Juan José Aranguren.
El nuevo listado incluyó cuatro emprendimientos de energía eólica que consiguieron contratos al ofertar US$ 40,27 por megawatt por hora generado (Mwh). Lo llamativo es que ese valor está por encima del precio más bajo adjudicado en la fase 1 de la ronda 2 que llegó a ser de US$ 37,30 por Mwh. De este modo, quien se esforzó para ofertar el mejor precio en la fase 1 terminó obteniendo un contrato por una remuneración menor que quienes perdieron en esa adjudicación y buscaron revancha en la fase 2.
Esto fue posible porque Energía estableció –según las condiciones del pliego de mejora de ofertas que redactó la Subsecretaría de Energías Renovables, que dirige Sebastián Kind- que en la fase 2 se podía ganar ofertando el precio promedio de la fase 1 y no el precio mínimo de esa fase.
En la fase 1 de la ronda 2, resuelta en noviembre, la empresa Energética Argentina, por ejemplo, se adjudicó un contrato al presentar el proyecto Energética I para generar 79,8 Mw a US$ 37,30 por Mwh en García del Río, un paraje rural de la localidad de Tornquist, al sudoeste de la provincia de Buenos Aires, cerca de Bahía Blanca. De ese modo se impuso sobre la firma Petroquímica Comodoro Rivadavia (PCR) que había ofertado una potencia de 100 Mw a US$ 41,90 por Mwh con su proyecto El Mataco y otros 100 Mw a US$ 41,89 con el parque eólico San Jorge, ambos ubicados también en la localidad de Tornquist.
Sin embargo, los dos proyectos de PCR tuvieron rápida revancha porque se presentaron a la fase 2 y el miércoles pasado fueron seleccionados al ofertar US$ 40,27 por Mwh. El resultado concreto es que la polémica redacción del pliego de mejora de ofertas habilitó que quien perdió en la fase 1 de la ronda 2 terminó obteniendo un mejor contrato que quien ganó aquella fase. Fuentes cercanas al gobierno explicaron a EconoJournal que el objetivo de la fase 2 fue que las empresas que no habían logrado ganar en la fase previa pudieran mejorar los precios de su última oferta y remarcaron que ese objetivo se logró llegando a adjudicar 22 proyectos por 634,3 Mw de potencia proyectada. Al ser consultados sobre por qué se adjudicó a quien igualara el precio promedio de la fase 1 y no el precio mínimo, respondieron que exigir el precio mínimo hubiese sido injusto porque no todos disponen de la misma tecnología ni están ubicados en la misma zona.
Lo curioso es que a los ganadores de la ronda 1 tampoco se les dio un derecho de preferencia para participar de la mejora de oferta y obtener también el precio que ahora obtuvieron los ganadores de la fase 2.
En el caso de Energética Argentina, por ejemplo, se da la particularidad de que su predio está ubicado, en rigor, entre los dos terrenos de PCR. Por lo tanto, la alegría inicial por haberle ganado al proyecto vecino duró poco ya que tres semanas después ese vecino consiguió un precio mejor (un 8% más alto) por un contrato de 20 años, plazo que ya viene siendo cuestionado porque lo que ahora parece barato el avance de la tecnología puede llegar a transformarlo dentro de poco en un precio caro.
Existe un dato adicional que complejiza más la lectura: el pliego de mejora de ofertas redactado por la cartera de Energías Renovables autorizó a los oferentes a presentar una ampliación de sus proyectos medido en términos de potencia siempre y cuando se hagan cargo de la ampliación del sistema de transporte. PCR sumó dos proyectos por un total de 200 MW. La empresa deberá invertir alrededor de US$ 10 millones para ampliar una subestación de transporte en la región, pero se vio beneficiada con un mejor precio que el de su inmediato competidor regional. La ecuación resultó ventajosa.
PCR contó con la asesoría técnica Ayres Renewables, la ex consultora del subsecretario Kind, que realizó el estudio de potencia (EPR) de los proyectos. Kind aseguró que en abril de 2016 se desvinculó de la consultora al transferir las acciones a sus socios en la empresa, que hoy es presidida por Alberto Gil, ex titular de Pan American Energy, la segunda petrolera del país. Sin embargo, según varios jugadores del sector, el gerente técnico y comercial de la firma, Diego Werner, suele jactarse en reuniones privadas de su vínculo privilegiado con el subsecretario Kind, una práctica que en el mercado consideran como, al menos, “desprolija”. Fuentes cercanas a Ayres negaron esas versiones e indicaron que “nuestra cartera de clientes alcanza al 40% de las empresas que participaron del RenovAr. Algunas ganaron sus proyectos y muchas otras, los perdieron. Nuestra asesoría es meramente técnica en el área de ingeniería y no está relacionada con el lobby de ningún tipo”.