El presidente de Bolivia, Rodrigo Paz, decretó fuertes alzas en los precios de los combustibles. El precio de la nafta prácticamente se duplicó y el precio del gasoil casi se triplicó. De esta forma, Bolivia comienza a poner fin a una política de larga data de congelamiento de precios en los surtidores que implicaba la erogación de entre US$1500 y US$2000 millones por año en subsidios.