El mes próximo se deberían actualizar el ICL y el IDC. Ese ajuste equivale a cerca de un 8% del precio del combustible en el surtidor. Las petroleras ven difícil que se autorice una suba del precio que paga el consumidor y piden una nueva postergación de la actualización impositiva para no tener que absorber ese costo adicional, lo que podría tensionar más aún el abastecimiento.