Hace pocos días se realizó en Buenos Aires el Congreso de Energía Renovable. Y una de las charlas destacadas fue la de Jorge Fernando Rivera Prudencio, presidente del Ente Provincial Regulador de la Electricidad (EPRE) de San Juan.
Sostuvo que una provincia como la San Juan tiene un enorme potencial «estimando la posibilidad de generar entre 3000 y 4000 Megawatts de energía renovable, que pueden ser aportados a la necesidades energéticas locales y del país».
Rivera Prudencio repasó las políticas que -en materia de energía eléctrica- viene llevando adelante la provincia, en forma sostenida, desde hace ya muchos años. Y puso especial énfasis en cuáles son las ideas que las autoridades provinciales mantienen en materia de generación de electricidad a partir de fuentes renovables.
Según reveló Rivera Prudencio, dentro de las fuentes no convencionales la provincia viene realizando una fuerte apuesta a los dos tipos más prometedores para su realidad: la eólica y la solar fotovoltaica.
«Según los mapas con que contamos, que relevan estas dos fuentes en nuestra provincia, las posibilidades de aprovechamiento de energías alternativas son excelentes, debido a las extraordinarias condiciones de insolación y la potencia y regularidad de los vientos de la cordillera».
En los mapas presentados por este funcionario se mostró que intensidad de la radiación solar incidente sobre superficie horizontal es de hasta 7,5 kWh/m²/día y la heliofanía efectiva (cantidad de horas de sol) es de entre 4 y 9 horas diarias según el período del año y la zona de la provincia. Y también resaltó que las zonas cordilleranas norte y oeste de San Juan presentan condiciones potenciales muy apropiadas para desarrollar este recurso, por la velocidad y régimen casi permanente de los vientos, de acuerdo a los estudios realizados hace aproximadamente una década.
«A partir de estas realidades es que la provincia tiene la firme decisión de impulsar políticas para desarrollar las energías renovables«, sostuvo.
En ese sentido, destacó que hay dos parques solares en funcionamiento que fueron instalados para experimentar con estas tecnologías y que pueden ser ampliados con facilidad.
«Por otra parte no podemos dejar de destacar que actualmente los costos de generación del Megavatio por hora están cayendo en forma dramática, especialmente tras la fuerte entrada de China en este mercado. Así de los tradicionales US$ 500 por Megavatio / Hora, que eran las cifras usuales de hace una o dos décadas atrás, hoy ya hay proyectos en los que es posible generar electricidad renovable por US$ 55 el Megavatio / hora». Y sabemos que este fenómeno de reducción de costos va a seguir en la misma dirección descendente, y por lo tanto obliga a las instituciones políticas relacionadas con la energía a tomar decisiones, especialmente en lo relacionado con las grandes políticas de generación eléctrica.
En ese sentido el experto recordó que en países como Alemania la política de instalar paneles en cada unidad habitacional fue un fracaso a nivel económico y tuvo un enorme costo en materia de subsidios. «Aunque, por supuesto, Alemania es un país con una geografía y una distribución poblacional muy diferente al nuestro. Y también es distinta nuestra capacidad de inversión. Por lo tanto –y como tampoco podemos importar otros conceptos que no se adaptan bien a nuestra realidad, como lo que ocurre en EE.UU., lo más lógico es desarrollar nuestros propios modelos energéticos, de manera de poder encontrar la respuesta más adecuada a nuestras necesidades».
El dilema de la distribución
En esta línea repasó uno de los grandes dilemas relacionados a estas fuentes energéticas y que tienen que ver con sí se las genera a partir de un concepto de centralización (en grandes centrales) o si se las considera desde un formato distribuido, en instalaciones casa por casa, o barrio por barrio. Y propuso que éste es uno de los temas a resolver en el futuro mediato. Pero, igualmente, Rivera Prudencio ensayó una respuesta: a la hora de analizar la energía de origen fotovoltaico, es necesario sopesar si su generación debe ser distribuída o centralizada, en zonas urbanas o alejadas de los usuarios que la consumen. En ese sentido destacó que «los ejercicios y simulaciones que hicimos con diferentes variables nos muestran que, por ahora, la generación distribuida –en una provincia como la de San Juan- es más costosa. Y destacó que «estamos a favor de que cada jurisdicción pueda elegir la mejor opción en este sentido, de acuerdo a su realidad geográfica y climática».