Enarsa, la empresa estatal de energía, analiza una ingeniosa manera de poner en valor el Gasoducto del Noreste (GNEA), una red troncal que atraviesa esa región del país y está prácticamente construida, pero que no podrá transportar gas en el corto plazo por la falta de oferta suficiente desde Bolivia.
Frente a esa limitante, técnicos de la compañía que preside Hugo Balboa están evaluando la alternativa de utilizar las instalaciones del gasoducto como una gigantesca planta de peak shaving de más de 1500 kilómetros de extensión. ¿Para qué se utiliza ese tipo de instalaciones? Son plantas que sirven para abastecer de gas durante los períodos de demanda máxima, ya que fueron concebidas para afrontar el suministro de gas en picos de consumo en sistemas con alta incidencia de clientes residenciales y comerciales como el argentino.
Así lo aseguró ayer Balboa en conferencia de prensa para explicar el contrato firmado con Chile para importar LNG desde ese país. “Podríamos llenar de gas el gasoducto durante el verano para luego reinyectarlo en los momento de demanda creciente”, explicó.
El GNEA es un proyecto lanzado por la administración anterior de Cristina Kirchner, que estuvo envuelto en una polémica por el presunto pago de sobreprecios pero fundamentalmente, porque su construcción no cuenta con el respaldo físico de gas disponible para transportar por los caños.
Aún así, la red ya instalada está hoy en condiciones de acopiar alrededor de 90 millones de metros cúbicos (MMm3) del fluido. Es una cifra menos si se tiene en cuenta que la demanda en un día de frío intenso puede trepar hasta los 160 MMm3. Es decir, lo acopiado en el gasoducto del GNEA –que atraviesa con una red troncal las provincias de Santa Fe, Chaco, Formosa y Salta, entre otras- no alcanzaría a cubrir el consumo total de un día. Sin embargo, su rol es estratégico, dado que se utilizará como reserva adicional de gas para días de operación límite del sistema.
“Hay días de frío extremo en que te faltan 4 o 5 millones de metros cúbicos para cubrir la demanda. Una alternativa como la que evalúa Enarsa serviría para atravesar mejor esos días en cuanto al despacho e incluso para no tener que cortarle el gas a las industrias en los meses de frío”, explicó a EconoJournal el gerente de una empresa distribuidora.