Según el secretario de Hidrocarburos, José Luis Sureda, faltan cinco años para que los autos con motores flex, que toleran una mayor mezcla de alcohol en los combustibles, puedan llegar al país. Las limitaciones son por una ley nacional que regula la industria de la caña de azúcar, una de las materias primas de los biocombustibles.
El bioetanol, que tiene como una de sus dos fuentes en el país al alcohol de la caña de azúcar (la otra es el trigo), principalmente en Tucumán, tiene “problemas y fuertes limitaciones” para su desarrollo. Así lo afirmó Sureda, que la semana pasada se presentó en la “Conferencia de Actualización: Sector Energético», que fue organizado por la Universidad Austral y por Tenaris University.
Esto afecta la llegada de los motores para autos conocidos como “flex”, que toleran un mayor porcentaje de mezcla de alcohol y nafta. “No podemos desregular el sector porque hasta el 2021 los productores están protegidos con cupos y precios de una ley nacional”, dijo. Y aclaró que hay otras leyes provinciales que también habría que modificar.
“Esto es una limitación para desarrollar el auto flex argentino, que son motores capaces de funcionar con una mezcla del 24% de alcohol (hoy la mezcla en Argentina es del 12%). Tenemos que esperar que venza la aplicación de una ley. Esto tiene un impacto negativo en el mercado de combustibles y en la llegada de los motores flex”, dijo Sureda.
La ley a la que se refiere es la que otorga cupos y precios a los productores de caña de azúcar, una de las materias primas para el alcohol del bioetanol, que impide desregular el mercado para que las refinerías puedan comprarle a quien deseen el biocombustibles.
Sureda reconoció que al Gobierno le interesaría avanzar en la desregulación de este mercado para potenciar el sector de los biocombustibles y acelerar el desarrollo de los motores flex. «Pero es de mucha complejidad», dijo.
El secretario mencionó esto como “una barrera” para la llegada los autos flex, de gran éxito en la industria automotriz de Brasil.
Además, Sureda dijo que “todo esto se traslada al mercado de hidrocarburos, porque los precios de las naftas están por debajo de los precios del bioetanol, que las refinadoras están obligadas a mezclar con una proporción del 12%”. Desregular el sector del alcohol de la caña de azúcar puede ayudar a achicar la brecha entre los precios.
En este sentido, Sureda dijo que “la decisión de inversión de un sector esta afectada por el desarrollo operativo de los otros sectores energéticos”.
El secretario de Hidrocarburos dijo que resolver esto es muy difícil porque intervienen muchos sectores como las fábricas de automotores, los productores de azúcar, las refinerías, el Ministerio de Energía y Minería, el de Medioambiente de la Nación y el de la provincia de Tucumán y todas las entidades gremiales como los cañeros, los de la zafra, entre otros. “Las reuniones sobre este tema son muy complejas, cada uno defiende su posición, como corresponde, pero con muy poca voluntad de conciliar”, dijo Sureda.
El secretario de Hidrocarburos finalizó su intervención diciendo que “esta manera de gestionar los biocombustibles tiene un costo muy alto para el país”, y concluyó que “mandamos una ley al Congreso para modificar esto sabiendo que vamos a recibir juicios de los que tienen un derecho adquirido en el sector de la producción de caña de azúcar o esperamos hasta el 20121”.